
Alguien lanzó la palabra mientras veíamos el amistoso partido de fútbol entre las selecciones de Argentina y Suiza. Empataron uno a uno. De ser una telenovela podría haberse llamado "Las amistades aburridas", para qué vamos a ocultarlo. Sin embargo allí estábamos todos, intentando apasionarnos, aunque ellos, los 22 del césped, no lo hacían. También nosotros nos sentíamos entre amigos; cebándonos sin mate, pero sí con choripanes a la brasa, ensaladas criollas -discutimos si además de tomate y lechuga llevaban o no cebolla sin llegar a ponernos de acuerdo: ¡cada hogar es un mundo!- y caseros budines de pan con pasas. De ser suizos habríamos comido otras cosas. Chocolate con leche, vaquitas azules, repostería fina, relojes de treinta euros. Y hablábamos mucho, como solemos hacer los argentinos. Asociando libremente, que por algo en aquel país los psicoanalistan crecen, y se multiplican, de forma más notable que las buenas intenciones. De pronto alguno de los presentes, refiriéndose a un tiro a puerta frustrado, lanzó al aire la palabra "gualicho". Hacía años que no la escuchaba, muchísimos. Para los que no la conocen, desde ya les digo que es inútil buscarla en el Diccionario de la Lengua porque no la recoge. (
Me rectifico: está, aunque yo no la había encontrado. Ver comments.) Posiblemente sea de origen guaraní o quechua, rastros de un pasado indígena que los nativos de las pampas húmedas argentinas decidimos no tener. Entrando a Google encontré hoteles y cuevas que llevan ese nombre, pero no una definición coherente. Para que no se queden en ayunas, les acerco la que yo conozco: un gualicho es un encantamiento, una brujería. Se hace un gualicho para enamorar a alguien o simplemente para hacerle mal, y sé que más de un escéptico pensará que son la misma cosa. Lo engualichado del asunto es que después de décadas de no oír siquiera esta palabra, en sólo dos días la oí tres veces por boca de tres personas diferentes. Ahora la pongo aquí por dos razones: recordarla y darla a conocer a aquellos que no sabían de su existencia. Aunque también, lo confieso, es una forma de aventar posibles maleficios, ya que en estos días casi se inunda mi casa, se me aflojó un viejo implante dental pocas horas antes de una cita de importancia y los sangrientos terroristas de ETA anunciaron el fin de esa tregua criminal que nunca existió.
photo : elliot erwitt
Me gusta esa palabra! me la apunto y... eso! que vengan los buenos rollos... jeje.
ResponderEliminarBesoss gualichadamente suyos.
gualicho: una palabra que achucha.
ResponderEliminarpirucha.
genial! algunos ni se atreven a dejar un comentario por temor al gualicho...a no preocuparse que la casa está asegurada, mis dientes tiene un buen dentista y la eta...la eta sigue allí, como una amenaza.
ResponderEliminaryo estoy engualichando la casa que espero tengan a bien alquilarme, a ver si el casero se enamora de mi nómina y todo eso!
ResponderEliminarme alegro que la engualichada (dental y casera y vital) haya salido bien, yo me voy pitando engualichando hacia los madriles, a ritmo de I Jing, a ver si la mutación nos es favorable,
ResponderEliminarbeso grande!
Obviamente no la había oído nunca, me gusta su sonoridad, tiene fuerza, no te has fijado que hay palabras que por sí solas tienen fuerza?, ésta también.
ResponderEliminarUn saludo.
Un sortilegio, entonces...
ResponderEliminarGualicho suena a grito de guerra, a alarido de amor, pasión hecha palabra, tiene magia y misterio...
ResponderEliminaraunque en el diccionario de la lengua española diga:"Nombre que los indios Tehuelches daban al espiritu del mal./Hechizo/Diablo, príncipe de los ángeles rebelados." De Almagro con nostalgia, también podría firmar Un Violetero.
Un amigo le dice a otro -"Mirá que era feo Albert Einstein; peor era su hermano Frank," le responde el amigo.Hablando de choripanes fútbol y gualichos me acordé de este chiste que hubiera contado en esa reunión
ResponderEliminarDe Almagro después de ingerir Boludol Plus.
ay las palabras... me hizo bien leer una palabras que se usa en Argentina ya que hace un año y cuatro meses escucho solo "ahorita", "mande" y "merito". Extraño el lenguaje de mis amigos, ese idioma extraño de nosotros, los argentinos.
ResponderEliminarUn beso desde México.
pues el de almagro me ha pescado en falta: no había encontrado en el DRAE la palabrita y resulta que está y además de forma muy explícita: "en argentina y uruguay, hechizo dañino y objeto que supuestamente lo produce".
ResponderEliminarPues eso.
Mmm, gualicho! Intentaré adoptar esa palabra tan sugerente... La repetiré... Yo no temo al gualicho, será porque nací en día 13?
ResponderEliminarBel
Olvidé decírtelo, yo nunca pude concentrarme en un partido de fútbol, por mucho que lo intentaba acababa fijándome en las sombras de los jugadores sobre la hierba y sus movimientos entomológicos...
ResponderEliminar...y alguien desde lo oscuro grita gol. te escribo desde un país a veces tan hermano en ese dolor de la esquirla que llegó, de la bomba que estalló, quiera dios (algún dios, por dios) que de vez en cuando estalle amor...
ResponderEliminarEso digo yo...tregua ¿what tregua?
ResponderEliminarno voy a ir de listilla, pero jam´´as me la creí...es que soy "intrínsicamente" pesimista...si...
El gusto es mío… sobre todo por esa palabra tan mágica que me ha encantado… “gualicho”. Mira que bien se escribe. La invocaré como sortilegio de amor, por lo que dices…
ResponderEliminarUn saludo.
totalmente de acuerdo: la tregua nunca existió.
ResponderEliminarYo siempre creí que gualicho era un insulto.Muy bueno tu blog.Gustavo Ariel.
ResponderEliminarRecomiendo "El viento que mece la cebada" de K. Loach.Apropósito si el IRA tardó cien años en resolver el problema, ¿de dónde sacaron los del estado español que esto lo ventilarían en un par de décadas con la reciente y bisoña experiencia democrática que llevan?
ResponderEliminarLas treguas no son para creerselas o no,son para ir haciéndo camino, único modo de llegar a alguna parte,...caminante no hay camino se hace camino al andar...escribía el poeta.
el camino
Y cómo se hace para romper un gualicho? Tienes guardada alguna palabra mágica para prestarme?
ResponderEliminarZ: ninguna; creo que lo mejor es no creer en ellos.
ResponderEliminarGualicho aquí le dicen "un trabajo" y ya se sabe que es magia negra, que te quieren hacer un daño.
ResponderEliminarNo dejes de tomar en cuenta esas cosas, pero tampoco te obsesiones, es sonoram indígena, suena mexicano.
para lasmalas rachas un buen baño con cariaquito morado, lo conoces????
saludos
PD: qué fuerza la de la palabra que nadie habla de la foto de la pobre niña-bruja engualichada!!!
ResponderEliminarTiene razón la gata insomne, yo fui a decir de la foto y los comentarios del gualicho me barrieron la idea. Pero ahora que pienso, claro, fue un gualicho lo que me pasó esta noche! Eso lo explica todo...
ResponderEliminarcuando mi marido marplatense hace una comida rica-rica y le pregunto: "qué le pusiste, mi amor?", él siempre me responde: "gualicho!"
ResponderEliminarcuando mi marido marplatense me prepara una comida rica-rica, y le pregunto: "qué le pusiste, mi amor?", él siempre me responde: "gualicho!"
ResponderEliminarpor favor, montse: pregúntale dónde lo compra.
ResponderEliminarGualicho también es el nombre de mi gato, negro por supuesto, regalado por una ex-pareja.
ResponderEliminarY otra acepción en quichua significa también pequeño animal, mascota. De esto me enteré luego de bautizarlo.
Particularmente no creo en ellos (los gualichos digo), conmigo no resultó.
Sin embargo...
Salud!
P.D.: Cruz diablo!
ResponderEliminarAhora si.