La imagen está allí y es foto,
(i)reconocible o sí,
con su modernidad años sesenta
superponiéndose a la otra, más actual se supone:
el frente azul de vidrio cristalino,
la ausencia de los autitos chocadores
(ya no son necesarios; se trasladaron a la calle de enfrente,
a la avenida del costado, a la esquina del pueblo,
a la diagonal lejana del cono suburbano)
sobretodo extraña la ausencia del cartel,
con las letras de choque entre lo mío y lo distante,
el hoy y el que se fue,
anteayer y mañana
Treinta años pasaron:
un hombre hecho y derecho, que diría mi madre;
tres décadas de oprobio,
de tragar saliva y
acorazar el corazón frente a la nada.
Mientras tanto…
Los dos viejos conversaban sobre el ser y la rabia,
Sobre la agudeza irónica de Chesterton
Y la ironía porteña del “Chevós, comoestás”
Ya conversaban antes
Ya conversaban siempre
Poniéndole literatura al sentimiento,
enfriándose la fiebre con palabras
Tu tiempo está pasando a grandes pasos
Remonta un río de cadáveres
que parecen remar hacia otra orilla
Los pies te duelen:
Muy poca suela ya,
Para tanto y tan molesto pedregullo
Nadie recuerda la tormenta cantando a esa ciudad
Que alguna vez fue suya
Mientras tu punto final es punto suspendido,
Todo sigue, sigue, sigue, sigue
Esta historia no puede releerse como si fuera un palíndromo
(photo : fornisetti's world)
8 comentarios:
Bien, bien, bien...hasta cuándo con la nostalgia? Paz Hado
uuuhhh, te escribe tu pasadoo... y se queja de la nostalgia? es un poco sospechoso, no?
la ruta natural (este sí puede leerse como un palíndromo)
¡Feliz cumpleaños!
¿Que te parece si nos vamos a chocar los autitos y después corremos hasta la calle que nunca dormía y nos tomamos un café en el Bar-baro?
Un beso, amiguete
Todavía estoy aquí
Pato E.
los recuerdos chocadores dando vueltas en la pista ni se enteran que el mundo da vueltas
la palabra pedregullo no hace doler los pies
es muy musical, muy bailarina
Pues me vine a la máquina buena, en la que se puede leer, no como la del estudio, justo pa' eso. Para leer un par de textos buenos, potentes, como estos y los que vendrán, supongo.
¡Qué buena peli, chico!
Ya lo he visto, vale?
Lo que tengo que decirte te lo diré por teléfono.
Odio los blogs
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