jueves, enero 11, 2007

lo quimporta es la salú...


esta frase era un lugar común que servía para terminar cualquier conversación sin interés ni destino, algo equivalente a "bueno, un día de estos te llamo" o "no me entretengo más porque en casa me matan...".
sin embargo hoy, a pocas horas de una presentación en público -freudiano para más inri- me siento atacado por los virus -que sea uno solo me parece aberrante, hiere mi orgullo de 88 kilos- y tengo ganas de repetírmelo una y otra vez, como quien mete el dedo en sus llagas para ver cuánta capacidad de aguante tiene...
¡a ver cuán macho eres, cuate!
imagino largos paseos sin dolor de cabeza, preciosas películas sin dolor de cabeza, un plato humeante de buena comida sin dolor de cabeza, mi libro de borges-bioy -tanto o más gordo que aquel inolvidable libro gordo de Petete- sin dolor de cabeza, este mismo momento, aquí y ahora, sin dolor de cabeza...

no hay nada que hacerle, vieja: ¡¡¡lo quimporta es la salú!!!

(photo : blumenfeld)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

has vuelto al fin
alegría y aleluya
un abrazo

Miss Neumann dijo...

TE EXTRAÑABA.... HACE MESES QUE NO ANDABAS POR AQUI!!!!!

FELIZ AÑO, MIS MEJORES DESEOS...

NO HAY NADA MEJOR PARA EL DOLOR DE CABEZA QUE UN CAFE O UNA COCA COLA Y 2 ASPIRINAS...

BESOS

g. dijo...

Muxos bsitos para q t pngas bien, bien, biennn !!! Muá muá muá ;-)

Anónimo dijo...

Cachito! Fui al cierre del Año Freud pensando que te iba a escuchar, además como llegué tarde, como es mi habitual estilo, no me enteré de por qué no estabas.
A mi me pasa eso mismo que decís, cuando tengo fiebre me imagino lo maravillosa que es la vida sin fiebre y tengo ganas de tener ganas de muchísimas cosas.Tengo la teoría de que el cuerpo, para librarse de la enfermedad, se convierte en una máquina de salud en superproducción, todo lo que habitualmente no hace, en ese estado lo hace en tiempo récord. Después uno se queda como nuevo.

Que te mejores pronto!

PD: Las olivas con cascaritas de naranja están deliciosas.

Belnu dijo...

Hoy soy yo feliz porque al fin dejaron de agitárseme en la cabeza una efervescencia sanguínea y unos latidos que me despertaban por las noches, y las frases vagamente amenazantes de los farmacéuticos cada vez que me tomaban la tensión. Feliz, feliz, y de todas formas voy a probar un acupuntor chino, con la esperanza de que se convierta en el de Alice y me dé unas hierbas contra el bloqueo de escritura, otras que resuelvan mis problemas económicos, otras para lo amoroso, etcétera...

Anónimo dijo...

Estimado padre,
entiendo tus cuitas pero insisto, no son más que el mono por cierto cambio de hábitos.
Yo, desde que dejé el café tengo menos concentración que un mosquito. Y de bostezar no te cuento.

Paciencia y dejá que el cuerpo responda.