lunes, enero 21, 2013

20 de Enero

Es evidente que este blog ya no conserva la cuidadosa periodicidad de antaño. Y antaño es una palabra tan añeja como la misma palabra que uso para describirla: añeja, así como es añejo casi todo lo que me rodea o me interesa, tal vez porque, oh triste evidencia, yo mismo empiezo a serlo.
Hoy hace 20 años que murió -demasiado pronto para una mujer cualquiera, quizás algo tarde para la estrella de cine que había encarnado con alegría y brillantez un ideal juvenil de su época- la delicada y solidaria Audrey Hepburn, esa cara con ángel, esa comunicativa actriz con movimientos de bailarina clásica y asustadiza, frágil apariencia de gacela.
Esta mañana, mientras colgaba una preciosa foto suya en mi portada de Facebook, me dí cuenta que también pasaron 20 años desde que gané un premio literario que me concedió licencia de escritor.
-Eres escritor, aunque depende de tí querer serlo, desarrollar esa dote que sin ninguna duda posees.
Beatriz de Moura, la editora y alma mater de Tusquets, me lo dijo la misma mañana en que me acerqué a su despacho  para firmar el contrato que hacía posible la edición de mis libros bajo la firma que ella regenta(ba?).
Así como los pensamientos se atan unos a otros por lo que suponemos "libre asociación de ideas", los hechos del pasado parecen tener una ilación que no supimos ver en su momento, y que ahora, a la luz del presente, se muestra ineludible. Dejándome llevar por esta corriente de sorprendentes y sorpresivas concatenaciones, decidí poner como avatar una foto donde Beatriz de Moura y yo sonreímos, abrazados y contentos, frente a la cámara de la fotógrafa Colita.
Unos segundos después recibía en mi correo las últimas noticias del diario La Nación de Buenos Aires, donde se anunciaba que la diseñadora e interiorista francesa Andrée Putman, una mujer poco agraciada aunque muy refinada y elegante, incansable creadora de objetos bellos y funcionales, decoradora de ese raro pájaro de metal llamado Concorde al que nunca pude ni podré ya subirme, se ha muerto ayer, sábado, un día en el que se pretende deberíamos divertirnos, gozar, pasárnoslo lo mejor posible, jamás dar comienzo a ese silencio definitivo que suele desearse, como si existiera otra posibilidad distinta, descansado y pacífico.
Corroborando lo de los concatenamientos, cuando busco una imagen de la Putman para ilustrar mi despedida, descubro que su última exposición en París comenzó el 9 de noviembre del 2010, uno de los cumpleaños más ilusionados de mi vida.


Por suerte, para olvidar tanta pérdida, para distraerme de las corrupciones, matanzas, politiquerías y desastres varios -amenazando desde corta distancia a mis aún placenteros fines de semana- tuve otro agradable domingo de familia alternativa, con buen almuerzo, charlas divertidas y posterior función de cine con el último Tarantino.
No pienso que su Django unchained  (gracias por este homenaje involuntario a mi humilde Eros desencadenado) llegue a inscribirse en los, con perdón, anales sacrosantos del Gran Cine con mayúscula, pero es tan divertida, excitante y por momentos ingeniosa, que logrará sin ninguna duda un enorme éxito de taquilla. Se lo merece con creces, porque además de sus indudables virtudes como entretenimiento, en ella los "malditos bastardos" -racistas, asesinos, torturadores, sádicos, insensibles y todo tipo de retardados sociales- reciben siempre su merecido. Algo que en la vida cotidiana no suele suceder u ocurre demasiado tarde y que provoca los aplausos finales de una platea tan atiborrada de palomitas y cocacolas como de frustraciones y resentimientos de todo tipo.  

7 comentarios:

Ātman dijo...

No creo que seas antiguo ni que los blogs hayan pasado a mejor vida. Es solo una circunstancia, como le pasó al pobre Van Gogh, que solo vendió tres obras en vida y por un precio ridículo… cuando hoy sus cuadros se han convertido en los más cotizados de todos los tiempos y cuando pintar al modo impresionista era completamente vanguardista. Al revés le ocurrió a Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma, que harta de las limitaciones palaciegas decidió convertirse por un día en una ciudadana romana más y así encontró el amor. En conclusión: si lo que uno hace es auténtico, no solo tendrá valor para los demás sino también para uno mismo.
Para finalizar añadir que, en la vida real todos los malos terminan obteniendo su castigo, eso pienso, y que las películas que así no lo reflejen van contra natura y en lo personal me parecen aborrecibles.
Un abrazo

Dante Bertini dijo...

querido amigo Atman
(lo siento, nunca lograré ese tilde que usted usa en su seudónimo):
lloroso suelo ser, herencia paterna, pero en este caso se trata más de una evidencia que de una queja. Facebook amenazó a los blogs y creo que twiter ha terminado hiriéndolos de muerte. Muchos de los que querían decirse hola o jajajá, han terminado desertando del blog porque hay que escribir y/o leer demasiado. Yo mismo me paseo menos por la blog-red porque me deja poco tiempo para este renacer del D(ibuj)ante Bertini que estoy viviendo ahora. Suele sucederme, soy bipolar como mínimo y cada cierto tiempo cambio de diversión para que las horas muertas puedan ser parecidas a las que más me gustan.
Todavía espero el ramalazo que me llene nuevamente de ilusiones, pero tirarme en parapente o subir al Aconcagua no me interesa en absoluto. Y el amor, ¡ay el amor!
Un abrazo grande y gracias por recordarme.

Gise =) dijo...

Antaño, añejo, como los buenos vinos pero eso no quiere decir ni pasado de moda ni viejo asique per piacere non dire cazzate!!!!!!!
o fui a ver Los Miserables, me encanto aunque no tanto como en el teatro donde mi primo hacia de tabernero!!!!!!
El sábado dieron un documental en Divinity de la vida de Audrey!!!!
Mil besos muñecote!!!!!!!!!!

Dante Bertini dijo...

la querida Gise
¡Presente! dice

Nunca vi Los miserhugos, a pesar de que anduvo persiguiéndome allí donde iba...Ahora la veré en cine, o en tele, que seguro no me salvo...Me encanta la Hathaway, casi tanto como Audrey...y soy coqueto y mimoso, ya lo sabes.
Besitos

Anónimo dijo...

Hola mi querido D.
No sos ni añejo ni añoso no anõres...para mi sos el mismo Dante de siempre pero con mas sabios bagages...

Por otro lado coincidencia contigo: escuché por la radio el anuncio de la muerte de "la Putman" y la recordé...no creas que popularmente la conocian mucho por aquì...
Recuerdo una casa maravillosa que tenia en Marruecos. mucho talento y clase.
Besos D.R.

Dante Bertini dijo...

Daniel, querido,
me gusta, me halaga, pero
el tiempo pasa irremediablemente
y por momentos nos atropella y desorienta.
A la muerte de Putman tampoco le dieron importancia en España, según creo. Me enteré por los diarios argentinos. Es que somos un producto extraño los de aquellas tierras...
Besos para vos y G
que todo vaya bien.

Anónimo dijo...

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