Viernes ansioso.
Lo real lacaniano irrumpe torpemente haciendo trastabillar mis siempre algo inseguras certezas.
Red Bull nos creó alas, nos permitió volar. Ahora, hoy mismo, la otrora prestigiosa compañía Air France corta con un gesto torpe cualquier posibilidad de vuelo.
Gritaría ¡merde! en sus malditas jetas para salpicarlas con el color del desconsuelo... si no fuera porque podría confundirse con un deseo de buena fortuna, de suceso, de éxito y aplausos. Sintiéndolo mucho, no puedo desearles nada de todo esto.
Este Viernes no es Verde, salvo porque, a pesar de todo, conservo la esperanza de un final feliz. ¿Dónde está la maleta en la que, entre otras muchas cosas materiales, iba también la llave de un sueño, monsieur Sarkozy?
Gracias desde ya, con ilusionada anticipación, por devolverla. Nos la merecemos. Tanto como usted y sus compatriotas merecen un futuro sin sombras, tintado con el verde vertical y verdadero de la siempre erguida y auténtica felicidad.