viernes, febrero 19, 2010

diamantes y cenizas


Mientras J. y R. lacanean en el salón de casa, yo intento organizar alguna comida rápida para cuando decidan acabar con sus topologías psicológicas. Compro una docena de empanadas argentinas en el Delicatessen de Plaza Letamendi y pierdo algún tiempo más mirando serigrafías numeradas de Saura, Tápies y Alechinsky en la galería de arte Barcelona, a unos pasos del pequeño local de productos argentinos. La tarde está lluviosa, nada fría, tranquila, y yo, sin paraguas pero con gorra de visera, me pregunto si alguna vez, cuando era un pibe porteño que flaneaba por aquella ciudad lejana que nunca dormía, me habré imaginado en esta situación de primer mundo europeo, donde se mezclan las comidas que alguna vez fueron típicas con la obra de artistas que rara vez estaban  al alcance de nuestros ojos.
Soy el único que se pasea por la galería. Detrás de un alto mostrador presidido por un jarrón de cristal con liliums blancos, dos mujeres de unos cuarenta años, una rubia, la otra morena, clavan su mirada en los ordenadores que tienen delante.
Pregunto el precio de la, según me dicen, última obra gráfica de Antonio Saura: un entrecruzamiento de sus habituales líneas sueltas, siempre hábilmente sostenidas por una lacónica y austera contención castellana, con el aflamencado ritmo de los faralaes sureños.
Como era previsible, el dinero que llevo en los bolsillos no me alcanza ni para comprar el marco.
Balmes sigue en obras. Tendremos aceras más anchas con jóvenes tilos y bancos de madera. También paradas de autobús protegidas de las inclemencias del tiempo. Las dos que han puesto hace escasas tres semanas, lucen ya sobre sus cristales los estúpidos grafismos de algún  vándalo poco imaginativo con pretensiones de inmortalidad. Suelen garabatear torpemente con unas pinturas corrosivas que no permiten la recuperación de la superficie sobre las que las depositan, sea esta cristal, mármol o plástico. ¿Un fenómeno actual? No lo creo. Siempre los niños quisieron escribir en las paredes, la única diferencia es que ahora los adultos ya no se atreven a a reprimirlos.
-¿Y si fuera una nueva forma de arte?
-¿Y si quedáramos como paletos?
-¿Y si no nos votaran en las próximas elecciones?
Otros de esos inmaduros, supongo que para economizar pintura, ocupan su tiempo rayando con cualquier objeto afilado todo lo cristalino que encuentran a su paso. Al ritmo que van, en unos años sólo podremos ver lo que ofrecen las tiendas metiéndonos en ellas.
Leía ayer en un diario barcelonés que el ayuntamiento se gastará cuatro millones y medio de euros en repintar una tercera parte de los postes de la ciudad. Han descubierto que la pintura que usaban no era la adecuada para repeler la acción constante de todos los presuntos artistas gestuales espontáneos, esos que prefieren el muro al lienzo, los postes de alumbrado al papel hecho a mano, la destrucción paulatina de los bienes comunes al uso relajado y maduro de medios de expresión menos devastadores.
Vuelvo a casa con las empanadas y un Napoleón de plomo pintado a mano que compré por un euro en un quiosco de revistas. Imagino un ejército de cuatro millones y medio de pequeños napoleones limpiando todo lo que hiciera falta.
Es mejor que prepare la mesa para los lacanianos. Un momento antes de terminar con mi faena, suena el teléfono. El rectangulito confidente del aparato fijo anuncia un llamado desde Argentina. Es la hermana de J. con malas noticias: un pariente cercano muy querido está al borde de la muerte. Médico prestigioso, director de uno de los hospitales más importantes de Buenos Aires, es además y sobre todo un hombre bueno a la manera machadiana. Hace muchos años, en un viaje de cien  kilómetros a la provincia de Buenos Aires, supo ajustarle con sabias y sencillas palabras algunos tornillos bailones al jovencito melancólico que viajaba con él.
Desde la distancia física, al borde mismo de otra que será insalvable, este hombre que ahora soy quisiera darle las gracias por todo lo que aquel joven problematizado que fuí no supo agradecer en su momento.

Fotografía de Philippe Halsman

31 comentarios:

Marcelo Caballero dijo...

bueno..hola Dante...me encanta como escribes..es muy agradable leerte....seguiré tus andanzas blogueras con muchas ganas. Enhorabuena a tu blog y adelante!!!

Dante Bertini dijo...

Marcelo C:
gracias, también yo iré a visitarte apenas la conexión me lo permita.
Tú sí que viajas!
Un abrazo

Beatriz dijo...

Siempre me doy una vuelta, ya lo ves. Soy curiosa y todo me sorprende. Algo de niña me queda. Poco pero hermoso... el asombro.
Tus textos siempre tienen algo que despereza un ¡Oh...!
Besos.

Naia Marlo dijo...

Bona nit Dante,

!Qué ricas están las empanadas argentinas¡ En una tarde lluviosa, sin frio, es romántico entrar en una galeria de arte y disfrutarla sol@
No acabo de entender poque siempre las ciudades o pueblos están siempre en obras...cuando cesarán y podremos disfrutar de las ciudades sin el ruido de las taladradoras, camiones de cemento. La calle Balmes, será más cálida con los bancos de madera. El graffiti, es un signo de nuestra era. Es una identidad. Los hay de calidad y de buen gusto. Otros son desagradables y malos. (Es lo que siento yo).
Cuando somos jóvenes, a veces no nos damos cuenta de las enseñanzas, consejos que recibimos. Ya cuando somos adultos, la memoria nos lleva a ese momento haciéndonos recordar lo que éramos y lo que somos ahora. Esley de vida y de crecimiento (es lo que siento yo)

Es agradable leer este relato, me he sentido muy bien.

Un abrazote querido amigo,
Naia

Naia Marlo dijo...

Me olvidé...

La fotografía es ¡impresionante!,
la composición de las mujeres realizando la figura y el rostro de Dalí. En blanco y negro. Muy buena.

Naia

Unknown dijo...

¡Pero qué bonito describes hasta lo feo!

Fernando García Pañeda dijo...

Otro puñado de memoria al coleto: qué bien entendu con el título.
En mi trabajo real tengo que lidiar con obras públicas, a las que hay que dar necesariamente en las fachadas un tratamiento anti-estupidez, quiero decir anti-graffiti.
Me ha encantado el término flanear, que desconozco aunque deduzco qué puede significar.

Diana H. dijo...

Queridísimo Dante, aquí también llueve, y a falta de galerías de arte con serigrafías de Saura abundan los negocios con productos argentinos y los vándalos. La próxima empanada que deguste (lo hago seguido) te voy a recordar (eran de carne dulces?). Gracias por este breve paseo húmedo por tu Barcelona, tan lejano y tan cerca en tu texto. Me aclarás lo de “faralaes” y “paletos”, si te tomo un minuto, así no me pierdo nada? Seguro que las definiciones de diccionarios nunca serán tan interesantes coma las tuyas…
Besos.

henohenomoheji dijo...

Sobre los estragos del grafismo urbano podría escribir un tratado. Los tengo en la puerta de casa, chillones, feos, sucios... una rúbrica vandálica muy acorde con los tiempos que vivimos, anónimos, violentes y cobardes.
Mejores son tus palabras tratando de cruzar una distancia imposible.
Un abrazo.

Dante Bertini dijo...

Beatrix:
Xxrisstinah:

me gusta esta equis en tu nombre, Beatriz...te convierte en personaje de un Dante Matrix, curioso e inocente (sin exageración, por supuesto).
Y a esta Cristina de nombre "tunisado", qué puedo decirle además de "Gracias"?

Besos!!!

Dante Bertini dijo...

NaYa por dos:
ricas y nada dietéticas, para mi desgracia. ¿Por qué lo que más nos gusta nos engorda?
Tarde preciosa la de ese día, aunque siempre me entristece la labor de los vándalos. Dos fuerzas, una constructiva, la otra destructiva, actuando también en los detalles mínimos.
No se si hablo de grafitis, creo que a esta altura los de calidad se han convertido en muralistas, sino de esos otros pringados que dañan por dañar, creyendo que al hacerlo están ganando algún cielo.
Hay palabras que calan aunque necesiten algún tiempo para hacerlo: supongo que son aquellas que más necesitamos.
Un abrazo sereno, como los que te gustan.

Dante Bertini dijo...

Fernando,
gracias. Flanear es un término que me inventé, creo, para castellanizar el francés Flâner: caminar observando, vagabundear...
Creo que estoy en un tiempo de recuerdos, coherente con el clima que vivimos. Ya vendrá la primavera, espero. Un abrazo


Diana:
hoy voy de traductor de términos. Me gusta hacerlo, pero no siempre los defino con absoluta precisión, así que creéme lo justo.
Paleto se llama a alguien vulgar, un poco bruto, sin refinamiento, el equivalente al mersa o el grasa porteño.
Faralaes son los volantes en los trajes de flamenca.
Las empanadas que compré? De carne dulce, de espinaca, de humita. Por el barrio hay muchos restaurantes que las tienen, todos argentinos o con algún rioplatense trabajando en ellos.
La próxima vez que pasee solo me sentiré más acompañado, gracias.
Me entero del diluvio de allí por las noticias. Otra glaciación?
Un abrazo

Pablo Copola dijo...

Linda manera de saldar deudas, un saludo y una sonrisa.

Dante Bertini dijo...

Moreiras:
espero que lo sea.
Lamentablemente no tendré otra oportunidad.
Un abrazo

Mari Pops dijo...

las palabras ...

algunas retorcidas en los muros, otras sopladas sobre Lacan, y aquellas que, omitidas alrededor de una provicia, son escritas bajo lluvia catalana

hermosas palabras

Isabel Mercadé dijo...

Estamos en el momento de despedir a los adultos que conformaron nuestra infancia y, al margen de lo poco o mucho (o, a veces, incluso nada) que tengamos que agradecerles, esas partidas son siempre dolorosas, lo que remueven va mucho más allá de una pérdida (algo de eso dejaba ver entre líneas, tangencialmente, en mi última entrada, por eso sé muy bien de qué hablas).
Un abrazo grande, Dante.

el objeto a dijo...

es genial esta imagen!

a mí también me parece importante poder agradecer, aunque sea tarde, aunque el otro no lo escuche, y darse cuenta que quien uno es, antes también fue,

besos

Dante Bertini dijo...

Marypop:
palabras, sí, que muchas veces se quiebran contra la realidad silenciosa, oscura, inesperada.
Somos demasiado frágiles a pesar del escudo que nos hacemos con las palabras. Abrazos


BelM:
nunca me gustaron las despedidas. Siempre las viví como un desgarrón físico, la pérdida de un pedazo de mi cuerpo.
Las hay inexorables y frente a ellas sólo nos queda el pobre consuelo de los recuerdos y las lágrimas.
Otro abrazo para tí, contigo, Isabel.

Dante Bertini dijo...

Vanessa:
los transaccionales agradecen en ausencia a cualquier objeto simbólico.
Una forma de oírse agradecer, de aprender a hacerlo.

La imagen es muy buena: la muerte haciendo ronda, como en un juego infantil. Besos

carmen dijo...

Me gusta leerte y disfruto haciéndolo.
El amplio refranero español ya dice que es de bien nacido ser agradecido.
Nunca es tarde.
Saludicos.

pepa mas gisbert dijo...

De joven (más joven) siempre había pensado que la frase "más vale tarde que nunca" era una solemne tontería. Las gracias debían darse siempre en el momento y a ser posible públicamente. Ahora ya no soy tan joven.

Un abrazo

Dante Bertini dijo...

Carmen:
él nunca me pidió agradecimiento. Como padre de dos hijos estaba acostumbrado a dar consejos sin recibir nunca gracias de ningún tipo. De cualquier forma yo me siento mejor pudiendo dárselas; es la corroboración de mi tan ansiada madurez.
Un saludo


Alma:
quizás debería ser como tú dices, pero tampoco yo soy ya
tan joven y ahora entiendo que algunas omisiones pueden corregirse después, cuando tomas conciencia de ello.
Todo está bien, menos su muerte.
Un abrazo

Lansky dijo...

Yo también soy un 'flanneur' y hacía mucho que no oía el verbo flanear. Un placer leerte, Dante, como siempre

39escalones dijo...

Hay pinturas que nunca se borran de la memoria, ni siquiera por cuatro millones de Napoleones en miniatura.
Abrazos.

Dante Bertini dijo...

Lansky:
tú según creo, eres un flanneur de bosques y montañas; yo debo conformarme, o aceptar, mi triste condición de urbanita que se pasea entre escombros municipales y diversos gases tóxicos.
Gracias, también es un placer verte por aquí.

Lansky dijo...

No, también 'flanneo' por ciudad, y me gusta mucho; de hecho, lo que em encanta es el contraste entre mis dos yo, pero uno es bien urbano.

Dante Bertini dijo...

Lansky:
a ver si algún día nos tomamos un buen café, urbano o rural...

tsetse dijo...

Dante, porfavor, explicame lo de los bancos en la calle Balmes... hazme un dibujito si cal, pero es que no lo entiendo: si hacen las aceras + anchas, por dónde c... pasarán los coches? o se les ha ocurrido hacer un tunel, ahora que están las obras del metro+FFCC terminadas, vuelta a abrir para hacer un tunel??? no lo entiendo, quién me explica, porfavor si us plau!!!

Dante Bertini dijo...

Tse:
eres la Montse de antaño?
Bueno, da igual, te explico: han agrandado las aceras casi al doble (hay que reconocer que Balmes entre Diagonal y Gran Vía era una de las calles más desangeladas y tristes de BCN)y en este momento están plantando los árboles. Quedan divinos. Según decía el alcalde en una carta que llegó a los vecinos (todo un detalle)también irían bancos, pero todavía no se ve ninguno.
Ya están puestos los chiringuitos para esperar el bus y los coches se quedan con dos o tres carriles, bastante más de lo necesario.
Una pena, justo ahora que estoy mudándome a Madrid, como casi todo el mundo.

Raúl dijo...

La entrada dedicada te honra, el párrafo final, subraya tu hermoso gesto.

Dante Bertini dijo...

Raúl:
soy yo, el dueño de casa...
pá agradecerte, amigo.
Un abrazo