sábado, octubre 09, 2010

Buenos Aires, viejos libros









La plaza Armenia y la Cortázar-Serrano concentran gran parte de la actividad comercial del borgiano, turbio y cuchillero barrio de Palermo, reconvertido ahora en el colorido, comercial y turístico Soho bonaerense.
Comercios modernos, refinados y caros, bares de todos los tamaños y enormes restaurantes -restós dicen los porteños- de impecable diseño, más la presencia, como en casi toda Buenos Aires, de artesanos verdaderos y supuestos que, junto a una incalculable cantidad de vendedores callejeros de chucherías varias, esperan a sus eventuales clientes charlando de puesto a puesto o desparramándose ordenadamente junto a sus mercaderías por las anchas aceras, conforman el paisaje, trajinado aunque nada ruidoso, de toda esa zona.
La tarde del último siete de septiembre, mientras buscabábamos por el que durante dos meses fuera mi barrio un lugar donde festejar, comiendo opíparamente, el cumpleaños número veinticinco de AM, nos cruzamos con una mujer delgada que arrastraba parsimoniosamente, sin demasiado esfuerzo aparente, un gran carro repleto de libros usados.
Como siempre vemos en primer lugar aquello que estamos esperando ver o ya hemos visto antes alguna otra vez, estiré sin pensar el brazo para sacar de entre el ordenado barullo de aquella auténtica biblioteca rodante, un volumen de Remedio para melancólicos , brillante recopilación de cuentos cortos del infatigable Ray Bradbury.
Era la primera edición castellana de ese título en la editorial Minotauro, propiedad del para muchos mítico Paco Porrúa, auténtico descubridor del primer, aún joven, García Márquez. Como si todo tuviera un sentido que no alcanzo a descifrar, por aquel barrio de Palermo, a pocas calles de donde estábamos, vive ahora un auténtico gallego de Galicia: Marcial Souto, coruñés de las cercanías de Betanzos, amigo personal de Bradbury y traductor de gran parte de su obra, aunque, y lo corroboro buscando entre sus primeras páginas, no precisamente de este libro, traducido a dúo por la inolvidable, deliciosa, ya desaparecida Matilde Horne y el mismo Porrúa, camuflado una vez más bajo uno de sus muchos seudónimos.
La mujer que arrastraba el carro, y vuelvo nuevamente a ella, tenía el cabello largo hasta los hombros, blanco de canas y apenas recogido tras las orejas con la ayuda de una "vincha" ("diadema" las llaman por aquí, aunque a mí me suena bastante principesco, un poco demasiado cursi). Esta era bastante estrecha y también blanca, de punto. Junto al abrigo de color camello, la bufanda borravino algo desteñida, la piel clarísima y los rasgos afilados de judía centroeuropea, la estrecha vincha blanca otorgaba a la mujer un aspecto fuera de lugar, algo anacrónico, casi de otra época.
Personaje secundario de una película de los cincuenta sobre la resistencia francesa, cuando sumergió la mano entre sus libros imaginé que iba a sacar un arma, o tal vez esa granada que explotaría poco después contra las odiadas fuerzas de ocupación alemanas.
-Si se lleva ese, le regalo este otro.
En su mano derecha estaba ahora "Más que humano", la novela de Theodore Sturgeon que iluminó mis ilusiones y fantasías entre los dieciséis y los diecinueve años.
-Se ve que a usted le gustan mucho los libros. En casa tengo cientos y quiero deshacerme de la mayor parte de ellos. Ya estoy vieja, no puedo cuidarlos. Apenas si doy abasto con mi cuerpo y mi gato.
Le doy los cinco pesos que me pide mientras acerco los dos volumenes a mi pecho como si fueran dos reencontrados juguetes de la infancia.
Hace mucho, demasiado tiempo que no releo estos libros, sin embargo puedo recordar de qué tratan. El cuento que da título al de Bradbury, otorga al amor que no desdeña la sexualidad categoría de remedio infalible para los desfallecimientos melancólicos. El de Sturgeon habla sobre la ética, el compañerismo y las diversas, e inexploradas, posibilidades de relación entre los seres vivos.
Serán otro buen regalo, imprevisto, casual, yo diría que también algo mágico, para el joven amigo que va a mi lado.

Lo repito otra vez: hay mucho más que buena carne, descontento e inseguridad en esta enorme, inabarcable, no sé si misteriosa ciudad de los Buenos Aires.
Todas las fotos que ilustran esta nota son de Dante Bertini.

42 comentarios:

Belnu dijo...

Oh Cacho, qué bonitas fotos, siempre tan energéticas y vitales como si todo se pudiera tocar... luego te leo, me voy corrienddo, dicen que A Hard Rain Is Gonna Fall

mary poppins dijo...

si conocere esas calles

Sabes que cerro El Taller? el barcito literario de Plaza Serrano

Anónimo dijo...

Buenos Aires es así, se puede llegar a encontrar cualquier cosa! Me encanta Palermo Soho!

Las fotos me pareces fantásticas!

BESOTES AMIGO Y BUEN FINDE!

Lirium*Lilia dijo...

Hermosas fotos y como siempre uno pasea de tu mano, esta vez por una Buenos Aires que no pierde su magia.
Un abrazo y buen finde!

Dante Bertini dijo...

Belnu:
como casi siempre aquí,la hard rain se ha convertido en tierna llovizna...
Que no te mojes si no quieres.

Dante Bertini dijo...

MaryPop:
no me extraña demasiado. Los amigos me dicen que también todo ha subido en las últimas semanas...después de mi ida.
Buscaré alguna foto para agregar de El Taller, a modo de despedida.


Stanley:
si yo te dijera que sin ser Vivien Leigh me topé con un Stanley K?
Ahora lo tengo en terapia intensiva, a ver si logro hacer de él un tierno cordero.
Felicidades para tí también.

Belnu dijo...

Me gusta la vendedora de libros, y la portada de Mújica Laínez. No imaginaba que fueras o hubieras sido lector de Bradbury y tampoco sabía que Marcial también lo tradujo (él traducía a Ballard, claro, es coherente), y qué agradable parece Buenos Aires.

pepa mas gisbert dijo...

Hay muchas más cosas en ese Buenos Aires si, cosas que quizás otros no vean, pero nosotros si, a través de tu mirada y de tu piel.

Dante Bertini dijo...

Bel:
y más te hubiera gustado encontrarte con ella y su carro de las maravillas.
Buenos Aires tiene muchos personajes entrañables y extraños: la mezcla de sangres y de razas (hay más de una?) produce productos especiales.
Sí, yo he leído muchos escritores de science-fiction en mi adolescencia y Marcial ha traducido a un montón de ellos.

Dante Bertini dijo...

Lirium,
querida, te había escondido entre otros comentarios y no te ví hasta este momento.
Gracias como siempre. Espero que la covacha resplandezca entre mandalas y orejitas tiesas. Abrazos!


Alma:
mil gracias,
por mi, popr mi piel y por esa ciudad llena de encantos de todo tipo.
Un abrazo porteño

Beatriz dijo...

En esa tierra,(que Argentina es más que Buenos Aires)te encuentras de repente con un taxista que te dedica un poema de Lorca, un vendedor ambulante que te habla de García Marquez mientras te envuelve la compra, a alguien que desde un andamio te endulza con un piropo galante y respetuoso. Y descubres rincones con libros, y con flores y te agasajan y te escuchan.
Ese país es, como tú bien dices, algo más que buena carne.
En ese país, pese a todas sus dificultades, se esfuerzan por ser generosos. Por recibirnos de la mejor manera que puedan e intentan que los que los visitamos tengamos una estancia placentera.
Siempre con las puertas abiertas.

Hoy tengo necesidad de hablar de mi país.

Un abrazo

Dante Bertini dijo...

Beatriz:
yo tengo esa necesidad desde hace casi tres meses, así que cómo no comprenderte y gozar con lo que dices. Para mí, porteño al fin, se confunde el país con su capital, pero tengo bien presente todo lo que hay más allá de sus límites.
Vas pronto para allí, según creo, así que te espera el disfrute y la generosidad. Un abrazo

Caruano dijo...

A mi Rita la rescaté de una jaula y se parece mucho a la perra de tu primera foto. Casi no pude ver las otras.

Aunque nunca leí Misteriosa Buenos Aires (en la portada que nos muestras alcanzo a ver, a lo lejos,un hombre a caballo que bien pudiera ser un gaucho emergiendo de una duna, como el perro de Goya)tus crónicas me acercan a una ciudad que cada vez tengo más ganas de conocer (sí leí Bomarzo y Un novelista en el Museo del Prado del genial MML).

Cuando no pueda cuidar de mis libros, los venderé o regalaré, como la sabia señora de la vincha en el pelo blanco.
Un placer. Un abrazo.

Dante Bertini dijo...

Caruano:
aunque la foto parece de un perro enjaulado, este estaba suelto y con camiseta detràs de un cerco de Plaza Armenia, un día frío y de lluvia...
Como dicen por aquí, Argentina es más que una ciudad y vale la pena conocerla.
Cambié la cubierta del libro por mandato de google...lo siento
Un abrazo

Anónimo dijo...

Por favor, pasá por mi blog que tenés un regalito para vos.

BESOTES AMIGO Y BUENA SEMANA!

Dante Bertini dijo...

Stanley,
gracias. Ya lo he recogido.
Un abrazo, y dos.

Marina Judith Landau dijo...

Tus fotos como siempre me fascinan y es un modo de recorrer de tu mano y tu mirada, mi ciudad.
El personaje de la vendedora de libros es hermosísimo, imaginé mil cosas, si fuera escritora escribiría un cuento...
Un abrazo grandote, Dante, que tengas un día precioso.

Marina Judith Landau dijo...

Qué es eso del perro en jaula??

Dante Bertini dijo...

Marina 2 y 2:
el perro en jaula no es tal...O sea, es un perro, pero el alambre no lo cercaba por completo; podía moverse por donde quisiera, aunque prefería quedarse allí, luciendo perfil como John Barrymore...en camiseta:
Un beso y dos y...

Ātman dijo...

Un restó es como se dice restaurante en francés coloquial, y Buenos Aires una ciudad con aires siempre muy Parisinos y viceversa, o al menos eso me gusta pensar.

Para gran alegría mía este fin de semana pasaron My blueberry Nights por televisión. Hoy he releído tu comentario del post anterior y me he asombrado de la precisión y belleza con la que describiste la película. Pero también se confirmaron mis temores de que tus palabras fueran demasiado bellas y la película no tanto. Y ¿cómo puede ser más bella la narración que el objeto narrado? Tras pensar un poco llego a la conclusión de que se debe a que en la película falta la presencia del narrador, que el director de la película se desentiende de los personajes y las historias demasiado asépticamente, y que tú por el contrario las acompañas en cada uno de tus comentarios.

Un abrazo.

Dante Bertini dijo...

Atman:
cuento lo que veo y siento, obviamente, y esto es siempre y en gran medida, subjetivo.
Tu comentario es todo un piropo que agradezco (soy bastante adicto a los buenos tratos, aunque no se consiguen con demasiada facilidad), pero soy consciente de que sin la mirada del director no hubiera tenido tanto tema.
Un abrazo

carmen dijo...

Que gusto leerte.Que fotos tan tuyas.Que bonito lo de los libros,hablas de ellos con amor y describes lo que cuentan con el mismo amor.
Saludicos.

Dante Bertini dijo...

Carmencica;
gracias por pasar y levantar el ánimo rastrero...lo necesito.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Nunca había estado por aquí. Ahora se que voy a volver. Muy bueno. Albert Costa

Cecilia dijo...

El Albert me dice que lea tu texto, lo hago y me encanta. Orgullosa de ser porteña, me alegra que te haya gustado tanto nuestra tierra. Un abrazo.

Marina Judith Landau dijo...

Te vi recién en el blog de Diana y vine a decirte que obviamante yo necesité acudir al diccionario (me encanta aprender nuevas palabras)
De paso, admiro tus fotos nuevamente. Me dan ganas de acariciar a ese perro en falsa jaula.
Te dejo un abrazo cariñoso, querido Dante.

Dante Bertini dijo...

Marina,
ayer "conocí" a un encantador amigo tuyo: Henry.
Gracias por haber hecho posible un encuentro que iluminó alegremente una noche muy oscura.
Abrazos

Yo también quisiera acariciar ese perro cada vez que lo veo.

Dante Bertini dijo...

Albert,
Cecilia:
gracias y bienvenidos.

Marina Judith Landau dijo...

Me da una alegría inmensísima que se hayan conocido!!
Henry es más que un amigo, es mi hermano. Mi avatar actual es una foto que él sacó especialmente para mí, porque yo estaba triste de no poder ir "a sentarme con Mafalda".
Qué lindo cuando la gente linda y talentosa se encuentra!!
Otro abrazo.

Antonio Tello dijo...

Buenos Aires sería para mí hermosa si su elefantiasis no ocultara el cuerpo del país que la alimenta. La cabeza de Goliat, la llamó Ezequiel Martínez Estrada.

Dante Bertini dijo...

Marina,
este encuentro
será algo más que agradecerte.
Seguirás sin blog?
Te extrañamos.
Tus avatares y yo.
Un beso


Tello,
es como decir "la pintura de Matisse sería bella si no ocultara a todos aquellos otros de los cuales se nutrió".
No me cuadra; será por que soy porteño.

Marina Judith Landau dijo...

Gracias, querido, qué lindo es sentirse extrañada!
Yo también extraño mucho, tal vez sea tiempo de empezar a pensar en reabrir el blog. Veremos...
Besos, muchos.

Antonio Tello dijo...

Así será Dante, es difícil ver la cuadratura más allá de la general Paz

Dante Bertini dijo...

Marina,
Antonio,

ya está todo dicho, verdad?
Se os aprecia mucho.

Lansky dijo...

Dante,
te respondo en mi blog, pero por si no vuleves a pasar,
lo de 'homosexual emboscado' lo decía Marañón, no yo. Yo hablo, precisamente de misoginia

39escalones dijo...

Misteriosa, para bien, amigo Dante. No puedo dejar de imaginar la mueca de asombro y escándalo de buena parte de nuestra juventud si alguien se acercara con la pretensión de regalarle un libro; su cara de desconcierto, de perplejidad, de descubrimiento de la existencia de un objeto ignorado, sin botones, cables o pantallitas, que no sirve para jugar (al menos en los términos socialmente reconocibles...).
Abrazos.

Dante Bertini dijo...

Lansky,
también yo escribí en tu muro.
No me refería a tí, por supuesto, pero no sabía quién era el endocrinólogo.
Relee y lo verás claro.

Dante Bertini dijo...

Alfredo:
el amigo artgentino al que regalé esos libros, habitante de su tiempo, no es un lector habitual, sí un visitante diario de la computadora, como la llaman allí.
Sin embargo estoy casi convencido de que si lee algunos de estos clásicos del siglo veinte se enganchará un poquito a la lectura.
Sin embargo, yo creo que a la información y la cultura se puede llegar por distintos caminos y el de nuestra época es sin duda alguna electrónico.
Te mando 39 abrazos.

entrenomadas dijo...

Preciosas fotos. Dan ganas de comprobar todo lo que cuentas.

Kisses,

Marta

Dante Bertini dijo...

Marta,
no miento ni exagero.
Es una ciudad tremendamente fotogénica.
Besos y gracias otra vez.

Anónimo dijo...

最近,我碰到你的博客,并一直在阅读一起。我以为我会离开我的第一个评论。我不知道该说什么,只是我喜欢阅读。不错的博客。

Anónimo dijo...

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