jueves, agosto 08, 2013

Un sueño art-decó
















Vuelvo a los sueños de la misma manera, al mismo tiempo, que vuelvo a los libros, a las palabras. ¿Dependerán los unos de los otros? No es que me importe demasiado; nunca he dejado de soñar, lo sé, pero en los últimos tiempos parece que no podía o no quería recordarlos.
Hoy mismo un amigo, Fernando Molina, me envía un link hacia una página que no conocía. Escueto, directo, algo parco, dice: "En este blog que leo por los comentarios políticos, encontré este link a un post de tu blog. Un saludo."
Ahora lo imito. El link es este: http://lucascarrasco.blogspot.com.es/2013/08/hacer-lio.HTML
Me pregunto si mi post tenía algún interés y vuelvo a leerlo. Me entristezco una vez más con la ausente presencia de Isabel Núñez (¡cómo te hubieras quejado de estos calores agobiantes, insoportables! ¿adónde habrías escapado?) y revivo la visita a la librería oulet donde encontré el libro de la Highsmith, el último de la saga Ripley y uno de sus más descuidados y torpes, sin duda.
He vuelto a ella, a la librería de la calle Rosellón, en busca de más letra impresa. Me encuentro con Asesinos sin rostro, de Henning Mankell, sueco, "thrillero", de mucho renombre. Coincidimos en Buenos Aires durante la Feria del Libro y desistí de verlo en persona. No me interesaba demasiado; no más al menos que pasearme sin rumbo por esa sorprendente, maravillosa, ciudad de mis orígenes. Tampoco me gustó su libro; puro oficio sin carne, aburrido, engorroso. ¿De qué me sirve descifrar los complicados nombres de los barrios y las calles de una ciudad que no conozco, si no se me describe nada de ellas, si sólo son menciones de listín telefónico? ¿Y ese regusto a xenofobia, encubierto por unas maneras de lo más correctas y unos giros de lo más inverosímiles?
Pero he vuelto a leer, para mi sorpresa. Y he vuelto a recordar mis sueños, o al menos una porción de ellos.
Anoche, después de un azaroso encuentro con dos mujeres sin rostro y un adolescente huidizo que sólo lo mostrará con una leve sonrisa irónica para cerrar mi  periplo y devolverme a la vigilia, llego a una plaza arbolada, preciosa, donde impera un edificio art-decó en media luna, con enormes entradas acristaladas, balcones a la francesa y hierros de impecable y repetitivo dibujo geométrico.
"Quiero vivir aquí", me digo, y consciente de la dificultad que implica convertir ese deseo en realidad, me consuelo pensando: "Las plazas suelen ser muy ruidosas".
Hay una reunión allí dentro y mucha gente esperando el comienzo de ella. Un salón amplísimo del que no puedo ver detalles -demasiado ronroneo social, demasiados personajes extraños- y la reaparición de una de las dos mujeres y el jovencito, que, ante el interés de otro de los invitados por habitar un apartamento de esa casa, me guiña un ojo. Descifro el gesto como: "No te preocupes, tú estás primero".
Me acerco a él y, en voz muy baja, casi inaudible, pregunto: "¿Son alemanes?", refiriéndome a los habitantes de la finca.
"No", responde el muchacho, y después de un brevísimo silencio agrega:
"Éticos".   

Ilustra foto de Tracey Emin: Mi Bed.

8 comentarios:

Ātman dijo...

A los deseos mundanos, el joven responde: ¡Ética!
Me gusta como mensaje, si es que de eso va el sueño (que uno nunca sabe).
Pero yo no lo perdería de vista, a ese joven huidizo a quién le hablas susurrando.
Un abrazo psicoanalítico junguiano.

Marina Judith Landau dijo...

Siempre es tan lindo recordar sueños, analizarlos, decodificarlos...
Pero creo que lo mejor es cuando un tiempo después nos sucede algo y nos damos cuenta de que habíamos recibido la señal.
Siempre algo se concreta!! Felicidades!!!
Y un abrazo ♥

Dante Bertini dijo...

Atman:
no se de qué va un sueño; supongo que cada uno le dará el significado que le plazca o le convenga...Sueños son, dirá alguno, quitándole toda otra trascendencia.
Yo consigno su existencia; es una forma de develar su misterio.
Abrazo

Dante Bertini dijo...

Marina:
de alguna manera llama mi atención esa aparente oposición entre alemán y ética. ¿Pone el acento en los valores espirituales y no en las banderas territoriales?
¿Tengo que conocer Berlín cuanto antes o afianzar ciertos aspectos quizás descuidados de mi personalidad? Bromeo un poco, le quito trascendencia, pero anoto como fue y espero no olvidarlo.
Te saludo con cariño y espero que las últimas heridas hayan cicatrizado.

Dante Bertini dijo...

Qué niña tan especial fuiste.

Marina Judith Landau dijo...

Soy !!!

Gracias, de a poco voy mejorando.
Otro abrazo ♥

Miroslav Panciutti dijo...

Me entero por este post de la muerte de Isabel Núñez. No sabía nada y ha supuesto un golpe desconsolador. Yendo a su blog compruebo que hacía más de un año que no entraba, de ahí mi ignorancia. Desde el inicio de mi actividad bloguera (no mucho después de la suya) la leía con asiduidad y en una época incluso intercambiamos algunos correos (de hecho, fue a través de Isabel que te conocí). En fin, que me he quedado de piedra, piedra dolorida. Qué mierda la muerte antes de tiempo. Un abrazo.

Dante Bertini dijo...

Miroslav:
quería alegrarme por tu visita después de tanto tiempo, querría no haber sido yo el que te diera una noticia tan dolorosa...
No siempre se elige y las cosas han sido así, lamentablemente.
"Me he quedado de piedra, piedra dolorida."
Somos dos, y muchos más supongo.
Qué mierda la muerte siempre, aunque inevitable.
Abrazos