Hoy por la tarde el psicoanalista Alejandro Gómez Franco y yo presentaremos este pequeño libro de poemas de Zulema Moret inspirado en algunas fotos de Francesca Woodman.
Los dejo con parte de la obra -sus padres y albaceas guardan cerca de diez mil negativos- de esta fotógrafa tan especial.
Los dejo con parte de la obra -sus padres y albaceas guardan cerca de diez mil negativos- de esta fotógrafa tan especial.
Vale la pena:
Una vez pasado el evento, adjunto el texto que escribí para la presentación:
Ya desde la cubierta, este pequeño volumen anticipa, aunque con intrincadas pistas, gran parte de su contenido: muestra la imagen borrosa de una mujer que ha dejado atrás sus alas, y, despojada de esos incómodos atributos celestiales, liberada de toda responsabilidad angélica, escapa apresuradamente del escenario de su crimen. Intenta hacerlo saltando hacia este lado del espejo, sumergiéndose en el mundo que hasta un momento antes observaba su vuelo. Dentro, en cincuenta páginas y tres idiomas, las palabras no han perdido sus alas y navegan libres, despojadas hasta la desnudez de complementos y accesorios. Imágenes únicas enriquecidas por la ambigüedad del misterio. Haikus de vocación surrealista, donde la naturaleza humana se funde con ese paisaje desprovisto que pretendía encerrarla, enmarcarla, limitarla:
"¿Qué relación existe
entre la corteza del cedro
y tus brazos
bajo las vendas blancas
del poniente?"
Frases sucintas, concisas, que más que decir, susurran, esbozan, sugieren. En estos poemas, la voz de Zulema Moret recuerda la de los ángeles cinematográficos de Win Wenders, musitando al oído de los transeúntes berlineses sus secretos mandatos, sus particulares exorcismos. Exorcismos y secretos que solamente podemos imaginar, suponer, intuir, ya que ni siquiera son audibles para el encallecido, nada angelical oído humano.
"Un ángel al borde de un volcán ardiendo." El título del libro de Zulema Moret nos habla de la más extrema fragilidad al borde del más amenazador peligro. Delicadas plumas de ángel y una piel que podemos imaginar traslúcida, acercándose de forma por demás temeraria a las implacables, nada piadosas, lenguas de fuego. Según nos dice la autora en el prefacio de su libro, esta estremecedora imagen se desprende de una exposición antológica que, en algún momento del año 2000, la Tecla Sala de Barcelona dedicó a la fotógrafa estadounidense Francesca Woodman, quien durante escasos diez años, los que van de los trece a los casi veintitrés, expuso su cuerpo a los ojos de una cámara, experimentando con ambos a la vez. Descubiertas casi por azar, la serie de fotos allí expuestas mostraban a una artista extremadamente sensible en el vórtice mismo de su devastadora creatividad, a una jovencísima mujer presa de sus impulsos autodestructivos, arrastrada por la vorágine de revulsivas pasiones propias que sin embargo eran vividas como ajenas. Siempre al borde del naufragio, presintiendo el cercano e inevitable ocaso, Francesca Woodman se fotografiaba una y otra vez, aunque evadiendo la mirada frontal, el gesto directo, el retrato sin más. La Woodman modelo se niega a mirar ese ojo que la mira, que no es otro que el suyo propio, y en un doble juego de connotaciones esquizoides, se exhibe sin pudor alguno al mismo tiempo que trata de pasar desapercibida, fundiéndose con el atrezzo de sus fotos. En ellas -todas de pequeño formato y en austero blanco y negro- la vemos tapándose con el papel pintado que hasta un momento antes cubría las paredes de un cuarto desposeído; ocultándose tras un movimiento rápido e imprevisto que, al ser apresado por la cámara, desvanece sus contornos; escondiéndose detrás de máscaras, muebles, volúmenes o cuerpos ajenos. “Hago fotos de la realidad filtradas a través de mi mente”, escribió Francesca en un pequeño cuaderno rosa que le servía de diario íntimo. En los poemas de este libro, Zulema Moret escribe, o reescribe, esa mirada angélica; transforma en palabras desprovistas de toda puntuación y ornato, en frases susurradas a vuelo de ángel, las imágenes que la conmueven:
“…palabras como alambrecitos circulan sobre el poema herido…”
También ella, como la muy fugaz Francesca Woodman, se acerca peligrosamente al borde de ese hipnótico abismo ardiente, corrobora ese trágico presagio final del cual se hace imposible escapar:
“tú vestida de luto
en el borde de las ramas
la pierna sobre
el sillón
de pana
dialoga con la sombra”
Poco antes de cumplir veintitrés años, Francesca Woodman se arrojó al vacío desde una ventana de su apartamento en el Lower East Side de Manhattan. Dejar de Ser, para unirse, místicamente, a un Todo indivisible, único. Un vuelo final, impulsado tal vez por esas “Desordenadas geometrías interiores”, que dieran título a su último trabajo, editado un mes antes de su muerte.
“¿Dónde estás
Francesca, dónde
Estás?
Dos sábanas blancas
Te sostienen.
Un ángel al borde del volcán ardiendo.”
"¿Qué relación existe
entre la corteza del cedro
y tus brazos
bajo las vendas blancas
del poniente?"
Frases sucintas, concisas, que más que decir, susurran, esbozan, sugieren. En estos poemas, la voz de Zulema Moret recuerda la de los ángeles cinematográficos de Win Wenders, musitando al oído de los transeúntes berlineses sus secretos mandatos, sus particulares exorcismos. Exorcismos y secretos que solamente podemos imaginar, suponer, intuir, ya que ni siquiera son audibles para el encallecido, nada angelical oído humano.
"Un ángel al borde de un volcán ardiendo." El título del libro de Zulema Moret nos habla de la más extrema fragilidad al borde del más amenazador peligro. Delicadas plumas de ángel y una piel que podemos imaginar traslúcida, acercándose de forma por demás temeraria a las implacables, nada piadosas, lenguas de fuego. Según nos dice la autora en el prefacio de su libro, esta estremecedora imagen se desprende de una exposición antológica que, en algún momento del año 2000, la Tecla Sala de Barcelona dedicó a la fotógrafa estadounidense Francesca Woodman, quien durante escasos diez años, los que van de los trece a los casi veintitrés, expuso su cuerpo a los ojos de una cámara, experimentando con ambos a la vez. Descubiertas casi por azar, la serie de fotos allí expuestas mostraban a una artista extremadamente sensible en el vórtice mismo de su devastadora creatividad, a una jovencísima mujer presa de sus impulsos autodestructivos, arrastrada por la vorágine de revulsivas pasiones propias que sin embargo eran vividas como ajenas. Siempre al borde del naufragio, presintiendo el cercano e inevitable ocaso, Francesca Woodman se fotografiaba una y otra vez, aunque evadiendo la mirada frontal, el gesto directo, el retrato sin más. La Woodman modelo se niega a mirar ese ojo que la mira, que no es otro que el suyo propio, y en un doble juego de connotaciones esquizoides, se exhibe sin pudor alguno al mismo tiempo que trata de pasar desapercibida, fundiéndose con el atrezzo de sus fotos. En ellas -todas de pequeño formato y en austero blanco y negro- la vemos tapándose con el papel pintado que hasta un momento antes cubría las paredes de un cuarto desposeído; ocultándose tras un movimiento rápido e imprevisto que, al ser apresado por la cámara, desvanece sus contornos; escondiéndose detrás de máscaras, muebles, volúmenes o cuerpos ajenos. “Hago fotos de la realidad filtradas a través de mi mente”, escribió Francesca en un pequeño cuaderno rosa que le servía de diario íntimo. En los poemas de este libro, Zulema Moret escribe, o reescribe, esa mirada angélica; transforma en palabras desprovistas de toda puntuación y ornato, en frases susurradas a vuelo de ángel, las imágenes que la conmueven:
“…palabras como alambrecitos circulan sobre el poema herido…”
También ella, como la muy fugaz Francesca Woodman, se acerca peligrosamente al borde de ese hipnótico abismo ardiente, corrobora ese trágico presagio final del cual se hace imposible escapar:
“tú vestida de luto
en el borde de las ramas
la pierna sobre
el sillón
de pana
dialoga con la sombra”
Poco antes de cumplir veintitrés años, Francesca Woodman se arrojó al vacío desde una ventana de su apartamento en el Lower East Side de Manhattan. Dejar de Ser, para unirse, místicamente, a un Todo indivisible, único. Un vuelo final, impulsado tal vez por esas “Desordenadas geometrías interiores”, que dieran título a su último trabajo, editado un mes antes de su muerte.
“¿Dónde estás
Francesca, dónde
Estás?
Dos sábanas blancas
Te sostienen.
Un ángel al borde del volcán ardiendo.”
31 comentarios:
hola Bertini!
GRACIAS!!!! for your nice comment in my blog!!
you are very Pretty! jajaja
i was very happy birthday!
besos from Tokyo
:)
Cacho, valían la pena efectivamente, y sorprende la capacidad de esa "niña" de reflejar tanto dolor en una imagen, penoso y solitario su final.
Un abrazo
Qué buenas fotos. Merece la pena, sí señor.
Un abrazo
A ver si me construyen el AVE Bilbao-Barcelona y me puedo acercar.
Qué buenas... Gracias por compartirlo.
¡Te felicito, Dante!
Deseo que sea un momento muy placentero el de esta tarde.
un beso:)
miho, idea, bambu, 39E, noemi y raquel: gracias por la visita.
No creo que deba contestar nada especial y como estoy muy cansado...me voy a dormir!!!
besos, abrazos y que soñéis, como yo, con los angelitos.
Valia la pena ver las fotografias, hubo algunas que me parecieron muy tristes, y luego leo que se suicido tan joven. Al menos nos dejó sus fotografías. Espero que haya ido bien la presentación. Besikis y tratare yo tambien de soñar con los angelitos, jejejeje!!!
Que interesante... un libro de poemas basado en algunas fotos inspiradoras de una joven fotografa que ya no vive entre nosotros. El concepto es atractivo, me pregunto como se habra desarrollado todo hace unas pocas horas atras en Barcelona... Si tan solo tuviese una maquina del tiempo! :o)
gise: como estoy leyendo tu comentario a las diez de la mañana, espero que no sigas soñando con ángeles, aunque pensándolo bien tampoco estaría mal hacerlo. beso.
Lilian: colgaré el texto que escribí; lo demás no puedo acercártelo. Sin embargo no imagines mucho más que unas personas hablando y leyendo y otras escuchando con bastante atención. Hay muchos encuentros como estos cada día. un abrazo
Me lo perdí... UFA
Estoy de mudanza y tengo la vida hecha un quilombo :)
Te dejo un abrazo
musa
3 musas: me gusta la palabra quilombo. Espero que sea leve y acabe bien. un beso.
Maestro Cacho! qué bonito tu texto! siento no poder haber estado ahí (tampoco pude estar en lo de Bel ;-(
pero que bien que lo colgaste.
..."despojada de esos incómodos atributos celestiales, liberada de toda responsabilidad angélica, escapa apresuradamente del escenario de su crimen"
Sabes que soy fan absoluta de F. Woodman, a mi me pasó algo parecido a Zulema, esa exposición dio un giro a muchas cosas, y sus imágenes me acechan (en el buen sentido desde entonces) yo la vi en la Fondation Cartier de parís, y durante años, cada vez que visitaba la ciudad intentaba ir a la fundación para visitar la librería y hojear el catálogo. En el video que linkeas me ha parecido ver cosas que no conocía para nada
Grazie mille
Me ha gustado mucho el final de tu texto. Las fotografías son hipnóticas.
Un abrazo.
lucía: y valen más que muchas palabras...un abrazo otro
vanessa: gracias, no estuvo mal, aunque ya hablaremos de la espléndida woodman.
Girona nos recibió muy bien. Jorge Triunfoxx en un lugar de auténtico lujo y después y antes me ví la magnifique expo Leger, comimos en un lugar Divinus y paseamos por las calles del casco antiguo, siempre acompañados por buenas amigas.
Todos esperan la charla blog...
Qué buen texto, Cacho! Yo también habría querido estar allí. Vi una retro de Francesca Woodman en Arles hace muchos años y la integré en uno de mis cuentos de Crucigrama, sin nombre, porque no podía dejarla fuera, formaba parte del todo caluroso,desesperado, melancólico y perplejo de ese "Julio"... Espero que lo pasarais bien en Girona!
Me permite?
Fántastica su presentación, hacia tiempo que no leía una presentación que es algo más que correcta, es sensible, no entiendo una presentación de una exposición que no muestre cierta sensibilidad, y hacía tanto tiempo que no leía una así... gracias.
Siempre he sentido una profunda curiosidad por los artistas que mueren jóvenes, jóvenes de su obra...
zbelnu: agitado-agotado...no paro en este abril agradecido, seco y con apretada agenda...girona fue más que bien: jorge se sacó el mal sabor de boca anterior e hizo una charla muy amena e interesante de casi hora y media...leger fantástico, más de lo que esperaba, y todo el lugar, que sólo conocía a medias, un verdadero lujo...tan bueno todo que en divinus encontré un ángel.
Cósimo: gracias por su comentario, barón rampante.
hola Bertini!
thank you for your Gioirona's photo!!!
i am enjoying by your photos!
besos
arigato! (Japanese =gracias)
sakato
Es presioso lo que has escrito, desde que vi el video que publicaste me puse a mirar todo lo que encontre de ella, me emocionó mucho son fotos son mucho sentimiento, movimiento, con muchas sombras..." Dejar de ser, para unirse, misticamente, a un todo invisible, unico. Un vuelo final, impulsado tal vez por esas Desordenadas geometrias interiores"
Me encantó esta descripción de su muerte...
Lo siento aunque te ruborises o no sepas que decirme, me fascina como escribes.
Estoy leyendo Salvajes Mimosas, es genial!!!!
Besikis y yo tambien espero la charla blog!!!!
PD: Felicita a Jorge de mi parte por el exito que cuentas ha tenido en Girona
No queria decir "fantastica tu presentacion" porque suena tan cliche pero no puedo mas que decir fantastica presentacion!! ;o)
Si es que el espiritu de Francesca andaba por alli esa noche, tiene que haber estado feliz con tanta belleza de arte rodeandola. Como sera? me pregunto...
Un abrazo--
Zbelnu: con esto de no usar mayúsculas, no se entiende que Leger es el pintor y sus divinos tapices y Divinus un restaurante donde se come muy bien.
Gise: usted me aprecia y yo se lo agradezco con mucho cariño. Jorge está feliz. Preparamos lo del blog con mucha ilusión. Será bonito. Un beso. Ya me dirás cuando termines el libro.
Lilian: supongo que anduvo, si es que eso existe. Un espíritu travieso que no permitió abrir la charla con sus fotos, aunque sí cerrarla. Tenía toda la razón, por supuesto. Yo coincidía con ella. Abrazos y gracias de verdad.
Que simpatico! eso de que tu coincidias con ella en cerrar la charla con sus fotos. Eres un alma sensible y receptiva, asi es que es muy posible que hubiese cierta sincronizacion en esos momentos ...
FELIZ DIA DEL TRABAJADOR!!!! mi escritor aventurero incansable, te dejo muchos besikis!!!!!
lilian, gise: vuelvo enseguida!!!
besos a ambas
Cacho no conocía la obra de Francesca Woodman. Me ha parecido triste e inquietante, asoladora.
Tu texto me ha impresionado-entusiasmado, pespunteas su historia con el mismo cordel que aparece en alguna de sus fotos; "exorcismos y secretos", frágil y temeraria.
En cuanto a la velada en Girona fue bien sabrosa. La charla de Monsieur Chap. interesante y sugerente y la cena en compañía de lo más cálida.
Buen fín de semana largo :)
Qué bien lo de Gerona!! sentí no estar ahí, pero sí, con ganas de que me contéis, de eso, la Woodman..
se os ha echado de menos este fin de semana perezoso de primavera,
vessos
Qué bellísimo!
Voy a por el libro ya!
Un abrazo,
Marta
marta: el libro de poemas no incluye las fotos de Francesca...por si las esperas.
un abrazo también para tí.
3A: gracias por tres... o por cuatro, incluído chapuis.
vanessa: también yo te echo de menos, y al vértigo a gogó.
Que bien. Me gusta tu página y cómo está dicho lo que se dice.
Abrazo.
Gracias Mab,
veré de visitar la tuya...
Abrazo(s)
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