Grandes o pequeñas, mis casas han tenido siempre ambiciones de Aleph. Los objetos confluyen en ellas de forma casi espontánea y, aunque con cierto orden que nunca es producto del azar, van ganando terreno hasta ocuparlo prácticamente todo. Esta en la que vivo ahora no es una excepción a esa particular costumbre. Maru, una amiga canaria que se ha mudado a París buscando su norte, dice que en los lugares donde vivo hay demasiada información. Lo tomo como un elogio, evitando pedir más aclaraciones. No sea que me encuentre con una metáfora resbaladiza de sentido contrario a aquella de Cortázar en Historia de Cronopios y de Famas, donde a un personaje femenino, para no caer en la cursilería de decirle ánfora griega, la llamaban simplemente "la culona".
Federico el gato no se hace problemas con la falta de espacio. En realidad ese concepto no existe para él, acostumbrado a atravesar cualquier obstáculo, a trepar hasta cualquier altura, a descansar en las posiciones más extravagantes sobre los objetos más insólitos. Como si de otro gato se tratara, Eugenia, la pequeña y delicada mujer ucraniana que nos ayuda cada diez o quince días a limpiar la casa, también se mueve con soltura entre los muebles de todo tipo, entre las pilas de libros, revistas y papeles de rara vocación equilibrista y los auténticos batallones de objetos variopintos en posición de espera. Es cierto que nadie le exige obsesivas pruebas del algodón, que nadie espera limpiezas exhaustivas, pero se agradece que en todos los años de trabajo con nosotros, jamás -y aunque no me veis en este momento, estoy cruzando los dedos- haya roto ni una sola de las muchas cosas frágiles que habitan mi casa.
Les cuento todo esto porque hoy, mientras hacía un poco de orden en el Aleph horizontal que está tomando posesión de mi mesa de trabajo, apareció de forma inesperada un recorte de diario con la necrológica de Michael White, "el hombre que curaba con la escritura". Este australiano rubio, de mentón fuerte y sonrisa simpática, asistente social y terapeuta de familia, pensaba que la narración escrita de sus traumas podía ayudar a los pacientes adultos a superar muchos conflictos enraizados durante la infancia y la adolescencia. Según él, "muchas patologías encuentran su clave en el análisis de las historias vitales que contamos una y otra vez sin darles demasiada importancia". Allí estarían los nudos que nos impiden avanzar, los obstáculos que nos fijan en una determinada y repetitiva situación, muchas veces dramática. Si pudiéramos escribir un final distinto a esas historias traumatizantes, tendríamos la posibilidad de rescribir también nuestras vidas.
No puedo recordar el momento en que recorté de una página de un diario barcelonés el obituario de este personaje, sin embargo el miércoles de esta semana, durante los prolegómenos a una lectura de poemas en el Aula de Escritores de ACEC, conté cómo casi cada día me preguntaba para qué servía escribir. Un momento después, ganado por una emoción repentina que no supe ni pude contener, leí el poema dedicado a la reciente muerte de un amigo. Fue escrito pocas horas después de que su viuda me anunciara un desenlace que pretendíamos postergable, lejano. Aquel día el ordenador, la pantalla luminosa, el teclado gris de plástico, habían sido lo que solemos llamar "mi paño de lágrimas". Tuvieron que pasar más de cinco meses para que esas lágrimas virtuales metaforizadas aquel día en palabras, se hicieran realidad. Fueron necesarios más de cinco meses para que mi corazón pudiera traducir lo que supuestamente escribió mi cabeza. Tal vez Michael White tuviera razón y la escritura sea, además de otras muchas cosas, una actividad terapéutica.
ilustra: foto de Dante Bertini.
Posdata: hoy a primera hora recibí este comentario/anuncio:
Después de un minucioso estudio, STULTIFER te otorga el prestigioso galardón al MEJOR BLOG DEL DÍA correspondiente al sábado 16 de mayo de 2009 en No sin mi cámara por los contenidos y matices.
Visitanos y comenta con nosotros. Saludos cordiales.
Vamos, que nos ha gustado mucho y hemos querido acercarnos a ti.
Puedes colgar el Premio voluntariamente en tu blog.
Ya formas parte de la Orden del Stultifer de Oro.
Y si tienes una escalera, mándanosla y la publicamos inventándonos una historia.
Demás está decir que agradezco la dorada distinción a los responsables de Stultifer. Y les mandaré la escalera. Quiero ver qué se inventan con sus peldaños.
Hacia finales de marzo recibí una carta suya. Estaba concentrado en El
Escorial y me pedía que nos encontráramos en Galapagar. Él me estaría
esperando en s...
Hace 1 día
29 comentarios:
Pues yo no me atrevo a escribir de ciertas cosas, porque eso sería admitir que existen, hacerles frente, y soy demasiado cobarde. No sé si escribirlas me ayudaría o me destruiría. De verdad, no lo sé.
Me gusta Dante, sencillamente me gusta y me emocionas. Tal vez Michael White tenga algo (o mucho de razón). Aunque dudo que a algunos escritores les cueste reconocerlo.
Casi te diría que esperaba un post como éste después de tu lectura. Aunque no estuviera presente por razones que tú ya conoces presentía tu emoción. El recordar a un amigo que se a ido
provoca dolor, pero demostrarlo como lo has hecho hoy te humaniza, aún más.
Besitos para ti , para tu gato Federico y para la diminuta ucraniana ...y para Jorge.
Noemí,
entre el catolicismo y el psicoanálisis me han enseñado el valor terapéutico de la confesión; no hay ningún secreto, aunque la palabra escrita tenga el valor añadido de la firma.
Beatriz:
ayer he colgado entre mis fotos de facebook una donde estáis tú y Tello en la presentación del libro de José Luis, recuerdas?
El tiempo nos borra del paisaje y deberíamos estar siempre conscientes de esa realidad inexorable.
Un abrazo y gracias en nombre del trío.
La confesión católica tiene su recompensa, porque Dios siempre te perdona. Pero el psicoanálisis no ayuda siempre y quizás sólo sirva para despertar, revolver y alborotar demonios dormidos.
Besos, Doktor Freud.
Noemí,
no soy creyente, o al menos no creo en un dios-juez que decida sobre lo que puedo o debo hacer.
Y los demonios nunca están totalmente dormidos, porque de estarlo se convertirían en ángeles.
Besos de boquita sin pintar.
Yo tampoco creo demasiado, pero eso de que un ser superior te perdone siempre resulta reconfortante.
Me pinto los labios, te beso y te dejo pringado de rouge.
Y por encima de todo, me gusta mucho esa imagen tuya de los saltos de Federico, también metafóricos, ese acceso mágico a todas partes que los gatos nos recuerdan...
Escribir o hablar sobre temas que se repiten disfrazados es una terapia, por supuesto.
Ayer alguien me dijo que muy frecuentemente saco un tema determinado en mis conversaciones. o sinceramente no soy consciente de ello. Quizás es un nudo de esos que mi cerebro se empeña en deshacer.
Noemí,
lo reconfortante deber ser creer que existen...
me quedo con tu pringue.
Isabel:
últimamente, desde nuestros viajes a regiones cercanas, se hace notar aullando todo el día...ha pasado del silencio a los gritos y susurros; un felino bergmaniano.
Fanma:
hay que dejarse llevar.
Las palabras saben lo que hacen y si no al menos nos lo hacen creer.
Yo, que te leo desde hace mucho tiempo, te sigo encontrando sorprendente.
Por supuesto que escribir es una terapia, contarnos a nosotros mismos nuestra vida y dejar que vayan saliendo los miedos, las cosas ocultas. Estoy convencido de ello. Lo que no obsta para que sea una terapia, más que peligrosa, difícil. Tengo muchas personas muy cercanas que se rebelan inconscientemente (sin ser racionalmente conscientes) contra intentos de narrarse a sí mismas, como si esos miedos y dolores que llevan dentro se resistieran a dejarse ver.
PS: No sabía de este Michael White; me vengo a enterar cuando se muere. En fin ...
No es casual, o maravillosamente sí lo es para mí, que adoro este juego mágico del destino que son las coincidencias, que vengo rumiando un texto sobre el poder de la palabra. Juego un poco con el tema en mi posteo.
No quedan dudas ya sobre el valor terapéutico del escribir, creo. Lo que pasa es que hay que distinguir entre las posibilidades de ver la realidad de mil maneras que nos brinda la escritura (y por supuesto la lectura), y la queja enfermiza del que solamente revuelve con morbo sus pesares, dando vueltas en círculos viciosos que lo enferman a él y a los que lo padecen cerca.
Pero eso ya es tema de un terapeuta. Y a ellos hay que recurrir en esos casos.
Un abrazo.
miroslav,
a mí me ha pasado lo mismo: me enteré de su vida a partir de su muerte. Mejor que nada.
Y en cuanto a los miedos, que cada cual haga lo que pueda, verdad?
Tenemos tanto oculto...
un abrazo
Cuando hago limpieza de todas las cosas que hay en mi escritorio, encuentro muchos recortes que en su momento guardé y ahora no se ni lo que son. Lo que demuestra que cosas que en su momento eran importantes para mi, no lo son en absoluto en este momento. ¿Tan cambiantes somos/soy?.
Venir a tu casa siempre me hace reflexionar.
Beso que es palabra y a su vez carícia
Luzdeana:
espero no ser de los morbosos solazados en sus tristezas, aunque es difícil escapar de ciertos tics, de las costumbres repetitivas.
Paso a verte; sabes que las coincidencias me subyugan. Abrazos
Alma:
somos variables, si, y se agradece.
Suponte que estuviéramos siempre interesados por las mismas cosas. No nos aguantaríamos, verdad? Besos
Besos
Escribir es una manera de relativizar las cosas, de sacarlas de uno mismo y, en cierto modo, de distanciarse. Desde luego mucho mejor que contarlas a un desconocido al que no le importa en absoluto nada de nosotros, que no nos conoce ni tiene interés en conocerlo, y que se erige a sí mismo en representante de un ser que llaman superior a pesar de que con los siglos, si es que está ahí, no deja de demostrar su complejo de inferioridad.
Saludos.
primero decirte Felicitaciones!!!!
a mi me encanta tu blog y tu forma de escribir.
Estudie White hace un par de anios , su psicoterapia aun o muestra grandes resultados en el ambito de la Terapia familiar, aunque en esto me baso en datos de hace dos anios. El decia que el problema no es el paciente sino el problema en si. Tal vez, son distintas formas de ver la reolucion de conflictos. De hecho una muy valida y de por si aliviadora
Lo central del art. tuyo es el poder de la escritura. Tambien a vees a mi me sucede asi, otras es puro trabajo intelectual, las mas puro caradurismo :))).
La clave esta en lo "que se piensa antes de escribir", esa predispsicion de bajar o subir a algun lado intimo, revolverlo un poco, darle batalla a las neuronas para que asocien, rebusquen y eligan colores, metaforas, experiencias, sonidos, emociones para volver al nervio central y disponer los dedos sobre un teclado.
Es el "pensar", creo yo lo curativo aunque tambien puede ser nuestro infierno,
Lo que es inevitable es que sea unicametne nuestro
un beso
Mary,
Alfredo39:
parece que tengo problemas con este espacio...no se a qué se debe...
gracias por pasar, pero no me permite contestarles correctamente.
Los visito en casa.
No importa el para qué del Sr. W. ni ningún otro para qué. Just keep writing!
Nadie mejor que el tiempo para decorar una casa.
"el hombre que curaba con la escritura"
interpreto el hallazgo del recorte periodístico como algo no casual. Como no creo casual que tus escritos ayuden a mis heridas, a curarlas con sonrisas que no ves.
Federico tuvo más suerte que mi cable a tierra en sus habilidades! (por lo menos para mi, y mi peresoza intención de mantener el orden) Este no deja de llevarse todo por delante.
Un abrazo!
gracias =)
te has ganado el premio !!!
Hoy me dejaste un coment en FB y sin haber leido tu post hasta ahora te conteste que hoy al enterarme de la noticia de la muerte de Benedetti, me habian dado ganas de escribir...quiza como tu dices Michael White tenga razón y para mi también sea uan actividad terapeutica, de hecho Jorge siempre me decía que escribiera...claro que no mio solo es por descargar...
Besitos corazón!!!
Felicidades por el premio y que es una escalera??? supongo que debe tener un significado literario no??? ++++ Besitos!!!!
Walter:
te diré que con mi casa soy terminante: solamente la decoro yo. Dejo que el tiempo le ponga su lustre, poco más.
Y seguiré(mos) escribiendo, al menos hasta que nos encontremos y nos divierta más hablar(nos).
Abrazo
Allá:
gracias; aunque todo tiene siempre un punto de arbitrariedad, no seré yo quien me niegue un premio.
Poli,
me dices -me das- otro premio, ¡gracias! Tus sonrisas, ocultas para mis ojos, me curan a mí.
Perros y gatos: diferencias de carácter y también de peso.
Imáginate si tuviéramos caballos!
Dos abrazos, uno por cabeza.
Gisella por dos:
gracias, y ahora vas a tener otra sorpresa. Decidí hacerle un homenaje a tanto muerto ilustre.
Tú a escribir... si tienes ganas, por supuesto: los jorges siempre tienen razón.
Lo de la escalera consiste en mandarles una foto de una cualquiera y que ellos se inventen una historia. Besos
Lo tengo escrito en papel, me salio asi casi como de repente y lo volque en papel, a la noche lo publico.
Bueno un homenaje tuyo a esos dos peazo de poetas que mas se puede pedir!!!!!
Lo de la escalera que ingenio tienen que tener noo???
a ver que escriben, ya me contaras!!
Textos así, de una ternura nada contenida, te delatan, dándome pistas del porqué "Cacho de pan".
Gracias Raúl:
siempre pretendo descubrirme, no embozarme...a veces, supongo, lo consigo.
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