Hace apenas unas horas comenté el post donde
la escritora Isabel Núñez daba noticia de la muerte de su madre:
Lo siento, Zbelnu; por ella y por tí.
Me costó mucho despedirme de mis padres. Con él ya muerto tuve una charla en aquel precioso café de maderas oscuras y rincones silenciosos que ahora es un pringoso burguer, al lado mismo de Plaza Cataluña, imaginándolo en la piel de otro inmigrante cercano con uniformado disfraz de marinero.
Allí pude llorarlo al fin, dándome cuenta de cuánto nos parecíamos: los dos inquietos, ligeramente aventureros, muy curiosos.
Para los que no tenemos el consuelo de un más allá glorioso, siempre es duro despedirse.
No hay reencuentro posible, salvo en la memoria.La muerte, si no nos negáramos testarudamente a convivir con ella y su fatal designio, debería convertir casi todo lo humano en lo que en realidad es: algo poco trascendente, pasajero, leve, que sólo adquiere importancia en nuestro fuero interno porque decidimos no tener en cuenta lo frágil de la existencia humana, la nimiedad perecedera de todos nuestros instantes, a pesar del valor que, por pura cerrazón egocéntrica, les adjudicamos.
ilustra: retrato de Andy Warhol por Alastair Thain.
13 comentarios:
El Arciperte de Hita escribió: "Muerte desmesurada, ¡matases a ti sola!"
me gusta tu entrada, Dante. si aprendieramos a relativizar la muerte, viviríamos mejor y más a gusto. Un abrazo!!
Y más ahora que el Purgatorio es una llama interior... Ya verás, ya, cuando se enteren los de Iberdrola, Endesa y cía., otra subida de gas...
Abrazos.
Oh gracias, Dante, por la dedicatoria de este bonito post. Yo sigo en la onda saturnina... el jueves, funeral otra vez
Lansky,
Caballero,
Alfredo,
Zbelnu:
sigo con mis problemas de horario, trabajo y organización, pero os leo y agradezco como siempre.
Abrazos!!!
No creo en las despedidas. ¿Soy un monstruo?
Nos cuesta asumir que la muerte forma parte, inexorablemente, de la vida. Coincido con el comentario de Marcelo Caballero y me gusta el criterio sincero de Noemí Pastor.
Noemí:
habría que matizar, que dirían nuestros políticos...
Acaso no crees en ellas porque crees en la eternidad?
O simplemente no te gusta despedirte?
No te vi nunca en plan monstruo, pero tampoco creo yo en ese concepto.
Frank:
de eso iba mi post precisamente.
No nos educan con ella como meta final ineludible, por eso vivimos como si no existiera.
Estás muy ocupado!
Belnu:
si, aunque más que nada con la toma de decisiones!
Un bodrio.
Pero nuestra memoria es a veces prodigiosa y podemos hablar con el padre ausente presente en el recuerdo.
Alma:
para hacerlo, afortunda eres, hay que sospechar que él puede oírnos.
La relación con mi padre era puro, y duro, afecto sin palabras.
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