viernes, octubre 31, 2008
Una orquídea llamada Jessye Norman
martes, octubre 28, 2008
Muertos y Enterrados
"Son parcos", decía, "no hablan, cacarean". Puedo imaginármela, lúcida hasta el final, intentando intercambiar opiniones sobre filosofía o literatura con sencillos ancianos payeses perdidos en su desmemoria. No es país para viejos. Ninguno lo es, sobre todo si esos viejos son tan pobres como lo era ella.
La cris económica revuelve las entrañas de mi inconsciente, desata sueños que me enfrentan otra vez a miedos supuestamente superados. Llego a mi trabajo en un periódico anónimo sin saber siquiera si todavía pertenezco a su plantilla. Me pierdo en escaleras y ascensores que no llevan a ninguna parte, y cuando finalmente arribo a una oficina donde alguien aguarda detrás de un escritorio, me obligan a pasar una prueba sin otro sentido que el de la humillación. "¿Ve esto que tengo en la mano?", pregunta la mujer repeinada con mirada de ave carnívora. "Pues le falta un pedazo. Búsquelo inmediatamente. ¡Y rápido! Lo necesito ahora mismo." Muestra en su mano izquierda un trozo rectangular de papel impreso al que le falta una de las puntas. Sobre su escritorio hay miles de otros papeles arrugados, carpetas rebosantes de documentos, tazas de café a medio tomar, ceniceros llenos de colillas. Me pongo a buscarlo y lo encuentro. Cuando estiro la mano para alcanzárselo, una voz en la radio anuncia que son las ocho de la mañana y el clima se ha vuelto invernal en toda España. Podría quedarme como estoy, permitirme descansar hasta que tenga verdaderas ganas de hacer otra cosa, pero recordar que ahora los días son tan cortos me hace saltar inmediatamente de la cama. Estoy vivo, aunque no sé hasta cuando. Mejor aprovecharlo.
ilustra : figuras artesanales mexicanas de autor desconocido.
Posdata : ansioso que soy, me apresuré a colgar este post. Pretendía desearles un feliz Halloween. Creo que nadie entendió que iba de conmemoraciones. La próxima vez intentaré ser más claro.
domingo, octubre 26, 2008
con los pájaros volados
Probablemente esta película no pasará a la Historia del Cine, a pesar de que en sus volúmenes bien nutridos están algunos filmes más que discutibles y faltan otros cuantos que llevo atados a mi vida como si fueran anécdotas propias, de esas absolutamente imposibles de olvidar. En El nido vacío hay buenos actores, diálogos brillantes, una idea sencilla y al mismo tiempo original, más un plus de sorpresas tan inesperadas como gratificantes. Se centra en un maduro escritor en panne y sus relaciones con la difusa, variable y subjetiva realidad. No les cuento más. Creo que se pueden gastar en ella siete euros, sobre todo teniendo en cuenta que posiblemente mañana tengan aún menos valor que hoy.
Posdata : quisiera flotar en el mar Muerto estando vivo. Un rato nada más, y después volver a casa.
viernes, octubre 24, 2008
Alexander Ródchenko en Barcelona
Más silenciosamente, aunque con igual espectacularidad, la Obra Social de Caixa Catalunya muestra en las salas de exposición de la Pedrera, cerca de 250 obras de Alexander Ródchenko (1891/1956), otro vanguardista a ultranza. Pintor, diseñador gráfico, fotógrafo, exhaustivo investigador de las artes visuales, fue además diseñador de ropa revolucionaria, y, como sofisticado y certero publicista, ilustrador de los textos del poeta suicida Vladimir Maiakovski (ver dibujo de David Levine). Recomiendo ir sin prisas y con zapatos cómodos. Hay mucho para ver, dos interesantes documentales incluídos. Sin embargo no es necesario entrar en pánicos ni ansiedades incontrolables: tenéis tiempo hasta el 5 de enero -fecha de clausura de la muestra-, aunque yo aconsejaría no dejar para mañana lo que te pueda sorprender hoy.
Con muy buen tino, el servicio de prensa de la Pedrera incluye en su dossier algunas frases antológicas de este iluminado creador. Transcribo las que más me impactan para aquellos que no quieran o no puedan comprar el magnífico y exhaustivo catálogo.
Es hora de que el arte se funda de manera organizada con la vida. ¡Abajo el arte como medio de alejarse de la vida!
El arte está al servicio del pueblo, pero al pueblo se lo conduce quién sabe dónde. Lo que yo quiero es llevar la gente al arte, no llevarla a cualquier otra parte con ayuda del arte. ¿He nacido demasiado pronto o demasiado tarde? Debemos separar el arte de la política...
ilustran : fotografía, autorretrato con mono de trabajo de diseño propio en franela y piel, collage antibelicista y cartel de promoción de la lectura, todas obras de Ródchenko.
Posdata : Lou Reed firma autógrafos sobre el libro con las letras de sus canciones en el patio del CCCB. Siempre así de molesto y poco sonriente. Walk on the wild side...
lunes, octubre 20, 2008
El juego del ahorcado
Yo no pude soportarla, y estoy refiriéndome a la interpretación del cuentista Hoffman, un actor acostumbrado a restregarnos por la cara la calidad de sus actuaciones y a quien se le nota demasiado su animadversión por el personaje del escritor. "Un tour de force", dirían algunos, aplaudiendo el esfuerzo. Yo prefiero no enterarme de que lo están haciendo. Me gusta sentir que el actor ha logrado encarnar humilde y entregadamente al personaje, algo que logra con creces el inglés Toby Jones. Y si alguien tiene dudas al respecto, puede acercarse al Capote original a través de una fallida película de 1976: Murder by Death (Un cadáver a los postres) donde el autor de Otras voces, otros ámbitos oficiaba esforzadamente de actor. Como para abrir boca, Infamous comienza en el famoso y sofisticado club Morocco, donde la satinada Gwyneth Paltrow canta, con un colapso como intermedio, un inmenso tema de Cole Porter: ¿Qué es esa cosa llamada amor?
Lujosa en su casting de secundarios, aparece por allí una Sandra Bullock poco habitual. Despojada de los habituales aliños de Barbie Morena, luce algo desdibujada en el papel de la escritora Harper Lee, amiga de Truman Capote y compañera inseparable del autor durante los primeros tiempos de su investigación sobre el crimen múltiple de Kansas. Un plantel de estrellas de buen ver y mejor vestir decoran los momentos High Society del filme. Isabella Rossellini, Juliet Stevenson y Sigourney Weaber se pasean y sueltan alguna que otra frase intrascendente mientras lucen modelos y joyas dignas de un desfile de Karl Lagerfeld o Thierry Mugler. No sé si sería soportable, aunque sí interesante, poder ver de un tirón las tres versiones existentes sobre el mismo tema. La primera (1967), dirigida por Richard Brooks y con el mismo título del libro original, In Cold Blood, es un oscuro drama en blanco y negro que copiaba con total acierto el clima y el estilo periodístico del original literario. Robert Blake, actor con una vida personal de ribetes trágicos, interpretaba el personaje del asesino cojo Perry Smith, el mismo que en Infamous le ha tocado representar al actual agente 007, el ambigüo, perverso y erotizante Daniel Craig. Para los que intentamos escribir, resultan especialmente interesantes los comentarios sobre la profesión del ácido, implacable Truman, mostrándose siempre tan insatisfecho y renuente como atado a ella.
No me olvidé de Pennies from Heaven, un musical ambientado en los años de la Gran Depresión (¿ya tendremos que poner "la Primera"?) con todos los números -musicales y artísticos- necesarios para triunfar. Entre ellos destacaría las cuidadas reconstrucciones de algunas imágenes de Edward Hopper y las de las coloridas e ingenuas publicidades de las revistas de la época, además de varias escenas inspiradas en las multitudinarias simetrías coreográficas de Busby Berkeley. A pesar de todo esto, y debido posiblemente a su desoladora imagen de la vida, el amor y las relaciones humanas, Pennies from Heaven se ha convertido en una película de culto sin lograr jamás el exito masivo que sin ninguna duda se merecía. De un elenco de actores maravillosos aunque no demasiado carismáticos para el gran público, sobresale Christopher Walken con un streap-tease espectacularmente chulesco, bailado y cantado sin doblajes ni dobleces de ningún tipo.
sábado, octubre 18, 2008
perversiones
A menos de cien metros de donde estoy, una cuadrilla de empleados municipales cava zanjas a fuerza de pico mientras otros cortan baldosas con la sierra circular. Lo hacen sin ningún tipo de protección para los viandantes. Como soy uno de estos, el aire, mi ropa, mis ojos, se llenan de polvo. No me enceguece tanto como para impedirme ver que mientras nuestras autoridades municipales se ocupan de eliminar árboles y tapar subrepticiamente los alcorques vacios que alguna vez albergaron tronco y raíces de grandes plátanos, sus agentes mediáticos publicitan en los periódicos la habilitación de más plazas de estacionamiento pagas en las pocas zonas arboladas de esta, nuestra condal ciudad de Barcelona. No sé si con un extraño, muy particular sentido del humor, o con una más que lacerante ironía, insisten en llamarlas "Áreas Verdes". Absolutamente perverso. ¿Será obra del mismo creativo que ideó aquello de "daños colaterales"?
Photo de Irving Penn
jueves, octubre 16, 2008
buenas noticias desde Montréal
martes, octubre 14, 2008
tóxicos y desintoxicadores
Corolario: decididamente, debo ser un tipo afortunado. No veo a mi alrededor, ni en mis visualizables cercanías, gente a la que pueda llamar tóxica. Un tema que despierta hoy mismo el interés de la redactora del diario La Nación, Miss Loreley Gaffoglio, quien escribe:
Las neurociencias dicen que sí, que la gente "tóxica", encarnada por aquellos seres rapaces que inexorablemente perturban el bienestar ajeno y vampirizan al semejante, existe. Y endilgan a fallas químicas la irrigación de esa toxicidad. Sus conductas se traducen en patologías, y la coexistencia con ellos resulta imposible. El que destila un odio visceral y se regodea con la humillación del otro, el que avasalla al semejante, el que busca manipular con mentiras, el que agrede innecesariamente y desvaloriza al otro para sentirse bien él, el que daña con intención sin jamás proponer una reparación, el que incomoda con sus imposturas, el envidioso de todo lo ajeno y el que urde los problemas para acercar luego sus soluciones. La nómina de personas dañinas la completan el autodestructivo, el narcisista patológico, el perverso, el violento impenitente y el estafador. En el psicoanálisis y la psicología, la literatura está dividida. No obstante, ambas se inclinan por los vínculos y comportamientos "tóxicos" más que por las personas, ya que lo que es "tóxico" para unos puede ser perfectamente aceptado por otros. En todo caso, se trata de una percepción subjetiva, dicen. Lillian Glass (una mujer que sabe expresarse correctamente), advierte en su best seller Toxic people (Gente tóxica), que nadie es "ciento por ciento sano, ni física ni psicológicamente; por eso, es importante atender los patrones caracterológicos y sus efectos".
Sin comentarios.
Para los que puedan estar interesados en la que supongo transparente, frágil señora Glass y sus teorías sobre la pesada y oscura toxicidad ajena, dejo aquí este otro link: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1059017
Retrato de Giosafat por Dante Bertini
Posdata 1: Parece que hoy festejamos el BLOG ACTION DAY... Si alguien puede explicarme de qué va todo esto, lo agradeceré.
sábado, octubre 11, 2008
madrugada de sábado
Perdón, ¡palabra cancelada! No hay que nombrar la soga en la casa del ahorcado. No hay que nombrar a la maldita banca en épocas de crisis como esta, donde hasta las almas zen tiemblan por el futuro.
La foto, tal vez provisional, es de un anillo tibetano de plata con el Om budista. La tomé en el local de Sony en Rambla Cataluña.
jueves, octubre 09, 2008
lunes, octubre 06, 2008
Vértigo, catástrofes y bolsos de Hermès
El director del filme opinaba justamente lo contrario. Durante sus charlas con François Truffaut -recogidas en un libro que siempre recomiendo-, don Alfred confiesa su animadversión hacia la actriz, obsesivamente preocupada por entender el personaje y sus motivaciones, un incordio insalvable para un director que manifestaba todo su desprecio hacia los actores apenas le daban posibilidad de hacerlo. Según cuenta el implacable Hitchcock, "yo sólo le pedía que pusiera cara de terror, enamoramiento o ternura, pero ella insistía en saber los porqués de todo aquello". Misterios de la creación artística, nunca un desencuentro tan profundo ha dado resultados tan brillantes. En el mismo comentario, que nombraba al pasar a Kim Novak pero tenía a Charlotte Gainsbourg como protagonista (¿quién puede dudar que la familia de Serge ha sido la auténtica estrella de esta semana?), mi estimada Darth se detiene en el bolso creado por Hermès a pedido de una por entonces maternal Jane Birkin, deseosa de transportar los cachivaches de su hija recién nacida en un contenedor elegante y práctico a la vez. De este caprichoso antojo nace un clásico de la marroquinería de lujo que lleva desde entonces el nombre de la jadeante y delgadísima estrella inglesa. Había oído y leído mil veces sobre él, pero recién hoy se me ocurrió verle la cara, que por supuesto resultó ser la de un viejo conocido al que yo nunca había puesto un nombre preciso. En la misma página de la enciclopédica Google me enteré de su precio, que oscila entre los tres mil y los cuarenta mil euros según los materiales elegidos por el cliente, y de cómo su hechura, cuidada hasta en los últimos detalles, puede llevar más de un día entero de trabajo de los artesanos que lo fabrican, lo que hace la lista de espera de los posibles compradores practicamente interminable. ¿Seguirá vendiéndose tanto a pesar de la crispante, crepitante, chisporroteante SuperCrisis 2008?
"Nos tocó vivir una época difícil, como a todos los hombres", dijo alguna vez el ilustre autor ciego de El Aleph y Ficciones. La aparición de Google (7 de septiembre de 1988) es posterior a la muerte del escritor argentino, nacido también bajo el analítico signo de Virgo. Diez años después, el buscador recoge un millón de entradas con el nombre de Jorge Luis Borges, sólo en idioma inglés; algo menos, unas ochocientas mil, en lengua castellana. Me pregunto si "Georgie" hubiera sido un poco más feliz al comprobar que su fabulada y fabulosa Biblioteca de Babel se hacía finalmente realidad y era consultada por millones de personas en todo el mundo.
Volviendo al tema de la(s) crisi(s), ayer mismo, una psicoanalista amiga nos comentaba respecto a un ex paciente con incontrolables tendencias suicidas: "Decía estar quebrado, siempre inseguro, ¿pero quién no lo está? Se trata de vivir a pesar de ello." Esta misma semana, agotados sin éxito varios frascos de barbitúricos, el suicida constante decidió defenestrarse desde un quinto piso, como hicieran los banqueros no menos quebrados del tan recurrido crack del año veintinueve en USA. Educado hombre de letras, dejó una nota manuscrita sobre el teclado de su ordenador: "No podré soportar tanta decadencia". Para definirse como un hombre inseguro, parecía no albergar dudas en cuanto a sus catastróficos vaticinios. Sin embargo, deberíamos tranquilizarnos. No todos se desesperan o suicidan en épocas de crisis. Algunos aprovechan el río revuelto para llenar sus redes de suculentos billetes. Una página entera del diario La Vanguardia de ayer está dedicada a promocionar un juego completo de vajilla llamado Titanic. Para que no nos queden dudas en cuanto a su nombre, un epígrafe anuncia: "Ahora puede disfrutar en su hogar con la elegancia y el glamour de este conjunto inspirado en el que vistió las mesas más lujosas del trasatlántico hundido". Se puede pagar en veintiséis cómodas cuotas de cincuenta euros cada una. Si resultas ser uno de los primeros doscientos compradores, te obsequian además un mantón de Manila bordado a mano. Digo yo, ¿no hubiera sido más efectivo regalar salvavidas?
fotos en blanco y negro del rodaje de Vértigo y publicitaria en color de Bell, book and candle, ambas de 1958.
Posdata: Hermès promociona su bolso como Birkin Bag. BB, las mismas iniciales de Brigitte Bardot. Los jadeos de Je t'aime... moi non plus deberían haber sido suyos, pero Gunther Sachs, playboy, millonario y marido por aquel entonces de la desmelenada Brigitte, se negó por celos a que ella lo hiciera. Lo grabó Birkin, convirtiéndose a partir de ese momento en una estrella internacional, amante del compositor y madre de Charlotte.