sábado, enero 17, 2009

distancias y definiciones

"El horror", me dice ella, y a pesar de que en su voz no hay ninguna entonación precisa, ningún quiebre emocional, ningún temblor que denote una especial preocupación, sé muy bien de qué me está hablando.
El horror es una persona encerrada en una caja que le queda pequeña, un precipicio sin fondo evidente, una inmensa cicatriz en el estómago de tu madre, tu viejo padre en pelotas con todo su colgajo al aire, los compañeros de escuela riéndose de un abrigo verde jaspeado que tú mismo elegiste porque te parecía original y del que enseguida te arrepentirías. Es tu hermano mayor maltratando porque sí a sus novias adolescentes o torturándote de mil maneras distintas: "Antes que prestártelas prefiero tirarlas a la basura". Sí, sin ninguna duda: el horror de tu infancia es ese hermano que nunca quiso caminar contigo, aunque no fueron menos aterrorizadoras las mentiras ni menos angustiosos los silencios, golpeándote con toda su retaceada e inocultable verdad. El horror es la muerte de los otros, y es también y sobre todo, aunque casi no te atrevas a imaginarlo, la tuya propia. El horror es la burla, el escarnio, la equivocación que daña irreversiblemente a seres cercanos; los desgraciados accidentes. Puede ser el lamento de unos animalitos recién nacidos devorados por las llamas o una bicicleta asesina que, surgiendo de la nada, acaba con la alegría de esa joven mujer que vuelve de la compra. Es un coche destruído en medio de una carretera comarcal con cinco de tus amigos adolescentes dentro. Una vecina heroinómana que te inspira ternura y a la que verás destruirse minuto a minuto, día tras día, sin poder hacer nada para evitarlo. Muchas veces el horror son los demás, otras la falta de ellos; ese agujero que, imitando con precisión sus formas, parece dibujarlos sobre el paisaje cuando los necesitas, los buscas, ya no están.
El horror puede ser, es, la incomprensión; primar los intereses partidistas o grupales sobre cualquier sentimiento piadoso o solidario. La ETA pone bombas acompañándolas con carteles que anuncian la amenaza cercana escritos en euskera. Idiota el que no lo lea. O extranjero, que en algunos casos es sinónimo de prescindible, de indeseable, de enemigo. La Generalitat de Catalunya alerta sobre peligros e inconvenientes graves en algunas carreteras. Lo hace en catalán durante los espacios publicitarios de distintas radios nacionales. Idiota el que no entienda. El horror está cerca, ensañándose con unos futbolistas sudamericanos a escasos minutos de donde vivo/vivimos. "¡Vuelvan a su país!", les gritan, ahora sí en castellano. Pobres ingenuos: hijos o nietos de inmigrantes catalanes, gallegos, asturianos, habían imaginado que esta casa ajena también podía ser la suya.
Para saber qué cosa es el horror no hace falta trasladarse a ningún país lejano. Él vive a nuestro lado, agazapado y espectante.
Fotografía de Alastair Thain

22 comentarios:

morgana dijo...

El horror está agazapado, tal cual.
Es la llegada de los reyes magos en Gaza matando niños también.
Es los niños muertos de la Boca en sus viviendas precarias y pintorescas para los de afuera.
Es tantas cosas y todas agazapadas...
Besos y gracias por pasar por mi cocina, siempre es grata tu visita.
M.

pepa mas gisbert dijo...

Ya lo dice Blas de Otero:

Esto es ser hombre: horror a manos llenas.

Y yo añado: espero que sea algo mas el hombre (aunque lo espero cada vez mas menos)

Lucía dijo...

Me has puesto la piel de gallina.
Cuántas y diversas formas tiene de manifestarse el horror, abruma un poco. Aunque lo más horroroso de todo sería que no fuésemos conscientes de ello, que por ver todos los días tanto horror pasase a ser cotidiano y nos pareciese algo normal.
Un abrazo.

Fogel dijo...

...Y no pequemos de ingenuos ni pasemos por alto un pequeño detalle: EL HORROR VENDE.

Un abrazo grande y cariñoso para todos.

Ricardo Guadalupe dijo...

¡El horror! ¡El horror! Recuerdo que esas fueron las últimas palabras de Kurtz en la novela de Conrad, El corazón de las tinieblas.

El horror es sentir que estás tocado por lo desconocido. Es el temor a ser devorado.

Un abrazo

Belnu dijo...

Me gusta mucho la foto! Y el principio del post...

Anónimo dijo...

sin duda el horror tiene que ver con la muerte.

fisica
parcial
de la utopia
de los suenios
de la injusticia
de la paz

un beso

Lukas Rybensen dijo...

Así que es todo lo mismo, estemos donde estemos. Más que horror me genera un profundo desprecio la xenofobia y la discriminación negativa en general.

Un abrazo

Anónimo dijo...

estimadas visitas:
Morgana,
Ricardo,
Alma,
Lucía,
Mary P,
Zbelnu,
Fogel,
Luc,
el post era una aproximación al horror a partir de una imagen cercana con subtítulos.
Vosotros, pródigos como siempre, habéis ayudado a desarrollar esta definición inacabada.
¡GRACIAS!
y muchos, muchos abrazos.

Gise =) dijo...

Es genial tu capacidad para describir algo que da tanto miedo como el horror y tienes razón está agazapado en tantos lugares y convivimos con el a diario, hoy escuchaba un reportaje sobre la droga de sumusión que es usada para violar a las mujeres y sentí un escalofrio de horror cuando escuche que un chico la habia usado para violar entre el y un amigo a su novia...todo esta revuelto, todo está cada vez más pata arriba se han perdido valores pero sobre todo se perdió el respeto por la vida...
Besukones amore y beuna semana!!!

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

¡Qué potencia narrativa! ¿Qué tomas? ¿Viagra-text?
Gran proclama.

entrenomadas dijo...

Y lo peor es acostumbrarse a esos pildorazos horrorosos como si nada.

Buenísimo texto!!!

Un beso,

M

39escalones dijo...

EL horror termina siendo una rutina, y como tal, termina siendo aceptado casi sin pestañear. El mayor horror es aquel que no identificamos como tal.
Saludos.

Noemí Pastor dijo...

El racismo que veo crecer a mi alrededor como mala hierba, o extenderse como peste, es de lo que más me horroriza.

Dante Bertini dijo...

Gisella,
Walter,
Noemí,
Marta Entrenomadas,
Alfredo 39,

me repito: sin vuestra lectura, sin vuestra mirada, todo lo que escribo perdería casi todo su sentido. Que además me dejéis cariñosos comentarios, me aleja del horror de estos tiempos. Gracias. Y abrazos.

Margot dijo...

El mayor horror, y sin embargo inocuo para nuestro sufrimiento, es el de acostumbrar nuestra mirada al horror... no puedo imaginar otro peor: la muerte de la mirada. Y es el más practicado en nuestros tiempos (tal vez lo fue en todos los tiempos pero de eso no podemos estar seguros).

Beso, Cacho de Pan! Certeras palabras las tuyas.

Unknown dijo...

Me he angustido leyendote. El horror también es la ferocidad que deja de esconderse cuando la sociedad (Ese castillo de naipes) se viene abajo. Hablo de El ensayo de la cegera.

Dante Bertini dijo...

Margot,
Fanmakimaki:

los leo, los visito, aunque menos hablador que en otros momentos.
Un abrazo.

Unknown dijo...

no problem, es mejor callar cuando no se quiere decir nada que hablar por hablar. Tengo una cuñada que es incapaz de comprender esto que acabo de escribir.

Dante Bertini dijo...

Fan:
necesitaría un poco de esa energía "cuñadil" para estos días tan lacónicos...

Bambu dijo...

Es cosa de la raza humana, esto entre animales no pasa...

Darth Tater dijo...

Qué texto, Cacho. Me has dejado los pelos de punta. Y qué foto. Coincido con Margot, el horror es no horrorizarse más ante lo que vemos y oímos en este mundo tan injusto...