Revetlla de Sant Joan. Me invitan a pasarla en casa de unos amigos. Será en Vallvidrera: un sencillo y confortable edificio de tres plantas a pocos metros del centro mismo del pueblo.
Para prepararme de la mejor manera, acorde con esta fiesta donde,
según palabras de Joan Manuel Serrat, se intercambian parejas y panes con total desprendimiento (siempre me pregunto
qué Pueblo será ese al que nunca he llegado), decido ir al gimnasio durante la tarde. Planifico una sesión de sauna, un buen rato de solitario relax, una o dos buenas duchas, una estirada visita al sillón de masajes. Siempre incluyo en este sibarítico plan la lectura del diario La Vanguardia. Habitualmente suele estar por allí, al alcance de la mano, y enterarse de los desastres mundiales ayuda a sobrellevar con resignado estoicismo quince o veinte minutos de calor muy seco. Me paseo primero por las noticias de fondo, las que ocupan los lugares destacados en primera página, para pasar enseguida al suplemento diario de color salmón desvaído: se llama
Vivir e incluye noticias del corazón, otras cuantas de interés municipal, moda, jardinería, el horóscopo, tiras cómicas a las que no presto demasiada atención y algunas columnas de opinión sobre temas presumiblemente no políticos.
Allí vamos. En la edición de ayer, martes 23 de junio, le tocaba comentar sobre "las cosas del vivir" a un tal Anton M. Espadaler. "Así está el servicio", titulaba este señor su largo artículo encolumnado de la página siete y comenzaba contándonos un diálogo con otro personaje de su amistad en el que este último atribuía a los camareros de Madrid mayor profesionalidad y simpatía en el desempeño de sus funciones que las que mostraban sus colegas de profesión en Barcelona. No voy a poner peros ni síes a esta apreciación particular, ya que cada cual elige el lugar donde toma sus cafés y es responsable de cómo permite y/o merece ser atendido, pero se me hace imposible soslayar los escozores desagradables producidos por el contenido de la nota sobre mi ya de por sí hipersensibilizada piel de gimnasio. Es que el senyor Espadaler deducía que, de seguir así el servicio en la Ciudad Condal, muy pronto, y aquí sugería un "nosotros" en el que se atribuía la representación de un colectivo al que supongo de irreprochable pureza étnica, estaríamos ubicados en los primeros lugares de un hipotético ranking mundial de antipáticos. Él ha descubierto que tal cosa sería injusta, ya que las antipatías son obra de unos "parachutados sin ningún compromiso con la ciudad, que tanto podrían estar en Barcelona como en Bariloche (¡!)".
Extraña idea esta, señor Espadaler, ya que en mi último y reciente viaje a Madrid pude comprobar que casi todos los puestos de atención al público están ocupados por no-madrileños, unos especimenes tan "parachutados" como los de nuestra estimada Ciudad Condal. Y digo nuestra, sí, mal que le pese, ya que vivo, trabajo y estoy comprometido con ella desde hace más de veinte años, tiempo suficiente como para poder asegurar que en Barcelona, como en cualquier otro lugar del mundo, la antipatía nunca necesitó de extranjeros para manifestarse a sus anchas.
25 comentarios:
¡Chapeau!
¡Nunca mejor dicho! ¡Y que se enteren!-
LA IDIOTEZ NO TIENE NACIONALIDAD.
saludos.
Raúl,
Beatriz:
habrá sombreros, pero también tomates.
Hay gente muy quiquillosa con sus prejuicios.
abrazos
Parece que los espalader que habitan este bendito «principado» sólo se dan chutes de «ceba».
... que antipático y que mal servicio da al lector el tal Espalader este, y todo ello en su propia casa. ¡Cómo debe comportarse "fuera" de ella!
Mira que es desagradable esa frase, "Como está el servicio", me parece de un snob insufrible.
Armando me sirve el almuerzo casi todos los días. Me pregunta siempre muy amablemente ¿lo de siempre?, se interesa por si dejo algo del bocadillo o la tostada, de si queda algo en la botella de cerveza y esta presto a servirme el café solo cuando he terminado.
Armando es de Ecuador.
Un abrazo
Dices eso porque no conoces a los camareros vascos. Hay que darles las gracias porque te permiten entrar en su establecimiento y te hacen el enorme favor de ponerte una copa o un café. Si algún día te dan conversación, considérate un elegido. Esta descripción no incluye a algunos amiguetes míos camareros. Por si lo leen.
Murió Farrah Fawcett
Antonio,
Ephe,
Fanma:
con ciertas palabras habría que hacer una gran fogata, antes de verlas convertidas en un discurso infiernal que lo devore todo.
pero es que es cierto!! en Madrid son mucho más amables, en cualquier sitio!!
Zbelnu:
una rubia objeto poco afortunada a la que no perdonaron sus dotes interpretativas...el mismo día ha muerto Michael Jackson, y ella ha pasado al olvido por segunda vez.
Vanessa:
será que aquí están más asustados o que los que deberían exigirles simpatía ni quieren ni saben hacerlo? No vamos a pensar que Cataluña tiene mala suerte y nos mandan de Extranjeriland a los más antipáticos...
Alma:
podría contarte diez casos parecidos de camareros encantadores extranjeros, otro tanto de desagradables o antipáticos, lo lamentable es poner el acento sobre la diferencia desde un medio de comunicación, sobre todo cuando esa generalización es tan arbitraria y poco válida como la que hace de los catalanes en su totalidad, gente intratable a la que sólo le interesa el dinero.
Un abrazo sin fronteras.
Noemí:
encuentro que a veces son un poco bruscos, por no decir excesivamente "machos". Sin embargo tampoco podría generalizar: en algunos lugares me han tratado como si fuera de la familia. Creo que finalmente todo pasa por la educación y/o la sensibilidad de cada uno.
Por supuesto la antipatía no tiene NADA que ver con la extranjeridad, como bien dices, pero sí, tal vez aquí se transmita esa idea de que para qué ser amable, si se puede ser seco y algo desagradable? una equivocación, sin duda, la amabilidad ALIGERA el espíritu, sin duda!
me gusta tu foto con alfombra roja,
y sí, qué impresión estas dos muertes, the end of an era...
Vanessa:
la alfombra roja llevaba a un ascensor, destino algo triste si no lo tomamos como metáfora del triunfo, de una posición destacada en las alturas.
La amabilidad es la forma más refinada de la cultura, según Dante Bertini, o sea yo. Aunque se lo debo haber copiado a alguien, supongo.
Tenemos demasiados siglos encima...
Dante, te he dejado un correo en los comentarios de mi post.
Un abrazo.
No acostumbro a leer la columna del señor Espadaler pero que si conozco su trayectoria: reputado medievalista y buen conocedor de la literatura catalana desde los trobadores a hasta Ausiàs March. En ámbitos académicos se le suele considerar como uno de los más abiertos y menos instrumentalizados por el nacionalismo imperante en ese ámbito de estudio.Así pues, si de su texto se desprende ese tufo insoportable que señala, burlandose la diversidad (con un punto de insufrible clasismo: no habla de los millonarios futbolistas, por ejemplo) imagínate que hubieran escrito (y escriben, en otros periodiquillos, muy subvencionados) la ortodoxia de ese círculo.
un abrazo
veo que, a pesar de tanto complejo y oportunismo político, Madrid y Barcelona siguen pareciéndose bastante: en sus camareros, en sus periódicos, en sus hilarantes discursos y, gracias a Dios, en lo cosmopolita.
Salud!
Nosurrender:
no se si es Dios el que lo hace posible, pero sí, gracias de que sea así.
Lucía,
ya paso a verte y a verlo.
Abrazos!
José:
fuimos y somos, siempre variando de forma y contenido.
Mi temor es que ciertas personas encuentren excusas para sus extremismos jugando con las fobias y temores de una sociedad en crisis. ¿Medievalista? Entiendo mejor, aunque quizás no debería...
abrazos
Me hiciste recordar un trayecto en taxi en Chicago en el cual el taxista, de nacionalidad paquistaní, me condujo de mal modo a mi hotel, quejándose de la invasión "hispana" a "su" país. Ja!
Por cierto, según yo Barcelona y Madrid no se parecen en nada, comenzando como dijo alguien, en el futbol!!!!
Por cierto, ¿en qué se relaciona la foto? El fin de semana vi "Los Secretos de un Matrimonio" y esa Liv Ullman no se le parece en nada...
p.d. Pregunta indiscreta: ¿de verdad los señores pueden leer un diario en el sauna? Nunca lo imaginé...
Los pakistaníes no suelen ser muy simpáticos en ningún lugar, con excepciones, por supuesto, como siempre sucede con las generalizaciones.
La foto de Liv, maquillada por técnicos de USA, es de un película anterior si no me equivoco, y de época. Va del nacimiento de los racismos, del nazismo más precisamente, y ya usé en otros posts ese recuerdo de la única película abiertamente "política" de Bergman.
En mi sauna hay siempre periódicos del día y no soy yo el único que los lee, te lo aseguro.
Plas plas plas!!!! esta honomatopeya puede sonar a aplauso o a cachetada que fuerte no??? pues la mia es de aplauso por el cachetazo que le pegaste a este Señor, que me temo debe ser del colectivo catalanoselectista... pues como camarera que he sido y como habitue de muchos bares de Barcelona, no hace tanto como vos que vivo aca pero me sabes salidora, y ademas yo elegi esta ciudad para vivir por eso la tomo como mia, puedo decir que asi como trabajando en la cafeteria, con jefa catalana..., habia clientes catalanes de lo mas agradables y otros que al inicio eran bordes y luego por mi amabilidad no les quedaba otra que cambiar el chip, habia muchos clientes que decian de mi jefa que su exagerada amabilidad ponia al descubierto su antipatia... 1+1=2
En todos lados se cuecen habas, decia mi abuela y te aseguro que los pakistanies pueden no ser amables con los tios pero con las tias son hasta demasiado simpaticos....
Besotes amables y simpaticos de porteña!!!!!!
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