...si en este momento me pusiera a cantar el "todo pasa" machadiano musicado por Serrat caería en el más obvio de los lugares comunes, pero es lo único que se me ocurre ahora mismo, recién desembarcado en mi casa barcelonesa después de un agradable viaje de apenas una hora, cómodo, relajado, amigable; un viaje tranquilo que no me ha obligado a soportar aberrantes esperas, colas interminables y/o angustiosas cancelaciones. Y todo gracias a ese AVE delicioso que, sin alas, traqueteos, humos tóxicos o densas nubes volcánicas, me ha trasladado con plumosa delicadeza desde la ciudad de Lleida, unas pocas horas después de finalizada su muestra anual de cine iberoamericano.No les voy a hablar del Palmarés final, de todas las películas a competición ni de los jurados convocados para cada categoría: pueden entrar a la página del festival si de verdad les interesa saber quiénes y de qué manera han intervenido y también cuáles entre todos ellos se han llevado los premios otorgados por el certamen. Yo prefiero seguir con mis notas -entrecortadas, arbitrarias, desparejas- sobre una semana de estadía en esa otra ciudad cada año más cercana.
Mi palmarés particular incluiría en más de un rubro a la premiada El hombre de al lado, al niño Conrado Valenzuela, protagonista de Andrés no quiere dormir la siesta, a Cecilia Rossetto por su papel de madama depravada en la atrapante, angustiosa, muy lograda, La mosca en la ceniza, segundo largometraje de Gabriela David, al corto Uyuni, refinada publicidad de una camioneta todoterreno que deviene tragedia sangrienta.
"Aquí se habla mucho" podría ser otro slogan publicitario de la Muestra de Lleida. Se habla por los pasillos, en la recepción y en el bar del hotel, a la entrada y salida de las proyecciones, sean estas competitivas, especiales o retrospectivas, en el pub africano cercano al hotel donde suelen gastar sus noches los más noctámbulos y, sobre todo, se habla muchísimo mientras se desayuna, almuerza o cena, aunque, gente educada esta del cine, nunca, jamás, lo hace con la boca llena.
Hasta ahora no me he subido a una balanza para saber cuántos kilos estoy pesando, sin embargo podría segurar que vuelvo de Lleida con alguno más encima. La mirada, que yo sepa, no ayuda a consumir calorías, y allí, durante la Muestra, nos llevan de un cine a otro y, como breve intervalo de descanso entre una y otra película, del comedor del hotel a un restaurante y de un bar a una cafetería.
Para colmar mis kilos y nada más volver, una amiga fotógrafa me invita a un té con simpatía, charla y diversas exquisiteces (la foto muestra los scones y el brownie esperando para pasar à table) en su no menos exquisita casa-estudio del barrio de Gracia. A punto de convertirse en joven abuela, ha decidido dedicar parte de sus días a dos cosas a las que su trabajo profesional había quitado casi todo el tiempo: recibir gente amigable y cocinar para ellos.
La mesa, loza blanca dispuesta sobre una tela africana de color crudo con dibujos en negro, estaba colocada junto a una de las amplias terrazas de la casa: luz de atardecer sin volcánica nube negra a la vista y la cercanía de un buen montón de plantas que comienzan a sentirse primaverales, despuntando verdes brillantes y floraciones varias.
Para acompañar una y otra taza de té darjeeling (Tealosophy) con nubes de leche fría, comimos sándwiches de pan inglés de molde, scones con confituras caseras de naranja y boniato, diversas tartas saladas de verduras. De postre, un brownie de chocolate bañado en nata fresca y varias horas de animado diálogo. Un auténtico festín de cine. Tanto placer refinado no es nada discriminatorio: todo aquel que lo pague puede disfrutarlo cuantas veces quiera. Sólo hace falta llamar con antelación al 639161197 y preguntar por Cristina.
Como compañero de viaje elegí el primer tomo de Obras, la reciente reedición por Anagrama de toda la narrativa del escritor y dibujante Copi (Raúl Damonte, Buenos Aires, 1939-1987).
Edgardo Entín, casi un clon físico del autor de aquella Eva Perón teatral tan iconoclasta e irreverente como toda su obra, me lo presentó en un bar de Ibiza a principios de los ochenta. Parecía un tipo melancólico, de pocas palabras y menos ironías. Nada habituado a los delirios exhibicionistas fuera de la escena, poco agraciado para los cánones gays de la época, se aferraba a una copa de gin tonic con una mano y a la pringosa barra del bar con la otra. Iba vestido formalmente y de blanco, como el personaje masculino de Súbitamente el último verano (Suddenly Last Summer), ese Sebastián Venable inmolado sobre la arena de una playa por los oscuros y hambrientos muchachos españoles depositarios de su deseo. Cuando pienso en él, desubicado, totalmente fuera de lugar en aquel ruidoso e inhóspito bar ibicenco, me pregunto si no estaría imaginando un final parecido para su ya por entonces herida existencia.
ilustran dos retratos de Copi, el último dibujado por el Tomi
Hacia finales de marzo recibí una carta suya. Estaba concentrado en El
Escorial y me pedía que nos encontráramos en Galapagar. Él me estaría
esperando en s...
Hace 1 día
39 comentarios:
Deliciosa oda al exceso moderado, amigo Dante, con este nuevo hilo perfectamente cosido al modo de Proust, desde el cine al recuerdo ibicenco, pasando por el darjeeling.
Cada vez es más difícil dar esquinazo a la ambiciosa melancolía.
Fernando:
la ambiciosa melancolía, según Simone Signoret, "ya no es lo que era".
Gracias por visitar. Tengo que abandonar las salas de cine y volver a mi blog, que es como volver a mis malas costumbres.
De pantalla en pantalla, como suelo decir.
Un abrazo
A ti las cenizas no te han dejado en tierra. Cine, literatura, buena comida, mejores postres... No te privas de nada...
Abrazos.
Alfredo:
hay momentos de alegría y buena fortuna. Antes y después llegan los otros. Tiempo de comer y tiempo de ayunar. Los ritmos de la vida. Un abrazo y gracias por la visita.
Me he pegado un atracón con este post insuficiente para alcanzar el tuyo que superas por haber sido cinematográfico, gastronómico y literario. Te echamos un poquito de menos en el blog; por eso, bueno, a trabajar ya.
¡Qué bueno leerte de nuevo!... saber que el festival ha dejado grandes y buenos frutos, que no has tenido problemas con la nube tóxica, que el ave es una delicia de transporte, que el qué tiene amig@s infinitamente generosos, tiene tesoros que no tienen precio y que los placeres de la lectura bien elegida te culminan hacia la estratosfera...los retratos de Copi, son geniales. No lo conocía, ahora sí, gracias a ti.
Me alegro mucho que estés muy bien, me ha gutado volver a leer tus crónicas.
Te/os dejo un abrazo sereno, silencioso con aroma canela,
Naia & Jon
De leerte me han dado muchas ganas de tomar el té. Pero de tomarlo así como vos, con esas exquisiteces y esa onda!!
Los kilos se bajan, no hay drama con eso. Es que la felicidad engorda, no lo sabías?? (es una teoría mía, ja ja)
Copi me flasheó, cuando lo leí por primera vez me dio un ataque de leerme todo lo de él que pude encontrar.
Me encantan tus crónicas, el modo en que nos compartís todo.
Un abrazote.
Frank:
gracias por la paciencia y el leer con atención.
De vuelta a la cotidianeidad, dispuesto una vez más a darles la lata con todo lo que me interesa.
Un abrazo
Jon y Naia:
por una vez pongo al pelirrojo primero, se lo merece por guapo.
Tengo la fantasía de que esa nube de ciencia ficción se abrirá, convertida en nave espacial, y de ella descenderán un montón de marcianitos bien intencionados que pondrán orden en todo este caos.
Un abrazo a ambos, todavía con olor a Lleida.
Marina:
si tuvieras a Cristina cerca estarías bastante más gordita: cocina como los ángeles.
Ella sin embargo es muy delgada. será porque, como decía mi madre, cocinar le quita el apetito que sus platos despierta a aquellos que solamente los comemos.
La edición de Copi en dos tomos es todo un acierto. Esperemos que sigan con su teatro y las historietas, muy difíciles de conseguir en castellano. Besos...y gracias por los piropos.
Sin kilos de más a pesar de buenas comidas y excelente compañía yo también regreso de un "vuelo" en el Ave (con un breve encuentro contigo a punto de partir ambos hacia nuestros destinos) hasta Córdoba. Aún aspiro sus noches de azahares. Seguramente dará para un post en cuanto termine de asimilar tanta belleza y tanta historia.
Mientras tanto te leo y como siempre me deleitas y me diviertes con tus textos -
Un beso
"El hombre de al lado" es de los mismos directores de "Yo Presidente", un reportaje documental a nuestros beneméritos jefes de gobierno (1989-2003). Irrespetuosa (no sé si tanto como algunos de esos señores del reportaje nos han irrespetado a nosotros), imperdible.
Espero ansiosamente por esta nueva peli, que no ha sido estrenada aún en Buenos Aires. Me llama la atención por dos cosas: sus directores irreverentes y la locación. Veremos...
Un abrazo
Beatriz.
Tuve una feliz estadía.
Me cuesta volver a mi vida habitual. También al blog, que languidece.
Un beso
Liliana:
el año pasado tuve el gusto de premiar como jurado su opera prima. Esta también es muy buena, aunque quizás le sobre algunos minutos, como a casi todas las que ví. Ya hablaremos más sobre ella.
Besos
jo,chico,conqué gente te codeas. " Lo flipo y lo floto" qué dice mi sobrina...Un beso
Te pensamos estos días! llegaban noticias frescas del festival de Lérida, y tenía muy buena pinta, como siempre, esa vida festivalera...
besos
Hola Dante!
En tu nueva foto de perfil pareses un comisario de la policia federal! jajajaja!
Tu reflexiones ma han inspirado un regreso a la obra de Copi, y de seguro me haran sentir acompañado la proxima vez que reciba el veredicto fatal de la balanza bajo mis pies... paciencia.
Saludos che!
LeónNo;
por aquí no se usa...pero se entiende.
Con algunos ni llego a codearme; es sólo acercamiento momentáneo. Basta, en muchos casos. Besos
Vanessa:
es el tercer año y me lo sigo pasando muy bien, de película. Lo difícil es volver a la cotidianeidad. Pero también se logra. Un beso.
Daniel:
me gustan los personajes definidos y me pareció que algo de eso había en este foto del AVE. Vengo influenciado por tanta película argentina actual, donde no sólo los policías parecen serlo.
Un abrazo rico...
Lo mejor: invitar a amigos y cocinar para ellos. Es lo mejor de lo mejor como dicen los ingleses.
¿La exquisita fotógrafa de la exquisita merienda en la exquisita casa de Gracia es...Colita?
¡¿Me has borrado de tus enlaces de blogs amigos?
Fanma:
yo no tengo paciencia para cocinar, aunque a veces lo hago...por suerte tengo amigos a los que, como a tí, les fascina hacerlo.
Lansky:
tengo que responder con dos no, en el segundo caso con más explicaciones, ya que gracias a un filtro "moral" que me colgó sin pedirlo telefónica se me desconfiguraron varias cosas.
Lo siento. Ya volverás a estar allí.
Que la telefónica me censure es un gran honor...
Espero que tu regreso desde Lérida no se haya visto afectado por la nube de poolvo y cenizas producida por ese volcán islandés
Lansky:
tal vez tengas razón viendo cómo van las cosas...
Miguel:
nada de eso, por suerte.
Llegué en una nube, pero de comodidad.
Yo adoraba a Copi, me trae muy buenos recuerdos!
No conocía a Copi pero siendo como son estas historias internautas y lectoras, vi un artículo sobre su vida en el periódico del domingo. Una vida sin duda y cuanto menos diferente, algo que no pueden decir todos.
Un abrazo
Belnu:
los míos son algo melancólicos.
Ese estilo de gente está en vías de extinción.
Alma:
si te gusta el humor absurdo, los delirios inteligentes, las ironías sangrientas, te gustará Copi.
Es lógico que aparezca en otros lados porque acaban de reeditar el libro. Yo no me di prisa en comentarlo porque es un viejo conocido.
Un abrazo
Me dirás si lo lees?
Gracias Dante. Corro a comprármelo.
No me enteré hasta ahora.
He tenido el venturoso azar de encontrar un ejemplar de "El hombre de sus sueños" en un puesto callejero de venta de libros. De inmediato intuí que iba a gustarme (como si el libro me eligiera a mí y no al revés) y así fue: de un tirón me leí las 153 páginas.
Le felicito, Maestro, me alegró el día, e hizo que la parrillada argentina que tomé por la noche me sentara mejor.
Un saludo, y quedo alerta a la caza de alguna otra obra suya.
Albert(o):
me alegra por Copi y por tí.
Guido:
a mí me has alegrado una mañana llena de accidentes caseros (estoy convencido de que todo es culpa de la nube negra agorera; nunca me pasan esas cosas)
Voy hasta tu blog y me entero de que Gracielita dice frases tan interesantes como la que transcribes. Doy fe de que ella paseaba mucho, al menos cuando yo vivía en Buenos Aires.
Un abrazo, y que vuelvas.
Es que eso es lo que venimos a buscar acá: lo desparejo y arbitrario de tus notas, los brownies y scons que nos degustamos en nuestras cabezas (éstos tienen la ventaja de no agregar ni un gramo, jeje.. Ya me estoy yendo a la panadería artesanal de la esquina a comprar alguna de sus exquisiteces, así que kilos, por todos lados). Hasta la primavera que luce desde la terraza de esa casa y que me queda en el otro extremo del año. Si hasta me subo un ratito al tren AVE y sueño con ser transportada en algo que un poquito se le parezca, en lugar de los pesados micros de larga distancia que suelo usar...
No escuches a Daniel: ese bigote es más que acertado.
Gracias por llevarnos un ratito de paseo.
Besos!
Diana:
espero que sea así, porque si no estaría perdido. No creo que me interese o sepa hacer nada distinto a lo que hago habitualmente.
Panadería artesanal?
TEngo una a cien metros de casa, con el obrador a la vista, y me obligo a cruzar de calle para no rodar depués como las piedras de la ranchera famosa.
God save the bread! en todas sus posibilidades...y ese trigo nuestro, y el centeno y la espelta y todas las demás harinas...
Gracias: mi bigote baila de contento.
Que tu luz nos ilumine más allá de las nubes negras de Islandia.
Coincido con Luz en lo referente a tu bigote. Un policía de película francesa y de los buenos, así te veo yo.
Carmen Lizzy
Dante,
Qué placer la recepción que te ha hecho tu amiga, la joven abuela.
Me encanta la foto en donde aparece el brownie con la luz dando un efecto teatral sobre la pared de ladrillo virgen.
El mantel, las delicadezas gastronómicas y seguramente las charlas que tuviste con ella, bien valen algún kilito de más que después te lo quitás con un poco de dieta en casa.
Yo bajé tres kilos en diez días solamente quitando el pan de mis comidas. Estoy contenta.
Muy enriquecedor tu relato. Quiero ver a la Rosetto en ese personaje que mencionás.
Abrrrrazos míos y de Renata que está con collar isabelino porque tiene herida la pata y no debe tocarse :(
Disfrutando una vez más leyendo tu crónica Leridana.
Veo que has disfrutado,de lo cual me alegro,de buena compañia y buenas viandas.
¡Que rico el te con nube!.Menos mal que sería de leche y no de polvo volcánico.
Hay que aprovechar estos momenticos que nos da la vida.
Saludicos.
Carmen,
gracias.
Raquel:
Ay el pan! Si pudiera dejar el pan, las pastas en general, otro gallo cantaría!
Todavía no me aclimato, sigo en el mundo del cine, tan divertido y variado...
Mando besos a las niñas Erres y esta vez con especiales cariños para la malherida con mala pata.
Carmen:
primero se aprovecha y después se cuenta a los visitantes amigos que
pasan por aquí...sin nubes terroríficas y con buenos augurios, como tú
gracias
Has cambiado la foto por otra en donde estás muy seductor con tu cámara en mano.. Vine paseando, tranquilamente y encontré novedades...como el universo cambiamos en momentos, instántes, suspiros...sin planear..
También soy una "panera" hasta pan con pan..
Abrazos con vibraciones aroma canela,
Naia
Naia:
es todo el ánimo que tengo con esto de la astenia primaveral y las alergias, más algunas otras cosas que ocupan todo mi tiempo...
un abrazo con mucha miga
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