...como les contaba en el post anterior, la semana pasada, convaleciendo aún del virus impreciso, seguí saliendo casi cada día. Siempre lo hago. No es que las otras semanas de mi vida las haya pasado encerrado en un armario -creo que nunca estuve dentro de uno y si lo hice fue para hurgar entre las prendas íntimas de mis numerosas tías-, cuando hablo de salir estoy refiriéndome a esas salidas extras, lúdicas, ajenas al programa habitual de nuestras vidas, donde salir significa ir al trabajo, a los lugares de estudio, al hiper-super-mercado abastecedor de comida o al banco más cercano.
Salí por salir, -y estoy intentando continuar con mi cuento sin más vueltas-, para ver el espectáculo de Cristina Hoyos, Café de Chinitas, en el recién inaugurado teatro Arteria de la avenida del Paralelo, en el mismo espacio que ocupaba el Studio 54 barcelonés, discoteca top de finales de los ochenta.
Invitado por la fotógrafa Colita, que, pródiga y prodigiosa, repartió 180 entradas entre sus amigos y conocidos, tuve suerte otra vez: segunda fila de platea.
No hay mentiras sobre este escenario, sólo espectáculo. Todos se dejan la piel y lo hacen con esa elegancia racial y apasionada del auténtico flamenco. Si no lo vieron ya, no se lo pierdan. La mañana del jueves volví a salir y lo hice para el preestreno de un filme argentino, cinéfila perversión a la que me habituaron mis dos experiencias como jurado en la Muestra de Lleida. Antes de esto me hubiera parecido atroz encerrarme en un cine poco después del desayuno. Allí, en Lleida, me acostumbraron a ver películas dramáticas con un cruasán en la mano, a reírme mientras untaba mantequilla y miel en una tostada, a derramar lágrimas sobre un vaso de zumo de naranjas recién exprimidas y a lanzar un comentario sobre la calidad de un trabajo artístico mientras revolvía la segunda taza de café con leche.
Preestrenaban Dos hermanos en el Florida Blanca y se anunciaba la presencia del director de la película junto a una de sus dos estrellas protagonistas: Graciela Borges. Fui, por supuesto, aunque tuve que hacerle una contra asana -algo así como un corte de manga- a mi clase semanal de yoga. Graciela es una verdadera diosa en la Argentina, amada y denostada con el mismo y habitual fervor nativo, y a mi me apetecía ver de cerca, aquí y ahora, a una mujer que siempre había visto en pantallas o desde prudencial distancia, paseando, oculta tras unas enormes gafas de sol, por aquella Galería del Este de mis primeros escarceos artístico-sociales: una versión particular, adaptada a los tiempos del pop, del tanguero Cafetín de Buenos Aires.
La película es recomendable sin ser perfecta. Como a todas las que veo últimamente le sobran algunos minutos de metraje. Quizá sea yo el que estoy perdiendo la paciencia y no los directores su capacidad de síntesis. Muestra un Buenos Aires espléndido, un Uruguay entrañable y dos actores de enormes recursos interpretando a esos hermanos que, como buenos neuróticos argentinos, aman y odian sin diferenciar con precisión ambos sentimientos. Al final de la proyección, mucho después de la hora pactada, llegó Doña Graciela. Gafas de sol enormes y una blusa con dibujos dorados que la hacían brillar como una estrella sobre el fondo oscuro de una de las salas del Florida Blanca. Pidió disculpas con su voz pastosa de inconfundible deje "Barrio Norte porteño" y nos comunicó que aquel día era muy especial para ella: cumplía años, 69, estaba lejos de su casa y recordaba a tres amigos que habían muerto en las últimas semanas. Enseguida pidió disculpas, dijo "nunca me pasan estas cosas" y yo, que estaba a pocos pasos de ella, pude ver como le caían lágrimas gruesas y atropelladas por ambas mejillas. Entrañable. Cuando terminó de contestar unas pocas preguntas, me acerqué hasta donde estaba para presentarme. Se sacó las gafas y me abrazó sin poner barreras, ralajada y entregadamente, mientras me hacía una pregunta que me hacen siempre otros argentinos de paso por Europa:
-¡Tantos años fuera, querido! ¿Cuándo vas a volver?
Si tuviera alguna respuesta se las daría. A falta de ellas, por lo general utilizo un gesto que consiste en fruncir los labios y encoger los hombros.
Creo que es mi forma de decir: ¿volver adónde?
Tal vez si supiera a qué lugar de mi vida quisiera volver, podría contestarles con palabras y no utilizando esos gestos que hasta para mí son imprecisos.
Hacia finales de marzo recibí una carta suya. Estaba concentrado en El
Escorial y me pedía que nos encontráramos en Galapagar. Él me estaría
esperando en s...
Hace 1 día
29 comentarios:
Seré la primera? Bueno, Dante, la viste al fin. Te acordás que te la comenté? Sí, no es una peli brillante, pero creo que Graciela y Gasalla sí están geniales, los papeles son a su medida. Claro que cuando yo fui al cine no tuve oportunidad de abrazar a ninguno de los dos, jaja.
Muy pasional el flamenco. A dónde me llevas la próxima vez?
Besos, hermanito.
Estoy de acuerdo con vos, se sobran algunos minutos al film Dos Hermanos, pero me gustó! Guste o no, Graciela Borges es la gran estrella del cine nacional, la única.
Seguí saliendo, así nos contás más cosas!
BESOTES DANTE Y BUENA SEMANA!
Diana:
tierna Graciela, muy frágil y a la vez directa. Una auténtica géminis.
Me la pasé bien, aunque se me hizo un poquito, sólo un poquito, larga. Era de mañana, hora poco apropiada para meterse en un cine. Por suerte llovía.
Veré adónde me llevan a mí, que tengo alma de paquete.
Besos fraternales.
Stanley:
anda por allí una Elena Lucena que tuvo lo suyo y, como dicen en España, "quien tuvo, retuvo".
Me emocionó verla; casi centenaria, supongo.
Cuando era muy jovencito mis amigos me pedían que les contara películas. Decían que yo las "filmaba" mejor. No era cierto, pero me gustaba oírlo.
Un abrazo, paso a verte.
¿Cuando volverás Dante?. Encoges los hombros, sonries discretamente y vuelves a escribir, es ahí donde vuelves a donde quiera debas volver.
Un abrazo
Alma:
me has emocionado...
impresionante!
Un abrazo con alma
Dante...no paras, estás muy solicitado socialmente. Eso es muy bueno para los que te seguimos, ya que nos enteramos de cosas muy interesantes vividas por ti. El flamenco es una espina en mi, en danza y eso que tengo cincuenta por ciento de sangre pura andaluza. Cristina Hoyos es un monstruo de la danza flamenca. Gracias por mencionar la película, se intentará verla.
Cuando has dejado el pasado atrás, sean lugares o personas.El recuerdo solo existe para saber de donde se procede.
Te dejo un abrazo silencioso envuelto en aromas divinos,
Naia
Naia:
mi vida fue siempre más o menos así. A veces no cuento estas cosas para no aburrir, porque siento que son poco interesantes.
Pero pasa que algunos piensan que vivo encerrado con mi gato y mis blogs, quejándome y sufriendo.
A veces creemos que la felicidad, la diversión o simplemente la paz, no tienen tanta carne literaria.
Un error, con toda seguridad.
Un abrazo
Ayer vi la peli. Graciela está sensacional, pero no menos está su hermano de ficción, con esa riqueza interpretativa "simple" que tienen los grandes actores. A mí sí me gusto mucho. Lo sé porque sigo pensando en algunas de sus escenas.
Yo, desubicado y autodesterrado de muchas cosas, tampoco sé conjugar el verbo volver.
Y también me ha emocionado el comentario de Alma.
Y sigue saliendo. Y contando.
Gracias.
Un abrazo.
¿Volver? Vuelva el que tenga,
Tras largos años, tras un largo viaje,
Cansancio del camino y la codicia.
De su tierra, su casa, sus amigos,
Del amor que al regreso fiel le espere.
Mas, ¿tú? ¿Volver?. Regresar no piensas,
Sino seguir libre adelante,
Disponible por siempre, mozo o viejo,
Sin hijo que te busque, como a Ulises,
Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope.
Sigue, sigue adelante y no regreses,
Fiel hasta el fin del camino y tu vida,
No eches de menos un destino más fácil,
Tus pies sobre la tierra antes no hollada,
Tus ojos frente a lo antes nunca visto.
Perdóname, pero hoy estoy muy sensible, y la palabra "volver" que ha dicho Graciela y tú sutil y disfrazado encogimiento de hombros mientras te formulas la pregunta, que muchos nos hacemos, sin encontrar una respuesta ¿Volver adónde?, me ha llevado hasta éste poema de Cernuda, que siempre tengo a mi alcance.
Un beso-
Ah... por ponerme sentimental casi me olvido ¡Me encanta Cristina Hoyos-
Hace algunos meses vi el trailer de la película y, sin conocerlos previamente (muchas veces somos un poco ignorantes de lo que pasa al otro lado del Atlántico, yo por lo menos, desgraciadamente) me pareció que la dupla actoral era impresionante. Ya en el trailer ella me parece regia, imponente. Tiene que impactar ver de cerca a una gran dama de la escena derramar un lagrimón y, más aún, recibir un abrazo suyo.
Dante, yo creo que el concepto "volver" no existe realmente... nunca encontramos las cosas como las dejamos, si acaso nos enfrentamos a una nueva realidad... ya sé que no es muy original lo que digo, pero bueno, creo que ante tal pregunta, yo respondería también con un gesto de indefinición...
Preciosas las fotografías y el texto, como siempre.
María (la lejana)
No me critiques, se me ha escapado un acento en un "tu" que deforma la frase. Cosas que pasan...
Errores por prisas...no justificados.
Caruano:
me alegra que te lo hayas pasado bien con ella, y no hablo solamente de la Borges si no de la película en su totalidad.
Tiene algunos momentos muy divertidos sin ser idiotas, lo que se agradece en tiempos de vacuidades varias.
Gazalla, al que no se si sigues por Youtube, está como siempre perfecto: no interpreta, es el personaje.
Beatriz, detrás de tí, deja un hermoso poema para agudizar nuestras inquietudes. Un abrazo.
Beatriz por dos:
frente a semejante poema de un escritor que me gusta especialmente, un acento fuera de lugar importa, en este caso, menos que él mismo, que su peso gráfico en medio del magnífico y equilibrado texto.
Gracias por tomarte el trabajo de colgarlo aquí.
Tengo claro lo que dices, pero por momentos prefiero pensar que no todo lo pasado está perdido, engañarme con una posibilidad fantasmagórica para poder seguir viviendo en esta cruda, a veces muy incómoda realidad.
Un abrazo, por la improbable vuelta.
María, la lejana:
no se si lo que dices es original o no, ni siquiera me planteo esto; creo que hay ideas muy manoseadas y obvias que necesitamos repetir una y otra vez porque, como dicen por ahí, "hay razones del corazón que la razón no entiende".
Un gesto ayuda a salir sin palabras de una situación en la que no tenemos ninguna precisa.
Un abrazo
y que disfrutes de la película si la ves.
Signore Bertini, me hizo ruborizar con su comentario. Se lo agradezco de todo corazón!
BESOTES GUAPO!
No se que pasó con el comentario que escribí hace unas horas; debió evaporarse, supongo...
En fin, Graciela Borges no sólo es una magnífica actriz, que ocupa un lugar de honor del cine argentino, al lado de Tita Merelo, Luis Sandrini y varios más sino que, también, nos obsequió frases tan inteligentes como aquella que dice: "Los que pasean, no se suicidan".
En cuanto a mi paisano Daniel Burman, voy a intentar ver su última entrega a principios de la próxima semana. Aunque más no sea para encontrarme con algo bien distinto a los que se hace (la mayoría de las veces, perpetra) por estos lares.
Un saludo
Stanley K:
espero que el rubor no tiña también su camiseta...
sería de no aguantar!
Un abrazo SK!
Guido:
me preocupas un poco...varias personas en la red se quejan de ataques de todo tipo.
Espero que no haya algún sistema que borre los comentarios de mis visitas.
La película se ve con placer y ellos dos, Borges y Gazalla, están muy bien, no te defraudarán.
Ya me contarás qué te ha parecido.
Un abrazo
Qué dejo triste tiene este post. Volver... ¿a dónde? Siempre estamos buscando dónde ir, ese lugar en el mundo que nos arrebataron o que dejamos. Ya nunca será el mismo, lo importante es estar, allá o aquí, pero sentir eso que nos transmites en tus posts. Vida pura.
Perdona la cursilería de mi comentario, pero me diste en un pedacito del corazón.
Hola Dante:
Vi la pelicula y me fascino, Gasalla y Borges me sedujeron por completo, por lo que, en mi caso, a la pelicula le faltaron muchos minutos; quiero decir que con gusto hubiera seguido viendo las andanzas de los hermanos a travez del Rio de la Plata.
Le estoy muy agradecido al director por abstenerse de sus acostumbrados excesos neuroticos, estilo Woody Hallen, y hacer su trabajo con precicion y oficio.
Estaba muy interesado en conocer tu opinion sobre esta pelicula, hasta estuve tentado de escribirte. En cuanto el personaje de Gasalla conto su historia, y como se habia vuelto de Europa, me acorde de vos, que no te volvistes, y me pregunte si su situacion te habia merecido alguna refleccion particular.
La irrupcion de la realidad, del brazo de La Borges, me ha resultado desconcertante y enternecedor.
Un abrazo che!
Liliana:
a veces siento que debo dar una imagen algo dura que no es verdadera. Lo digo por los perdones reiterados, pedidos por ser amables, comunicativos, sensibles...
Tú volviste, yo no, todavía al menos. Los dos sabemos muy bien todo lo que significa estar o no estar, marcharse o seguir.
Compartimos un sentimiento y una situación; es mucho más de lo que parece.
Abrazos y gracias
Daniel:
una reaparición estelar!
La película me gustó por bastantes razones.
Dije que, posiblemente, el que estuviera perdiendo la paciencia fuera yo. Me pasa con casi todo lo que veo, a todo le encuentro un exceso de metraje, mucha explicación. No te dejan salir con ganas y a mi ahora me gusta comer liviano.
El personaje de Gazalla tiene puntos en común conmigo, sin duda, aunque yo no tardaría tanto en reaccionar contra un bicho como su hermana. Tal vez por eso no volví, preferí quedarme y seguir con mi vida sin torcer el rumbo.
Ellos dos también defienden vivir, seguir viviendo, aunque él es más piadoso, estima y respeta más a los otros.
Emocionante ver las fotos de juventud de Marcos y Susana, los personajes, con las fotos auténticas de ese Gazalla afro que yo conocí hace muchos años.
La Borges necesitaba un abrazo argentino, supongo. Deliciosa mujer.
Un abrazo, Rico, no te pierdas.
Después de leer todos los coments,me quedo sin palabras.
Simplemente: no dejes de salir y sigue ahí.
Saludicos.
Carmen,
minuciosa amiga: espero no dejar de salir y seguir aquí, lo que no significa necesariamente en este mismo espacio geográfico.
Saludos
Me estoy enterando de que estuviste con un virus. espero que ya estés totalmente recuperado.
Salir a ver teatro cuando el espectáculo es bueno, es una maravilla.
Qué emotivo lo que contás de La Borges.
Entiendo tu gesto... es triste a veces, pero volver es volver a algo que ya no existe (aún a´si, me lo planteo muchas veces)
La película no me gustó, me aburrí y la apagué antes de llegar al final.
Te dejo otro abrazo.
Marina:
gocé mucho con el viaje en solitario, los paseos, el teatro.
A esta altura mi vuelta, no necesariamente definitiva, se hace una necesidad. 17 años sin volver son muchos años. No quiero repetir la experiencia de mi padre hasta ese punto.
Te mando abrazos. Ya estoy bien, gracias.
qué historias son las tuyas en esta Barcelona secreta que sólo se libra a ti... a gorgotones, y me gusta cómo aparece tu historia enlazada con el flamenco en el Paralelo! y luego el encuentro con una diva y el silencio tuyo frente a la pregunta sobre cuándo piensas volver... ¿a dónde? como tú bien dices , el hogar, el hogar uno lo acaba llevando encima, y .lo de volver, uno siempre vuelve, continuamente
Vanessa:
me gusta verte por aquí,
oír tu opinión bordeando, tímida y por ello sabiamente, la siempre tan esquiva sabiduría.
Yo voy así, como siempre; creyendo que sí, suponiendo que no, volviendo una y otra vez sobre los mismos temas, engañándome conque esta vez será diferente, que al fin he visto la cara oculta de la felicidad.
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