viernes, abril 27, 2012

My name is Dante

Nací en una ciudad donde los nombres "normales" no existían. Poblada por inmigrantes de todo el mundo, nadie se sentía extraño frente a una Ruth, un Osvaldo Umberto, un Walter, una Gertrudis o un Claudio Patricio. Mi nombre sin embargo siempre provocaba algo de asombro y, aunque con mínimos matices, casi el mismo comentario. Si cierro los ojos todavía puedo ver a muchas señoras "de cierta edad", maquilladas como para bailar "Giselle" o "El lago de los cisnes", acercando peligrosamente su cara a la mía para decirme con un tono de profunda delectación y en voz muy baja, como si estuvieran develando algún secreto de alcoba que sólo ellas conocían:
-¡Aaaaah, sí! Dante...¡Como el del infierno!
Yo era un chico tímido que deseaba agradar a todo el mundo, así que solamente me era dado sonreír, mientras asentía con otro sí suspirado apenas audible. Las Odettes-Odiles envejecidas, ya sin capacidad para pirueta alguna, eran muy sensibles a mi forma de ser:
-¡Qué amor de chico!
Ni siquiera se daban cuenta de que el amoroso chico se quedaba trastocado por aquello que escuchaba como una premonición catastrofista. Por suerte mis padres se ocuparon de aclarar el porqué de aquella frase apenas tuve posibilidad de entender sus razones. Mamá:
-¡Es un nombre precioso! Tu papá se llama igual que vos, aunque no se por qué la gente lo llama siempre por el apellido...
Aquella somera y bien intencionada explicación no era suficiente. Daba igual estar acompañado por mi progenitor si mi destino era asarme como un churrasco durante toda la eternidad.
-Deberías estar contento de llamarte así. Dante Alighieri fue el más grande poeta italiano. El creador de la lengua italiana.
Esta última línea de diálogo pertenece a mi padre. He preferido traducirla a un idioma más legible que el suyo habitual, plagado de errores de construcción y lleno de palabras en auténtico, aunque muy personal, cocoliche.
Con el paso de los años me enteré de muchas más cosas respecto a aquel hombre delgado y enjuto que, además de escribir un libro gordo llamado "La divina Comedia", descendió a los infiernos, paseó por el paraíso y amó con mucha ilusión y sin demasiada esperanza a una, según él, inigualable Beatrice Portinari. A pesar de sus estrafalarias vestimentas, siempre me resultó familiar. Tal vez porque llevaba en la cabeza un sombrero muy parecido al que nuestra Patria Argentina lucía en las ilustraciones de los libros de estudio. Allá me enseñaron a llamarlo gorro frigio, sin embargo al llegar a Cataluña me enteré que con algunos pequeños cambios en el diseño también se podía llamar barretina. Finalmente, el mundo no resulta tan diverso, tan atiborrado de cosas distintas como pensábamos. Muchas veces sólo cambia la manera de nombrarlas.

Posdata: es probable que este post ya haya sido publicado antes. También es probable que la memoria me juegue una mala pasada, creando una duda donde no debiera haberla. No puedo asegurar nada. Superada la prueba de mi rodilla izquierda, ahora llegó la de un virus primaveral que me tiene encerrado en casa desde hace más de una semana. Mientras me preparaba para escribir un post sobre mis padres, -nacidos ambos en el mes de abril, uno el dieciocho y la otra el 24-, encontré este texto entre otros muchos que esperan el momento propicio para ser desechados, releídos o simplemente publicados.
Vaya como ese homenaje escrito que quería dedicar en estos días a Giovanni Dante y Josefa Flora. Ellos fueron los que decidieron llamarme como me llamo.

Ilustra: retrato del autor cachorro por el otrora fotógrafo oficial (Van Dick) de su barrio bonaerense, Almagro.

jueves, abril 19, 2012

POSDATA:

Flavia Company y Dante Bertini : Corpografías en el Pati Llimona. Abril 2012. ¡Pas de deux!

Parte del público durante el acto. Atentos y afectivos.

El catering final: sabor dorado.

sábado, abril 14, 2012

CORPOGRAFÍAS


TODO EL PROGRAMA EN COS I TEXTUALITAT


EL MIÉRCOLES 18,
DE 18 A 20.30 HORAS
MIGRACIONES,
UN DIÁLOGO ENTRE
FLAVIA COMPANY Y DANTE BERTINI

EN EL
PATI LLIMONA
CALLE REGOMIR 3,
BARCELONA
ENTRADA LIBRE

jueves, abril 12, 2012