"El suizo Weber fundó en el año 1910 la agencia de publicidad Exitus e importó a Buenos Aires dos calificados artistas gráficos. El farmacéutico Suárez Zabala, dueño del laboratorio que en la Argentina procesaba aspirina con la marca Geniol, era un cascarrabias a quién los excepcionales dibujantes de Exitus, Lucien Achille Mauzán y Gino Bacasille, no lograban complacer.
Cansados de que el industrial les rechazara todas las ideas y suponiendo que ya lo habían perdido como cliente, decidieron vengarse. Realizaron una caricatura del empresario donde este lucía de perfil con su cráneo sembrado de clavos y tornillos, el lóbulo de una oreja comprimido por un clip metálico y su nariz atravesada por un alfiler de gancho. A pesar de tales tormentos, el personaje sonreía con placidez.
Cuando Suarez Zavala vio el dibujo, en lugar de indignarse festejó la creación y exigió que se utilizara esa caricatura como publicidad de su producto.
Corría el año l925 y había nacido del lápiz de Mauzán la cabeza más icónica de la publicidad argentina."
Acento más o menos, palabra más o menos, esta información la extraje de la red. El blog del MUDI, museo bonaerense del dibujo y la ilustración, atribuye la anécdota al humorista argentino Lorenzo Amengual.
Acento más o menos, palabra más o menos, esta información la extraje de la red. El blog del MUDI, museo bonaerense del dibujo y la ilustración, atribuye la anécdota al humorista argentino Lorenzo Amengual.
Para mí esa cabeza, que en muchas farmacias adquiría presencia física y volumen evidente, de escultura simbólica o busto patriótico, tiene resonancias casi míticas, todas ellas ligadas a mi infancia en la ciudad de Buenos Aires y, mucho más concretamente, a mi barrio natal, Almagro.
Gracias a la testa caricaturizada de Suárez Zabala y a un pegadizo, simplón, familiar jingle (ya nadie usa esta palabra inglesa tan descriptiva), en ninguna casa de familia faltaban las aspirinas del señor Suárez Zabala.
Quizás porque, como decía la cancioncilla publicitaria con aires de cueca o chacarera:
Quizás porque, como decía la cancioncilla publicitaria con aires de cueca o chacarera:
Venga del aire o del sol,
del vino o de la cerveza,
cualquier dolor de cabeza
se quita con un Geniol.
Así sea.