jueves, agosto 25, 2011

Poetas Argentinos de/en Barcelona


Terminó la cosecha, comenzó la impresión.
Este libro, con toda seguridad "imperfecto", entrará a máquinas en estos días. Retrasado por las vacaciones y a pesar de los agoreros de siempre -"los argentinos son unos negados incapaces de hacer nada, unos fracasados e ineptos", (en realidad sólo dos esquivos personajes que pretendían certezas imposibles en un vano intento de cubrir las propias inseguridades)-, el proyecto transAtlánticos está a un paso de convertirse en libro.
Como compilador novato -nunca es tarde cuando el deseo es fuerte-, agradezco a los otros cuarenta y nueve poetas por su obra, no menos que por su cálida prontitud en la respuesta. Todos los demás merecidos agradecimientos están en el libro.
Esperamos hacerlo digital a la mayor brevedad posible para que todos los que lo deseen puedan disfrutar de él.

Los dejo con Loquillo, cantando el poema de uno de los autores de transAtlánticos, Raúl Núñez, musicado por Gabriel Sopeña.

sábado, agosto 20, 2011

Bailar, con B de Bob (Fosse)


No hay buenas noticias, queridos míos, salvo que Doris (Mary Ann Kappelhoff) Day, esa chica con aspecto de ruda granjera germana, enérgica y precisa bailarina, cantante de voz blanca y perfecta dicción, insólita actriz de Hitchcock, compañera cinematográfica de Frank Sinatra, James Cagney, Cary Grant, James Stewart y del su también amigo, Rock Hudson, defensora activa de los derechos de los animales, a meses de cumplir los 88 años y con más de seiscientos cincuenta canciones grabadas durante su larga y brillante carrera, sacará un nuevo disco - My Heart- en los próximos meses.
Como siempre, el arte nos salva de la (auto)destrucción.
Agosto laborioso y viajero, los dejo en compañía de Bob Fosse, otro muchacho de múltiples habilidades que decidió acabar con su vida y su brillante, creativa carrera, a fuerza de cigarrillos (seis paquetes diarios), pastillas y excesivo trabajo.
El emparejamiento de Bob y Doris no es tan arbitrario como parece: el musical-homenaje sobre la obra de Fosse comienza con una de las canciones que la cantante incluirá en su nuevo álbum: Life is Just a Bowl of Cherries. Una definición que quizás contentaría a los azorados, patidifusos Monty Python.
A tener en cuenta la primera frase de esta canción: "people are queer". Leída hoy mismo, con las huestes sacralizadoras sueltas, resulta como mínimo inquietante.
¡A bailar se ha dicho!










martes, agosto 16, 2011

TR3S PELÍCULAS TR3S




Hace calor. Si tienen modorra y muy poco que hacer, además de un buen sofá, aire acondicionado, bebidas refrescantes y ganas de darse un paseo por historias contundentes, emotivas, bien filmadas, aquí les dejo estas tres sugerencias, todas estrenadas en los lejanísimos setenta. En su momento produjeron un montón considerable de emociones, algunas quejas de los bien pensantes, un puñado de excelentes críticas y diversos desagrados pastorales.
Lindsay Anderson, Philippe de Broca y Bernardo Bertolucci, sus directores, son tres nombres importantes de la historia del cine, pero además transitan por ellas Jeanne Moreau, Malcolm McDowell, Jean Louis Trintignant, Dominique Sanda, Stefania Sandrelli, Alan Price, George Delarue, Vittorio Storaro, Alberto Moravia actores, músicos, fotógrafos y escritores maravillosos en su mejor momento.
Yo no volví a verlas, pero me atrevo a decirles que lo intenten. Hablan de conflictos sociales y humanos aún no resueltos y lo hacen con la inteligencia lúcida y creativa de aquellos años ilusionados.
¡Suerte! Me voy unos días...pero volveré.

sábado, agosto 13, 2011

puntos en suspensión...


...hacer sonar palabrotas en tu cabeza no es la mejor manera de ahuyentar a los fantasmas que te acechan a cada instante, esos mismos fantasmas que amenazan con arrojarte por el balcón cuando riegas tus macetas, que distraen tu atención con un sinfín de tonterías -sonidos, presencias, imágenes antiguas, rememoraciones edulcoradas que poco tienen que ver con esa realidad que de cualquier manera siempre es inventada: una fantasía más de tus deseos...
...distraen tu atención los fantasmas, decía, para que no mires la luz del semáforo antes de atravesar la calle; o manipulan los cuchillos más afilados de tu cocina, intentando que en lugar de cortar al medio un tomate, tan rojo como nunca podría ser tu sangre, lo claves de un solo golpe en tu corazón...
...y vas al teatro para entretener tus horas y te emocionas hasta las lágrimas con la historia que se teje en tu cabeza, mucho más, en primerísima y personal instancia, que con aquella que te cuenta Arthur Miller, un escritor cercano, antipático, seco, relativamente amistoso, en absoluto enemigo; muchacho alto, gafas de superhéroe miope con armazón de pasta, intelectual comprometido, pedrusco en los zapatos de una sociedad muy bien calzada, que se casó por y para las revistas -cuánta Life hubo en nuestras vidas- con una mujer-símbolo del siglo pasado: Marilyn Monroe, una depresiva de ternura sexy, una minusválida que buscaba en él, al menos eso es lo que nos cuentan las leyendas mediáticas, un pene bastón, una polla remedio, una pija incisiva que cortara de un solo golpe las raíces de su desventura, y, al mismo tiempo, e inclusive unos cuantos minutos antes, una cabeza refugio que la salvara de su irreversible (y esto se demostró después, cuando la escena final con barbitúricos, cama deshecha y sabana arrugada, dejó claras las cosas), quizás innata, propensión a la autodestrucción y la locura...


Mira si al final de la historia resulta que no hay otra lectura sino esta lineal, sin encubrimientos ni conspiraciones, y Amy Wine-house somos todos: borrachos de desesperación, atrapados en nuestros desgraciados síntomas y drogados de ensimismamiento.
¿Y si también fuéramos Janis Joplin, y Kurt Cobain, y el pobre tipo "anónimo" -nadie lo es en realidad para su familia y sus amigos- que salta sin necesidad de fotógrafo dándole la orden, desde la terraza de la pedregosa y misteriosa Pedrera para estrellarse contra los catacumbas epidérmicas de un deconstruído emblema turístico que recauda millones de euros y muy pocas, casi ninguna sonrisa. Un edificio escenográfico, dramático, oscuro. El escenario perfecto para cualquier tipo de crimen, muy parecido al que montaste en tu cabeza, aunque este lo hayas levantado sin cimientos sólidos, por pura necesidad, por puro, maduro y letal aburrimiento.
Antes de morir, prefiero la muerte.
Arrepiéntete por lo que has hecho, pecador, y no por lo que puedes hacer y no haces
. Frases de mingitorio, de chasis de autobús antiguo, de gurú de feria.
Aprendiendo a vivir se va la vida. Palabras. Palabras. Palabras. Escritas con la tinta alterable de nuestra infancia, azul de eureka, diluíble en lágrimas, manchón y cuenta nueva.
¿Qué decirle al corazón, que no escucha ni habla, para acallar sus gritos de atención?
Te arrojas en tus propios brazos. Acaricias tu dolor como si fuera una mascota moribunda.
Te sumerges para no ahogarte. Te enciendes como un fósforo para no convertirte en cenizas.

sábado, agosto 06, 2011

Tomar Sol



Millones de personas se lanzan a las playas buscando cambiar(se) a fuerza de sudores y amontonamientos el color de la piel: blanco despigmentado de ordenador, televisión y luz eléctrica por un más que dorado e imperial Obama.
Mientras tanto, al mismo tiempo, unos pocos cientos que quizás no tengan siquiera la posibilidad de hacer vacaciones, se lanzan a las calles munidos de pancartas, manos limpias y huesos resistentes para que los pongan moraditos a golpes y patadas.
Unos toman sol, los otros pretenden tomarla pero no los dejan. Imagino que los que dan órdenes impías para reprimir a los segundos se encuentran, es un decir, entre los primeros, aunque sus cuerpos aceitados descansen en reposeras de mejor diseño, relajadamente aposentados en playas más privadas y refrescándose en remotas calas exclusivas de transparentes aguas o en espléndidas, aturquesadas piscinas propias.
El mundo, mi mundo, se resquebraja. El planeta resistirá nuestras tropelías, supongo, aunque día sí y día no pretenda, y consiga, quitarnos de encima como si fuera un perro lanudo que sale del agua. Yo, atado a la mesa de trabajo por propia decisión y sin buscar nada especial, encuentro a un viejo amigo, Julio Sosa, tan virtual como la mayoría de los que tengo en facebook. Uruguayo, varonil a la antigua, con dicción impecable y dramatismo preciso, siempre ha sido para mí un cantante casi perfecto.



Sin embargo hoy mismo, cosas de los links que nos llevan, curiosos, de un lugar a otro, me encuentro con Juan Carlos Baglietto, un baladista rockero que, llegada la no siempre "sensata" madurez, decide (re)visitar el tango. No es un apuesto metrosexual de revista; algo mas que maduro, le sobran algunos kilos y le faltan bastantes pelos. A pesar de esto o tal vez por ello, es de verdad maravilloso. Demuestra que se puede ser sensible sin empantanarse en la cursilería, que se puede ser hombre sin caer necesariamente en la patética y cada día más prescindible, inoperante, castradora, caricatura del macho.


jueves, agosto 04, 2011

Un premio de Serie B


No he vuelto a presentarme a concursos literarios desde que en mi primera y única experiencia como concursante gané La Sonrisa Vertical de editorial Tusquets, pero esta convocatoria me pareció interesante porque:
2. Se aceptará como Serie B cualquier texto poético que se centre en los siguientes subgéneros: Policiaco, Western, Terror, Ciencia Ficción.
No tenía nada escrito que cumpliera con esos requisitos, por tanto estaba obligado a probarme en un campo que nunca había experimentado. Acatando con gozo casi infantil los requisitos de la convocatoria, escribí especialmente un texto que envié cinco días antes del vencimiento por correo electrónico y adjuntando mis datos personales, tal cual pedían las bases.
Si bien el punto 12 dejaba bien claro que:
12. Los originales no premiados se eliminarán tras el fallo del premio y no se mantendrá correspondencia alguna sobre ellos,
supuse que sí se acusaría recibo de los envíos. Una medida necesaria, insoslayable, para tener constancia de que nuestro trabajo había sido recibido por los destinatarios. Lo cierto es que envié dos veces todo el material pedido sin recibir respuesta o comunicación alguna. Nunca sabré siquiera si mi poema llegó a manos de los responsables del concurso.
Hoy, mirando la lista de ganadores, me entero que de la anterior edición (2010) a esta el premio se ha devaluado en una tercera parte. De 1200 euros ha pasado a ofrecer solamente 800, algo que yo ni siquiera había tenido en cuenta al presentarme y que ahora, al no haberlo ganado, me interesa aún menos. Dicen haber recibido unos 200 originales. Nunca sabré si el mío estaba entre los eliminados -dolorosa palabra, muy de acuerdo con esta semana negra, silenciosa, criminal- pero, de ser así, estoy absolutamente convencido de que mi humilde texto de serie B no se merece una desaparición callada, al más puro estilo...
Bueno, mejor no lo digo, que de boca cerrada no salen deslices.
Me callo la boca y aquí se los dejo, cariñosos amigos:


Nadie, nunca, había pronosticado aquello.
No era enero ni mayo, los temibles meses del Gran Daño
y la tercera luna mostraba su cara más amable
sobre las colinas desarboladas del cuarto milenio.
Jamás ningún oráculo había hablado de muertes ajenas,
de violencias extremas asociadas al signo
que supo bautizarlo con elegante gesto y audaz caligrafía,
sin embargo,
para desmentir con hechos concretos a todos los augures,
allí estaban, mostrando sin recato su bella desnudez,
unidos por la sombra sangrienta que enmarcaba sus cuerpos,
aquellos dos seres tan amados, ahora para siempre quietos:
tendidos a su pies, ajenos a cualquier latido, perdido ya el aliento,
aceptando en silencio lo que en vida negaran,
acatando sin quejas el inviolable poder de su invisible cetro.

Dejó caer el arma que ejecutó la furia. Todo era silencio, soledad y muerte.
De pronto pudo verse, abatido y borroso, en un torpe reflejo.
Como si fuera otro, experto en mil contiendas,
oculto, camuflado tras su traje de guerra,
aulló desesperado y escapó hacia los bosques, convertido en leyenda.


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