
El canal
CTK -los omnipotentes dioses de las transmisiones televisivas nos lo conserven por mucho tiempo- programó anoche dos películas donde la pena de muerte por ahorcamiento, pende, y nunca mejor dicho, como una amenazadora sombra sobre sus protagonistas.
Dinero caído del cielo e
Historia de un crimen -nombre con reminiscencias Garci(anas)- son los títulos que eligieron los distribuidores para la traducción castellana del atípico musical
Pennies from Heaven (1981) y del demoledor biopic
Infamous (2006), centrado este último en un momento específico de la vida de Truman Capote: el de la creación de la que fuera consideraba por los más importantes críticos literarios de la época como su obra cumbre,
A sangre fría (In Cold Blood). ¿Les suena de algo toda esta historia? Es probable que sí, aunque si piensan en una película seguramente la confundirán con
Capote (2005), otra producción americana casi gemela -no digo clónica porque no tengo información suficiente sobre la fecha de gestación intelectual de una y otra-, que resultó ganadora de un Oscar para la mejor interpretación masculina, la de Philip Seymour Hoffman en el papel del amanerado autor de
El arpa de hierba y
Desayuno en Tiffany´s.
Yo no pude soportarla, y estoy refiriéndome a la interpretación del
cuentista Hoffman, un actor acostumbrado a restregarnos por la cara la calidad de sus actuaciones y a quien se le nota demasiado su animadversión por el personaje del escritor. "Un tour de force", dirían algunos, aplaudiendo el esfuerzo. Yo prefiero no enterarme de que lo están haciendo. Me gusta sentir que el actor ha logrado encarnar humilde y entregadamente al personaje, algo que logra con creces el inglés Toby Jones. Y si alguien tiene dudas al respecto, puede acercarse al Capote original a través de una fallida película de 1976:
Murder by Death (Un cadáver a los postres) donde el autor de
Otras voces, otros ámbitos oficiaba esforzadamente de actor. Como para abrir boca,
Infamous comienza en el famoso y sofisticado club Morocco, donde la satinada Gwyneth Paltrow canta, con un colapso como intermedio, un inmenso tema de Cole Porter:
¿Qué es esa cosa llamada amor?
Lujosa en su casting de secundarios, aparece por allí una Sandra Bullock poco habitual. Despojada de los habituales aliños de Barbie Morena, luce algo desdibujada en el papel de la escritora
Harper Lee, amiga de Truman Capote y compañera inseparable del autor durante los primeros tiempos de su investigación sobre el crimen múltiple de Kansas. Un plantel de estrellas de buen ver y mejor vestir decoran los momentos
High Society del filme. Isabella Rossellini, Juliet Stevenson y Sigourney Weaber se pasean y sueltan alguna que otra frase intrascendente mientras lucen modelos y joyas dignas de un desfile de Karl Lagerfeld o Thierry Mugler. No sé si sería soportable, aunque sí interesante, poder ver de un tirón las tres versiones existentes sobre el mismo tema. La primera (1967), dirigida por Richard Brooks

y con el mismo título del libro original,
In Cold Blood, es un oscuro drama en blanco y negro que copiaba con total acierto el clima y el estilo periodístico
del original literario. Robert Blake, actor con una vida personal de ribetes trágicos, interpretaba el personaje del asesino cojo Perry Smith, el mismo que en
Infamous le ha tocado representar al actual agente 007, el ambigüo, perverso y erotizante Daniel Craig. Para los que intentamos escribir, resultan especialmente interesantes los comentarios sobre la profesión del ácido, implacable Truman, mostrándose siempre tan insatisfecho y renuente como atado a ella.
No me olvidé de
Pennies from Heaven, un musical ambientado en los años de la Gran Depresión (¿ya tendremos que poner "la Primera"?) con todos los números -musicales y artísticos- necesarios para triunfar. Entre ellos destacaría las cuidadas reconstrucciones de algunas
imágenes de Edward Hopper y las de las coloridas e ingenuas publicidades de las revistas de la época, además de varias escenas inspiradas en las multitudinarias simetrías coreográficas de Busby Berkeley. A pesar de todo esto, y debido posiblemente a su desoladora imagen de la vida, el amor y las relaciones humanas,
Pennies from Heaven se ha convertido en una película de culto sin lograr jamás el exito masivo que sin ninguna duda se merecía. De un elenco de actores maravillosos aunque no demasiado carismáticos para el gran público, sobresale Christopher Walken con un streap-tease espectacularmente chulesco, bailado y cantado sin doblajes ni dobleces de ningún tipo.
ilustran: cartel publicitario original de Infamous, Robert Blake en In Cold Blood y retrato de Capote en 1959, por Roger Higgins.