Esta mañana, mientras
desayunaba, recibí un email:
Querido
Dante:
Para decirte que ayer, 26 de
marzo, la Bea de todos los veranos y de todos los inviernos, se ha ido,
tranquila y en calma.
Un abrazo muy
fuerte
Gabo
Sabía que pocos meses atrás
había despertado sin despertar, sin embargo, aunque las esperanzas de una
recuperación eran remotas,
algunos guardábamos la ilusión
de un milagro.
Ahora, su hijo Gabriel me
anunciaba que ya no volveríamos a verla nunca más.
Quizás por causa de esta idea
insoportable, me sumergí un poco más en la corriente que me había acercado tan
mala noticia
y busqué su cara, esperando
encontrarme con muchas versiones de aquella mujer tan afectuosa como
inteligente,
tan cálida en su hospitalidad
como aguda en sus observaciones;
una parienta adoptiva que solía
recibirte feliz, acompañada siempre por sus empanadas y sus
ironías.
Había una sola foto, sólo una,
junto a una lista de su extensa obra.
No llegué a conocerla en esa, su
espléndida, bellísima juventud.
La escritora argentina Beatriz Doumerc fue uno de los regalos imprevistos de mi exilio europeo, cuando,
La escritora argentina Beatriz Doumerc fue uno de los regalos imprevistos de mi exilio europeo, cuando,
ya viuda del artista plástico
Ayax "Pacho" Barnes, se había convertido en la rama central de una familia tan
especial como ella, igualmente cosmopolita y variada, además de numerosa.
Para nuestro dolor, se murió ayer con 85 años.
Me dicen que tranquila y en paz.
Encendida, luchadora, apasionada amante de la vida, espero y deseo que haya sido así.
Adiós, querida.
Para nuestro dolor, se murió ayer con 85 años.
Me dicen que tranquila y en paz.
Encendida, luchadora, apasionada amante de la vida, espero y deseo que haya sido así.
Adiós, querida.
Me la envía diciéndome que lo hace pensar en "Un verano con Mónica", la melancólica película de Bergman. Sí, es verdad: Un verano con Bea.)