Llueve, y no hay chopos medio desojados a la vista. Tras los cristales llueve y llueve; es una lluvia fina y penetrante que ha convertido las camisetas casi secas de la noche anterior en guiñapos que cuelgan desarbolados y doloridos de la soga de tender.
Las plantas del balcón, ajenas a tanto dramatismo circense, brillan agradecidas, provocando la envidia de las que viven dentro por puro capricho del azar, que en este caso tiene la misma cara del dueño de casa.
Maravillosa, tan esperada lluvia: gracias por llegar suave y dulcemente.
“Los estudios eran caros y se necesitaban muchas semanas de alquiler. Un
día me encontré con un amigo que tenía una nave por Carabanchel, cerca de
la vieja...
Hace 8 horas
7 comentarios:
soy una planta de interior
gracias por tu lluvia...de palabras
Tienes razón con lo de la lluvia. Sánchez Ferlosio escribió una vez, en una columna: "Un libro que empiece diciendo: 'Llovía. Tras los cristales...' hay que tirarlo a la basura." Me hizo gracia. No es el caso de tu blog, pese a la musiquilla que Serrat le puso a Machado...
Lindo. Ideal para quedarse en casa con una pila de libros guapos y un par de pelis, más cuando es feriado y no se mueve un alma ahí afuera. Lástima que igual me toque trabajar.
Increíble. Terminé de escriir lo anterior y en la radio empezó a sonar:
Llueve. detras de los cristales...
Dejo constancia. Son las 15hs. 53 m.
añoro la lluvia, ahora que le verano, por aquí amenaza arreciar...
la lluvia que pasa lejos y que escupe el pavimento...
AMO LA LLUVIA, SIEMPRE Y CUANDO ESTE EN MI CAMITA, BAJO LAS SABANAS Y CALIENTITA!!!
BESOS
La lluvia puede ser poética... o catastrófica. En este lado del mundo, más lo segundo que lo primero. Pero qué bien se siente luego de leerte.
Gracias por tu visita a mi blog.
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