A la vuelta de mi casa hay una florería que sólo vende rosas. Sus dueños, ajenos a cualquier rebuscada metáfora, le han puesto "Au nom de la rose". Un nombre sin duda alguna borgiano, pensé yo en su momento, sin embargo cuando les hice un comentario al respecto ellos pusieron cara de no saber de qué les estaba hablando. Ayer por la mañana, después de un nada frugal desayuno en la cafetería del Flamant con el editor del libro que estamos diseñando/ilustrando, pasé por la puerta de la tienda de flores y me encontré con un cartel que decía: "Hoy, 24 de noviembre, Santa Flora: Regale Rosas". No sabía que había una santa con el nombre de mi madre, y aunque son muchos los hijos que piensan que sus madres merecerían un altar, yo estoy convencido de que la mía nunca hubiera llegado a estar siquiera nominada para la beatificación. Y no porque haya sido una mala mujer o estuviera desprovista de bondad y carisma, sino porque nunca tuvo patrocinadores ocupándose de la promoción de sus mil y un milagros domésticos. Mi pequeña y cariñosa madre. No pienso demasiado en ella, lo reconozco, pero ver su nombre allí, rodeado de rosas de todos los colores, me emocionó mucho. Como decía María Belinchón en su bolero "La estúpida": "lagrimita que te asomas negándote a caer, rueda, rueda tranquila, que nadie te puede ver". Cuando finalmente salí de mi estupor, compré tres rosas de color evanescente y origen ecuatoriano. "Son para mi madre", le dije al vendedor, sin aclararle que ya estaba muerta. "Estas huelen muy bien", me dijo él suponiéndola viva y con todos sus sentidos alertas. Ahora tengo las tres rosas al lado del ordenador, en un alto tubo de ensayo que suele oficiar de florero. Como ni siquiera conocía su existencia, le pregunto a Google quién era esta Santa Flora. Entre otras muchas respuestas me quedo con esta, la mejor redactada:
Santa Flora (?-851), virgen y mártir hispana. Hija de padre musulmán y madre cristiana, nació en Sevilla durante el reinado de Abd al-Rahman II. Denunciada por su hermano, fue sometida a tortura para que renegara del cristianismo. Estuvo varios años recuperándose de sus heridas, en un lugar llamado Ossaria, en Jaén. De vuelta a Córdoba, fue llevada de nuevo ante el cadí (juez musulmán) acompañada de otra virgen de nombre María (posteriormente también santificada como santa María de Córdoba), religiosa del convento de Guteclara. Ambas fueron decapitadas el 24 de noviembre del año 851 y sus cuerpos arrojados al río Guadalquivir, de donde los cristianos recogieron sus cabezas para trasladarlas a la iglesia de San Acisclo. Su festividad se celebra el 24 de noviembre.
¿Qué puedo decir ante esto? Te recuerdo con mucho cariño mamá. Hasta mañana mis queridos bloggeros. Photo : Abelardo Morell
Posdata: mi madre había nacido en la provincia argentina de Corrientes, mi padre en Lucca, Italia. Yo los conocí a ambos en Buenos Aires, maduritos y en pareja. Para los que no conozcan la ciudad porteña, un buen reportaje de la Sexta, conducido por Imanol Arias:
http://es.youtube.com/watch?v=jUioi22-fKQ&feature=related
[image: 20 Seconds into the Future]20 Seconds into the Future
Building resilience and physical strength after walking into a North London
boxing gym at 1...
Hace 1 día
20 comentarios:
Cuántas cosas podrían escribirse con ese título de "madre"... A favor y en contra. Sin embargo, la madre de cada uno remueve recuerdos que nadie más logra, no?
Bonito tu homenaje.
Si, a favor y en contra como dice liliana...a veces me entra un golpe de angustia: "por qué no me esforcé más en conocerla?".. uno, dos, tres...tarde !
Besos
Tierno post, sentimental y hagiográfico. Un homenaje a las madres cariñosas e imperfectas.
Bonito lo de comprar tres rosas para tu madre. ¿Sabes? A la mía, que está viva e insoportable (tampoco será santa), nunca le he regalado flores. Quizás deba hacerlo. Saludos
"¡Gimió mi madre!, mi padre lloró.
Hacia los peligros del mundo dí el salto:
desvalido, desnudo, chillando,
como un diablo oculto en una nube.
Revolviéndome en las manos de mi padre,
esforzándome contra la prisión de mis pañales,
atado y exhausto creí mejor
callarme contra el pecho de mi madre."
Pena infantil. William Blake.
liliana, ya te extrañaba. bienvenida.
gwynette: yo intenté mucho más de lo que pude. finalmente era mi madre, no una amiga.
miros: sí, quizás debas, aunque sólo sea por hacer algo que nunca hiciste.
noemí, lucía, un abrazo, y gracias por el terrible y fundamental blake.
qué lindo nombre el de tu madre.
y tu homenaje es como las rosas que compraste: de una exquisita fragancia.
un beso.
♥
Las flores y los muertos. Y los recuerdos.
Recuerdo lo de tu padre, originario de Lucca. Magnifico sitio de la no menos excelente Toscana.
Sin duda una tienda arriesgada, solo un producto es apostar a un solo número.
A mi tambien se me cayeron unas lagrimas... al leer tu post. Tu madre ha quedado contentisima con la energia que transmitiste y las rosas en su honor, que gesto mas lindo.
Cheers!
los recurdos son, a veces, como flores. los hacemos florecer y luego se disipan, se marchitan. y los volvemos a traer para llenar nuestros floreros.
un abrazo, cacho de pan.
Cacho: no sé como vas a hacer pero a mi me tienes que devolver el pedazo de alma que me acabas de arrancar con este post. Besos.
LO SIENTO HASTA CINCUENTA...
mañana terminaré el trabajo que me lleva de cabeza y me ocuparé de los blogs amigos y de las encantadoras visitas...gracias
Entrañanble entrada!! Adornada con flores y añoranzas de madre...feliz día Cacho Pan
Un beso
muy lindo post, las madres y las flores y los padres decapitados
Me ha conmovido, tuve ganas de llorar, te lo juro, me encantó. Estás botándote la verdad, cada vez me gusta más tu blog.
Bonito homenaje
aquí si me mataste!!!
una madre poco recordada
te ha sacado dos lágrimas de las que yo llamo "asomadas al balcón", si te mueves... te delatan
y me ha ecantado e impresionado la historia de la santa,
no hay nada más sabroso que investigar
un abrazo
Flores para Flora! Una amiga mía dijo una vez que en un concurso de malas madres, la suya se llevaría el premio... y otra amiga y yo decidimos que nos cambiaríamos a las nuestras sin pensarlo...
Y la foto qué interesante...
me gustó tu gesto, Cacho, como una danza semi-silenciosa japonesa, toda contenida, como un perfume, precioso post que reúne muchas cosas, como esa memoria y presente de la madre, la que ya no está y la que nos acompaña siempre, aunque sea desde el inconsciente..
por cierto, antes de que se me olvide... ganó el imanol con el tiempo, verdad? hasta aprendió a hablar!
Publicar un comentario