De sábado a sábado, dos espectáculos teatrales muy distintos. La semana anterior, en la pequeña sala Gaudí,
Buenos Aires, de Rafael Spregelburd. Otro sainete argentino tocado por el absurdo dadaísta y la posmodernidad de fines del siglo pasado. Cuatro personajes en manos de un dramaturgo actor. Buenas actuaciones, mucho diálogo, quizás no tantas nueces.
Ocho y media de la tarde de este sábado. La sala Favià Puigserver del teatro Lliure del Paseo de Santa Madrona rebosaba de público. Esta fue la primera sorpresa en una tarde cargada de ellas. Suponía que pocos optaríamos por un local cerrado cuando el primaveral clima exterior llamaba a gozar de las playas cercanas. Yo me había enterado por casualidad, y gracias al actual, trans-lingüístico diario La Vanguardia, de que Alain Platel y Frank Laecke montaban en Barcelona una obra teatral que ya habían representado con éxito en otras cien ocasiones por diferentes ciudades y teatros de Europa.
Gardenia, una historia contada por nueve travestis y transexuales de "edad avanzada" sonaba prometedora, pero vaya a saber con qué nos encontraríamos en un espectáculo al que su director definía como de "danza bastarda".
La segunda sorpresa la recibí al saber que también para la última función -hoy domingo a las 18.30- las entradas estaban prácticamente agotadas. Parece que no soy el único "enteradillo" en estas parcas tierras barcelonesas.
Antes de que comenzara el espectáculo y por los alrededores de la sala, sorpresivos y revitalizadores encuentros con amigos y conocidos a los que no veíamos hace tiempo: Angel Pavlovsky (estrena en mayo nuevo show:
Angelata) y su hermana Alicia; el ilustrador Agustín Comotto con su mujer, Anna, y su deliciosa madre de ojos increíbles; la actriz Pepa López, el músico Jorge Sarraute, el dibujante Astromujov, la psicoanalista R.C. No todo es violencia, enfrentamientos y opacidad en el mundo exterior.
Sorpresa, sorpresa...para seguir con esta enumeración de asombros sabáticos, podría decir que
Gardenia es también, todo él, un espectáculo teatral sorprendente, ya que poner en pie al público de la sala cuando ni siquiera habíamos terminado de acomodarnos en nuestros asientos para dedicar un minuto completo de silencio "a las compañeras que ya no están entre nosotras" (además de la vida y sus consecuencias, este abril se cumplen treinta años del "descubrimiento" del sida) es, como mínimo, sorpresivo y muy, muy audaz.
Valoración de los pequeños gestos cargados de intención y esteticismo -desde la versión del argentino Jorge Donn coreografiado por Maurice Bejart, el
Bolero de Ravel no había logrado, con tan poco, tanta intensidad dramática-, valiente striptease de cuerpos que han perdido sus líneas y de almas que no tienen casi nada más que perder, irónica objeción de los roles genéricos clásicos, supuestamente inamovibles, ilustración danzada de los abismos que separan a la pulsión del goce y a la tristeza mediocre de las homosexualidades amordazadas de esa brillante, travestizada, no tan superficial, algarabía gay,
Gardenia incita, sin presiones ideológicas ni ensueños utópicos, a quemar máscaras y disfraces para vivir con nuestro rostro al descubierto, degustando sin temores ni remordimientos los diversos aires de la vida. Total, ¿qué más da? Todos sabemos que este carnaval tiene un Martes terminal, ineludible, y ¡cuánto mejor será llegar a él bien ahítos de experiencias, hartos ya de tanta fiesta!
¿Quieren saber cómo terminó la historia de
Gardenia? Aplaudimos mucho y de pie, sin que esta vez nadie nos pidiera que lo hiciésemos.
Entre los temas clásicos de la banda sonora hubo otra sorpresa, al menos para mí:
Comme Ils Disent, de y por Charles Aznavour. Les dejo dos versiones magistrales de ese tema y
la letra con su posible traducción para los que no entiendan demasiado el francés.
16 comentarios:
Tendré en cuenta tus recomendaciones si algún día tengo ocasión. Llevo un tiempo sin que nada me motive demasiado en los escenarios ni en las pantallas. ¿Será la astenia primaveral otra vez? Espero que así sea y que se me pase en el verano. Besos, caro.
Me alegra este buen momento tuyo.
En el post anterior me habías preocupado.
Te sigo desde siempre aunque las circunstancias vividas(por cierto todas infinitamente agradables) me han tenido un poquitín apartada en
los comentarios
Y por encima de todo, los recuerdo.
Besos
Beatriz:
mis momentos son cambiantes, no siempre estables.
Agradezco tu interés por ellos, pero viendo lo que hay, presenciando desde la cercanía o a la distancia todo lo que (nos) pasa, son una gota de agua más sin importancia en el medio de un "proceloso mar", que dirían los verseadores antiguos.
Espero que nuestra salud y las vuestras vayan bien y te mando abrazos.
Cuándo nos vemos?
Noemí P.
sólo en las pantallas?
Creo que la astenia se ha convertido en nuestra melancólica forma de vida.
Si me dejara llevar por ella estos tontos posts no existirían.
Besos sin carmín.
El hombre del nombre imposible. Una vez entrevistamos a Rafael Spregelburd para Prometheus y todo iba a bien hasta que advierte que se nos había filtrado en la tapa una errata: "Siempre confunden mi apellido pero es raro que confundan mi nombre". La tapa decía Rarafel Spregelburd. ¿Un chiste del inconsciente de la diseñadora?
Luc:
lo conocí hace años.
Nos presentaron y yo dije: "Dante, encantado".
Él me contestó: "Rafael Spregelburd, dramaturgo".
Un hombre con las ideas claras.
Como siempre, una gozada.
Gracias.
Entre la envidia y el placer, leo tu post. Nunca hubiera llegado a tiempo.
Si lo ves nuevamente a Ángel P., por favor dale mis saludos.
Me pregunto si quitarse la careta es un signo de valiente ofensiva o de valiente rendición; de mostrarnos al mundo orgullosamente tal cual somos, o de reconocer que ya no podemos seguir elaborando este complicado encaje de bolillos que es vivir en sociedad.
Un abrazo.
Arturo,
gracias.
Compulsivo,
si no me dices quién eres, ¿cómo puedo darle tus saludos?
Arturo,
gracias.
Compulsivo,
si no me dices quién eres, ¿cómo puedo darle tus saludos?
Bien por ese teatro recomendable, por ese otro mundo mejor que el mundo y por ese Charles Aznavour, un nombre que hoy escribí en mi novela...
Belnu:
con el mar de Altafulla mis pies, leo que van a sanear un parque de Girona...quién hace negocios con la madera de plátano?
Qué gusto escuchar a Charles Aznavour..Delicioso el acento, el idioma, el ritmo..
Me alegra mucho que esta obra tenga éxito en mi querida Barcelona, me alegra que la gente vaya al teatro a verla...
Un abrazo sincero
Naia Marlo
Naia:
si, es una suerte que sea así, aunque yo, siempre algo escéptico, pienso que Telecinco reúne a millones de personas, no a cientos...
Desde las playas tarraconenses, un abrazo cariñoso.
Me quedo con lo de almas que no tienen nada que perder, entonces, ganamos todos.
Me alegra que hayas encontrado un espectáculo en el sentido maravilloso del término que te haya apetecido degustar.
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