Se acaba este año... y qué?
Que nunca más habrá otro año como este.
Que nunca viviré otro 2014.
Que afortunadamente no será el último año de mi vida.
Que para mi desgracia, podría serlo.
¿Fue un año de mierda o un año feliz?
Tuve un carcinoma, ¡qué tristeza tan profunda!
Cuánta pena tuve de mí...
Sin embargo decidí combatirlo sin caer en la depresión y encontré, me acercaron, las ayudas técnicas necesarias para hacerlo.
Hoy ya no lo tengo, y según parece -y me dicen todos lo médicos que me tratan-
no moriré de esta visita inesperada.
Es para sentirse muy feliz.
Fue un año de nostalgias, pero sigo estando donde estaba un año atrás.
Quizás porque comprendí que nadie esperaba mi hipotética llegada
en ningún lugar distinto a este en el que estoy ahora, y donde yo,
aunque solo, me llevo encima siempre.
En la parte más oscura de este año, mi adorado gato Federico decidió marcharse después de quince años de cariñosa, cálida, respetuosa, adorable cercanía.
No podía, se me hizo imposible, no pude retenerlo.
Aunque muy herido, logré sobrevivir a tanta ausencia.
Adiós, cariño. Me faltas en cada rincón de la que fue también tu casa.
6 comentarios:
Dante, querido!
Yo alejada de los blogs, o casi, de la escritura definitivamente, aunque no de la lectura.
Me han conmovido tus confesiones: qué vulnerables somos, qué fácil es derrumbar nuestro aparente bienestar... yo también he transitado algunos sustos de salud y para que comprendas la cercanía que siento con vos: a mí también el año pasado se me fue mi Luna, mi perra compañera y primera mascota en la vida, a los 11 años, en un oscuro y tormentoso día de invierno. Hasta el cielo lloraba y yo todavía aún lo hago cada vez que la nombro.
Pero acá estamos, todavía. Te invito a seguir prendiendo con fuerza todo aquello que nos haga reír y sentir afecto.
Te abrazo muy, muy fuerte.
Hola Diana:
creo que todos estamos alejados de los blogs. Faces y twits han ganado la batalla. Yo, que me adherí al movimiento internetero a partir de los blogs, vuelvo cada tanto al mío para no dejarlo morir del todo.
Creo que a pesar de los pesares, me río más que nunca, siento y quiero lo que quiero más que nunca.
Gracias por visitarme, recordarme y abrazarme fuerte. Todo mi cariño para vos.
Qué decir, querido Dante...
Todos estamos alejados de los blogs... por alguna razón (no existen las casualidades) entré a mi covacha y de allí al escritorio de blogger después de tantísimo tiempo... Vi un listado de blogs y cliqueé el tuyo...
Triste noticia... muy triste... el galán de todos los gatosos... el galanazo de mi Titi...
Nada que decir, querido Dante, llorando te dejo un fuerte fuerte abrazo...
Gracias, Lirium
por las lágrimas que compartimos, por el cariño que me acercas.
hasta pronto
te abrazo
Gracias por aceptarme y poder decirte que Federico aún está entre tus más recónditos recuerdos, hoy miro a mi gatita Chivi temiendo lo mismo, lleva gloriosos 18 años y es negra como la noche, esa noche que nos transporta a los artistas a vivir a pleno con la imaginación.
Te envío un abrazo.
Ana: mi gato Federico sigue estando en cada rincón, aunque me falta su presencia real y sus ojos clarísimos y atentos siguiendo todo el tiempo mis movimientos por la casa. No es el primero que se va. Posiblemente sea el último.
Abrazos.
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