jueves, septiembre 06, 2007

Realities

Vuelve el macho macho, y junto a él, su compañera/equivalente: la siempre sufrida mujer objeto.
En un diario de ayer Putin nos mostraba su torso, ajado pero de buen ver, asomando desnudo entre unos matorrales siberianos. Si no fuera por el fusil que tenía en las manos podríamos imaginarlo paseándose por las dunas salvajes de la playa de Es cavallet, en Ibiza, dispuesto a cazar alguna presa humana con la que saciar sus apetitos carnales. Sin embargo la presencia del arma cambia en algo nuestra apreciación. Una cosa es la vida natural, el sexo libre, desatado, y otra muy distinta el canibalismo homicida. La foto podría ser un "robado", aunque en realidad parece más un montaje de cualquier canal de televisión español en complicidad con esa revista tan popular que copia el nombre del más que snob y minoritario magazine neoyorquino inventado hace décadas por las megasofisticadas huestes de Andy Warhol. Tomo aire. Respiro. Me detengo a pensar y pienso. Una extraña estrategia: ¿acaso sólo el nombre hace a la cosa? Si llenamos las botellas de Coca-Cola con vino o cerveza, ¿podremos tomar varios litros sin emborracharnos? Si un restaurante se llama Refinado, ¿puede servirnos la comida en hojas de diario o darnos de comer atún enlatado directamente de su envase? Creo haberme liado. Intentaré volver adonde estaba, o sea: a mi casa y a una de mis dos o tres pantallas cotidianas.
Mientras los maquetadores del tabloide madrileño preparaban el número de ayer con ese Vladimir Putin armado y sin camisa, por el Canal Cuatro, apéndice del mismo diario, un grupo de jóvenes doncellas se esforzaban por convertirse en modelos de mujer durante un programa concurso que en muchos momentos hace recordar Las 120 jornadas de Sodoma de Pasolini-Sade. En este filme, cuatro personajes de alto rango -un banquero, un juez, un alto prelado eclesiástico y un político del régimen fascista imperante-, ayudados por varios guardias muy bien dotados físicamente y un puñado de alcahuetas bastante maduras, deciden secuestrar a un grupo de adolescentes para convertirlos en objeto de sus perversas fantasías sexuales. Como es de suponer, el programa Supermodelo de la Cuatro no llega a esos extremos, a pesar de que sus profesores y jurados podrían encarnar muy bien a los sádicos personajes pasolinianos. Críticas demoledoras, elogios desmesurados que en realidad están prologando una expulsión inminente, cortes de pelo salvajes, cambios de look extremos realizados en contra de los deseos de sus naturales portadoras y un sinfín de humillaciones verbales realizadas frente a todas las otras participante y, por supuesto, con cámara y transmisión abiertas, son la guinda de este programa supuestamente educativo. Aunque ya mismo me pregunto si el supuestamente no está demás, porque también pretendía ser educativa la disciplina impartida por los morbosos instructores de las 120 jornadas de Sodoma del divino Marqués de Sade, transformados por el director de Teorema, de Mamma Roma, de Uccellacci e uccellini, en cuatro personajes de la Italia fascista de 1940.
Esta película, conocida popularmente como la Saló de Pasolini, es de 1975. Podríamos decir, casi sin inmutarnos, "de un siglo atrás". Por esa época los fanáticos del Flower Power empezaban a ver cómo se marchitaban sus capullos, y los Makaroff argentinos, desilusionados por el sangriento regreso del mesías Juan Perón, cantaban a dúo aquello de "paz y amor, las pelotas nena". Pier Paolo Pasolini estaba a punto de morir asesinado por sus pasiones más amigas -o por sus apasionados enemigos, que hasta el día de hoy la cosa sigue estando turbia-, sombríamente encarnados, unos y otras, en esa noche tan aciaga del 2 de noviembre de 1975 sobre el decorado de un cenagoso baldío de suburbio. Las armas del crimen: unos cuantos golpes certeros, las ruedas del propio automóvil de P.P.P. y un moreno, delgado y hambriento ragazzo di (la) vita. Un enigma sin solución, porque, ¿a quién podría interesarle en estos días investigar la muerte de un personaje tan molesto? Hoy ya no tenemos una Oriana Fallaci que se atreva a poner en duda lo que siempre nos presentaron como una certeza incontestable. Sólo nos quedan mil salsas rosas de tomate espeso, setenta balcones y ninguna flor. O ese experimento de la CBS llamado Kid Nation, donde niños de entre 8 y quince años se prestan -en realidad deberíamos decir se alquilan, ya que les pagarán unos módicos 5000 euros por cabeza- para un reality show en medio del desierto de Nuevo México. Sus padres han firmado un contrato donde liberan de responsabilidades a la cadena productora del programa si sus hijos se hieren, fallecen, son violados o se contagian de sida. En principio nadie habla de la presencia de educadores, guardianes o maestros, pero todo hace pensar que por allí sobrevolarán alegremente los fantasmas de Pasolini y el Marqués de Sade, satisfechos de ver convertidas en realidad, o en reality, sus desmadradas fantasías. Esas fantasías pagadas en su momento con cárcel, persecuciones, ostracismo, muerte, y a las que sin embargo hoy podríamos calificar como... ¿inspiradoras o proféticas?
fotograma del film Saló de Pier Paolo Pasolini

13 comentarios:

Lilian dijo...

Interesantisimo tu escrito! Mencionas la musica argentina de los 70's ... Gieco, Sui Generis...mmm que bien! Pero lo que me impresiona mas, pero no en forma positiva debo agregar, es lo que cuentas del reality en New Mexico. Como pueden vidas, y jovenes vidas mas encima, ser tratadas como articulos de consumo?
Cheers!

el nombre... dijo...

ay, vine a agradecer al agrade-si-do....
Me vas a volver esquizo con tantos nombres!
Sin tiempo, paso el finde,que leí algo del marqués de Sade, Pasolini, y casi que es irresistible, pero aquí es 0.28 am, y mañana debo levantarme a trabajar!
Besos

Javier Menéndez Llamazares dijo...

Excelente comparación entre el programa de telebasura y la peli de Pasolini.
Pero lo que más me ha gustado es la mención a Makaroff; curioso, porque precisamente ayer re-escuchaba "Tengo una idea". Lo descubrí tarde, en su segunda etapa (la del "hombre feo"), pero entonces me di cuenta de que llevaba escuchándole décadas, a través de Tequila, Los Rodríguez... Su "explorador celeste" sigue tan fresco como hace treinta años.
Saludos.

malditas musas dijo...

Muy buena reflexión. Esos programas, lejos de esconderlos bajo la alfombra, son absolutamente necesarios para que nos miremos en un espejo social: esos son valores instalados en el mundo occidental. Eso también somos nosotros. Podremos esmerarnos en estratagemas, piruetas intelectuales y demás yerbas, rasgarnos las vestiduras u horrorizarnos, sin embargo el deseo negro de lo patético, de la esclavitud y del abuso nos pertenece como especie y hay que mirarlo de frente, analizarlo.
st.

Un saludo
Musa Rella

Belnu dijo...

No reconocía la imagen! Tanto tiempo de Salo...

Cayetana Altovoltaje dijo...

A-lu-ci-no con lo de kid nation. Más que alucino con la mera existencia de un programa como supermodelo en pleno siglo 21, no ya por lo de cosificar a la mujer, sino porque creo que ya quedaron un poco obsoletos los tiempos en que la profesión de modelo tenía algún glamour. Si no se lo cree ni la petarda de Judit Mascó. En cuanto al chou de los nenes... pues tampoco lo entiendo. ¿Qué sentido tiene un realiti chou sin sexo? ¿QUién va a ver esta bazofia, aparte de los padres de los nenes? ¿De dónde se han sacao a semejante panda de repelentes? ¿Cuánto tardaremos en verlos en películas de sobremesa?
Gracias por recordarme por qué no veo la tele.

nancicomansi dijo...

La humillación pública está a la orden del día...lo digo por el programa de las modelos...me has "quitado" de la boca todo lo que pienso, igual que tú, vamos, que es la puesta en escena de del deseo malsano de mucha gente, ese oscuro objeto del deseo que palpita indecente y que ahora que ya "todo vale", eclosiona con fuerza...a mi me repugna, la verdad, y lo que más, la docilidad y entrega que muestran esos preciosos "corderillos" a punto de degollar...¡Si es que se auto-inmolan!!!
En fin..

Besos!!!

Arcángel Mirón dijo...

Por estos días, Mario pergolini conduce un programa en el que sedebe elegir al mejor argentino. De por sí, la idea es cruel, snob y estúpida.

Pero lo peor está en el modo:

"Si querés que gane Evita, enviá un mensaje de texto que diga Vot Evita, y si querés que gane el Che, un mensaje que diga Vot Che".

Hay cosas patéticas.

Anónimo dijo...

Aunque me pierdo en mi incultura entre tanto nombre, mi sabiduría me dice q con otras palabras, estás diciendo lo q en las reuniones de amigas estoy harta de decirles....y sí...encima ellas pues se desviven por arreglarse las cejas, llevar la talla 38, pagar por una peluquería cuando no tienen ni para cigarros....en fin, ahora mismo es lo q hay.
Desde q tengo canal digital, me hago yo mi tv....y aún así hay ocasiones q elijo apagarla y coger un libro, o cerrar los ojos y soñar...o levantar el tlf y hablar con alguien cercano...al final voy a acabar creyendo lo q algunas sectas proclaman, q el diablo está en la tv.!;)
Besos, llegué desde "el nombre"

el nombre... dijo...

bueno, debo primero decirte que este sí que es un post que se las trae.
Has relacionado (muy acertadamente, para mi gusto) situaciones en coyunturas totalmente disímiles.
Y es difícil responder por todas.

Me detengo en la primera oración, me lo enseñó un profesor de la facu, hace muchos años: "La primera oración, frase, de un escrito encierra algo de la verdad que viene a decirse."

Eso de que vuelve el macho y con él la "sufrida mujer", compañera, o EQUIVALENTE.

Porque si en la TV. (española, o de cualquier nacionalidad) hay programas como el qe mencionas, es porque hay "mujeres" "dispuestas" "a ofrecerse" "como objetos".

Y sí, si Pasolini hizo tal peli, y el Marqués de Sade sigue "vigente", es porque (en mi opinión) algo de una verdad horrorosa, que nos cuesta asimilar como humana, ellos nos vienen a "denunciar".

Bueno, es sólo un fragmento de mi opinión.


un beso.
Me encantó el post, y cuando termine de visitarlos a todos, vuelo a tus enlaces de referencia.
Tema mu interesante.

Margot dijo...

Triste y obsceno a partes iguales este mundo nuestro...

O simplemente idiota, tan idiota que, ays...

Clarice Baricco dijo...

Apaguemos la tv y encendamos un libro.
Sigo aprendiendo contigo. Y no, aún no me voy.

Abrazos.

Dante Bertini dijo...

apin: quería comentar tus posts, hablar de tu tristeza y tu convencimiento, cuando me encontré con esta Lu tan bien follada...
me resulta muy difícil dejar un commment en tu blog: pide cosas que no sé si quiero dar.
espero que tu madre esté bien muy pronto.
un abrazo y gracias por la visita.

A todos: creo que más que alucinar hay que mantenerse muy despierto...si nos dejan.