miércoles, febrero 20, 2008

¡No quiero ser una estrella! (segunda entrega)

Las cosas siguieron exactamente igual en la vida de Amalia hasta la llegada de una nueva empleada al salón de belleza Moona Lysa. Si las trombas suelen ser de agua, podríamos decir que esta venía directamente de algún río cercano a una tintorería industrial, tal era la sinfonía de colores que arrastraba consigo. Se llamaba, según ella misma dijo, "Celia Cecilia Etchepareborde, encantada". Y, sin dar a Amalia la más mínima posibilidad de presentarse o emitir al menos una interjección que corroborara su presencia en aquel lugar, la nueva añadió: "Soy especialista en tinturas y extensiones y estoy convencida de que esta que hoy comienza será poco más que una breve etapa en mi carrera". Su siguiente frase, lanzada como un proyectil explosivo de considerable envergadura hacia la redondeada, y en ese momento estupefacta, cara de Amalia, fue: "Te lo digo para que no te sientas amenazada. No vine a quitarte el puesto. Soy un pájaro de paso y no me interesa hacer nido en un sitio como este... Tengo ambiciones mucho más elevadas." A todo esto Amalia ni había abierto la boca. Seguía impactada por la presencia de la nueva empleada, tanto como para que su discurso fuera poco más que un susurro incomprensible al que ni siquiera podía prestar atención. Si la ropa de Celia Cecilia era inenarrable -una audaz fantasía futurista en negro y grises, con profusión de ojales, hebillas y hombreras-, su peinado entraba en la categoría A de alucinatorio. Un cardado en color fucsia estridente servía de soporte a un sinfín de trenzas multicolores de grosores diferentes que caían por la espalda hasta casi tocar la cintura, de considerable circunferencia y envuelta por tres cinturones distintos: uno de cadena color cobre, otro de falsa piel de leopardo y un tercero de charol negro. "A esta mujer le gustan las reiteraciones", pensó Amalia, mientras, en señal de amistad, le acercaba un paquete de cigarrillos Marlboro a la nueva especialista en tintes. "Gracias querida", dijo la mujer, "te lo agradezco de verdad y entiendo tu buena intención, pero no tengo entre mis futuros proyectos el suicidarme. No sé si lo sabes, pero eso que me estás ofreciendo es puro veneno".
No había sido un comienzo fácil para la relación de las dos mujeres, sin embargo estaban casi obligadas a superarlo para poder entenderse. Trabajar en un espacio como aquél, bastante estrecho y concurrido, no admitía distanciamientos de ningún tipo. Es de suponer que las dos mujeres tuvieron claro que nunca llegarían a ser amigas, así que ni siquiera perdieron tiempo en intentos condenados de antemano al más desolador fracaso. Era mucho más fácil ser cómplices: para ello no hacía falta esforzarse demasiado. Bastaba con reírse del comportamiento y las costumbres de la dueña del Instituto, una mujer sesentona de pocas palabras que se hacía llamar Perla, a pesar de que en todos sus documentos de identidad figuraba como María de las Mercedes Piquer.
"Es tan burra", decía Celia Cecilia, "que no sabe que Mona Lisa se escribe tal cual suena".
Amalia se reía sin contradecirla, aunque sabía muy bien que la realidad era otra. Ella y su madre habían visto como el salón de belleza cambiaba el rótulo luminoso del frente del local a los pocos meses de su inauguración. Amonestada por el Patronato Municipal de las Artes, la falsa Perla se vió obligada a variar la grafía del nombre porque el original que hacía mención a la famosa pintura de Leonardo estaba registrado por una prestigiosa dentista de la zona. (continuará)
ilustra : Barbie Kidman según la revista Radar.

33 comentarios:

Lucía dijo...

Esto se está poniendo interesante.
Me da la impresión de que Celia Cecilia es de las que se les va la fuerza por la boca ¿no acabará jubilándose en el Moona Lysa?
Bueno, no adelantemos acontecimientos, voy a esperar como una niña buena la siguiente entrega.

Besos.

Idea dijo...

Eres un cacho de pan, una vez más, la vida imitando a la ficción.
Saludos

Dante Bertini dijo...

lucía: vanos intentos los tuyos. No te adelantaré el desenlace por más simpática que me caigas. Mi sponsor -doña Perla Lysa- no me lo permite. Besos

idea: Buena? Mala? Ambivalente?
me quedo con la última. gracias por la visita. abrazo

nomesploraria dijo...

Que mala persona. Es que ya se ve de entrada.
"Tengo ambiciones mucho más elevadas" eso no se dice que se piensan que van de superioras por la vida avasallando a a las demás.
A Celia Cecilia Etchepareborde le podríamos presentar a mi Barbarito Aldeguer.

nomesploraria dijo...

A mí, Perla me enternece. Pobrecilla.
Estoy con la lagrimilla facilona. Sólo me falta leer estas historias.

Ai, només ploraria!

nomesploraria dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
nomesploraria dijo...

Quisiera añadir si no es molestia: me gusta muchísimo más Moona Lysa que Mona Lisa.
Si no lo digo reviento.

Pobrecilla Doña Perla que me van a romper el corazón.

(tengo el teclado sin pilas)

Dante Bertini dijo...

només: la vida, sobre todo si es inventada, nos da sorpresas inimagimables.
No se ha equivocado con la señora Perla. Es una secundaria de lujo.
(Moona Lysa es un triple homenaje a Lyz Taylor, Liza Minelli y Oona O' Neill, la santa esposa de Carlitos Chaplín y madre de la Geraldine entre otros muchos.)
Y la dentista, esa acaparadora sin corazón, tendrá su merecido castigo en el más acá.

Teresa Casanovas - letraperpleja dijo...

QUE BUENO!
La llegada de Cecilia Cecilia nos descubre que Amalia, pese a que parecía no pensar demasiado, saca de las cosas conclusiones interesantes, como esa querencia de Cecilia Cecilia a la reiteración que aunque evidente, podría haberle pasado por alto.

Y no conozco a Barbarito Aldeguer, pero me encanta la idea de andar alcahueteando con personajes de diferentes historias y autores(?).

Aunque estoy de acuerdo, Perla salió ganando, sobre la dentista prefieron ni opinar. Me doy la vuelta y alejándome lenta y pausadamente, con un golpe de capa cual reina de corazones exclamo: que le corten la cabeza! Qué mala!

Anónimo dijo...

Yo sólo me pregunto ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo? y tú que me respondez quizás, quizás quizás.

En dos entregas más superarás a la Dama de rosa y a Cristal, memorables primeros culebrones de los ochenta, que estoy segura que más de uno/a veía y luego lo negaban. Muix. Sigorney

Idea dijo...

Mi comentario tenía una pizca de ironía, y es que nuestra "en este caso tuya" capacidad de imaginar es infinita y cobra vida hasta tal punto que uno puede imaginar a esos personajes de carne y hueso en el mundo, haciendo cosas y teniendo esos diálogos, tus descripciones son muy buenas, por lo que podrías quedarte con la del medio.En mi jerga, cacho de pan se le dice a alguien que más que nada es bondadoso. Visitarte fue un placer. ¿Cómo llegué aquí? No sé bien dónde debo contestar eso...

Unknown dijo...

que susto me pegué con Barbie Kidman. Está genial!!

Dante Bertini dijo...

sigourney: ya te he dicho todo al oído o sea que no me repetiré. beso

idea: espero que no te haya parecido desagradable o persecutoria mi curiosidad. no pretendía serlo. sos muy bienvenida. y me puse cacho de pan por lo mismo que vos decís. creo que, como Machado, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. abrazo

3a: te imagino riéndote, como tu hija, porque sí o porque mí...
me haréis trabajar más de lo que había pensado.

Dante Bertini dijo...

fan: aún de barbie, la señora kidman resulta genial...y aterradora. ¿ya estás curado?

Anónimo dijo...

Da un poco de susto la Nicole, así y tan de plástico, que traspasa: esa mujer debe pagar el precio de ser como es. Debe ser lo más frío del mundo.

Gracias por la visita.

Idea dijo...

Ni perseguida ni mal venida, todo lo contrario, te respondí allí donde hiciste la pregunta, por lo demás, un placer este paseo.
Cariños

阪戸みほ Miho Sakato dijo...

Hola Bertini!

soy Sakato! jajaja

:)

Anónimo dijo...

Todos nos inventamos una realidad para sobrevivir. Las llamamos sueños. Los sueños de los mediocres suelen ser de grandeza.

39escalones dijo...

Esto va camino de un serial en toda regla.
Un abrazo

Gise =) dijo...

Biff pobre Amalia que ventarron le entro en la vida!!!! Con lo competitivo que es el ambiente de la peluqueria... o espabila o este torbellino de Celia Cecilia ( nombre de culebrón venezolano, le pusiste, jajajaja) le pasa por encima. A veces es bueno cruzarnos con alguien así para que nos muestre que la cotideaneidad, no es lo más sano. Espero ansiosa la 3 parte!!!!! Besotes!!!!!

Dante Bertini dijo...

miho: hellow dear!!! welcome!!!

tello: no siempre, antonio. No creo que Napoleón o Picasso tuvieran sueños pequeños. Bienvenido...

idea. Todo bien, entonces. un beso

malvisto: retribuída está. gracias

Dante Bertini dijo...

39e, gise: parece que sí, que se está convirtiendo en un culebrón...dependerá de mí y de vosotros que lo sea.

Belnu dijo...

Vaya, vaya, sigue la inspiración barroca! Me encanta la ropa de Celia Cecilia... "audaz fantasía futurista en negro y grises, con profusión de ojales, hebillas y hombreras" y "su peinado entraba en la categoría A de alucinatorio"... Y esa portada de la guapa pero operada "No puedo mover la cabeza!" ja ja...

Isa Segura B. dijo...

Hasta dónde vamos a llegar con esto de los registros...
Saludos y gracias por la sonrisa.

Raquel Barbieri dijo...

Me parece formidable el personaje de Celia Cecilia. Es muy "teatralizable" y me gusta porque con ese discurso que trae armado, muestra la coraza que se armó. La tipa está a la defensiva, desde el peinado y la indumentaria, hasta la respuesta que le dio a la pobre Amalia cuando osó convidarle un Marlboro.


Cariños:)

Margot dijo...

Cómo me gustan las historias por entregas!!!

Que no pare, Cacho de pan, eim?

Un besote!

Dante Bertini dijo...

isabel, raquel: parece que el diseño de vestuario, tan ochenta, es un éxito...habría que proponérselo al corte inglés, que insiste este año con el fucsia que no vendió el anterior.

isa sb, margot: dependo del tiempo, por supuesto. Ellas están ahí, muy dispuestas a dar guerra.

Belnu dijo...

Ja ja, lo del fucsia me ha hecho gracia...

Antígona dijo...

Ay, esta Amalita, que parece más espectadora de su propia vida que protagonista. A mí me parece que su encuentro con Celia Cecilia no le va a sentar mal del todo. Porque a mis ojos Amalia tiene bastante claro lo que no quiere, pero todavía no lo que quiere.

¿Actuará Celia Cecilia como una especie de revulsivo en su vida? ¿O, por el contrario, será la ambición presuntuosa de Cecilia lo que la lleve a reafirmarse en su propia falta de ambición?

Esperemos a ver qué nos cuenta en la próxima entrega el señor narrador ;)

¡Un beso!

Dante Bertini dijo...

antígona: espléndida intuición...o habrá que llamarla sabiduría?
Por allí van los tiros precisamente. un beso

zbelnu: escucha las pubs de la radio y verás que de gracia nada.

Unknown dijo...

Estoy al 100%, full of energy.

Ava G. dijo...

celia cecilia es puro glamour!

vamos a la tercera ya!

Anónimo dijo...

Me gustó el nombre Celia Cecilia...ahora me paso a la tercera parte...