jueves, noviembre 13, 2008

Vivir en Argentina

Jorge volvió el sábado de su viaje a Buenos Aires. Decir que vuelve de Argentina sería casi una mentira. Ese enorme país no merece semejante síntesis geográfica, una amputación tan descomunal de sus verdaderos límites. Los porteños estamos acostumbrados a hablar de Argentina como si esta se redujera al espacio que ocupa la ciudad capital de la extendida república sudamericana, ese, desde siempre, cosmopolita y preci(o)so lugar donde mi padre, un treintañero italiano de Lucca, conoció, amó y fecundó a mi madre, una provinciana menuda y alegre de apenas diecinueve años. Tengo en alguna caja, escondida de los aviesos ataques de mi pulsatillesca melancolía, las postales que mi padre enviaba a mamá, escritas en un itañol muy suyo que pretendía ser castellano. En casi todos los reversos de esas postales él la trata de "Mi negrita querida", algo que a mi madre, tan oscura de piel como puede serlo un andaluz algo cetrino, dudo pudiera caerle demasiado bien. Para aclarar el porqué de este posible desagrado, se hace necesario decir que dentro de las discriminaciones propias de algunos porteños discriminadores está el llamar cabecita negra a todos los provincianos que no sean rubios, de piel transparente y ojos claros.
Jorge vuelve, y vuelve entusiasmado con la polifácetica Buenos Aires, otrora Capital de las Américas y orgullosa Reina del Plata, medallas que la ciudad se colgó, o le colgaron, cuando todavía la palabra corralito se podía definir como un pequeño espacio cerrado y descubierto donde encerrar animales o niños para evitar su escapada. Sí, Jorge vuelve feliz y entusiasmado, aunque consciente de que "la andinización avanza", según le ha dicho a mi amigo viajero un experto en esas cosas de gobernar personas. El mundo se globaliza, y Argentina, que siempre estuvo globalizadamente constituída - "un crisol de razas", solían eufemizar maestras y políticos apenas le ponían un micrófono delante-, se ve obligada a abandonar sus heredados rasgos europeos, sus tics de oronda señorona afrancesada, para ocupar el espacio que tal vez, por simple causalidad geográfica, por puro determinismo histórico, está destinada a ocupar desde su nacimiento.
Rebelde y contradictoria, pulsionalmente cercana a la histérica, e histórica, "Gata Flora", esa imaginaria felina nacional que "cuando se la ponen grita y cuando se la sacan llora", la lejana Argentina de mis pañales húmedos y mis primeros balbuceos hará lo que deba hacer o de lo contrario hará cualquier otra cosa, aunque no tengo dudas en que siempre será a su manera: tan dramática, caótica e imprevisible como imaginativa y desenfadada.
En estos días de festejos y reencuentros, la casualidad, una señora a la que mis psicoanalistas siempre han quitado toda importancia, ha vuelto a mostrar sus facultades. Desde Taschen me llegan dos libros -Living in Argentina y Buenos Aires Style- que muestran la Argentina interior, esa a la que no tenemos acceso los que ni siquiera somos amigos de los dueños de casa. Viviendas particulares con estilo, mansiones de lujo que mezclan un pasado de clara influencia europea con este presente más sensible a los rasgos telúricos; la otra cara de esa Argentina marginal y paupérrima que habita las seiscientas villas de emergencia contabilizadas por el gobierno.
Pobres habrá siempre, se llamaba una vieja película argentina (1958) dirigida por Carlos Borcosque. Ricos también, podríamos añadir nosotros mientras nos deslizamos plácidamente por estos espléndidos libros. Sin embargo no todos los que abren las puertas de su intimidad a la mirada sensible del fotógrafo argentino Ricardo Labougle son necesariamente millonarios con un decorador a sueldo. Artistas ya desaparecidos -la ascética casa de Xul Solar es un extraño homenaje a la ausencia de decoración en medio mismo de un libro que básicamente está dedicado a ella- junto a otros mucho más actuales, como Juan Gatti -su piso recupera una época que le es particularmente afín- y Ricardo Cinalli -un pequeño apartamento con las paredes transformadas en un mural único por el que transitan sus recurrentes obsesiones- pueden ser ejemplos de un tipo de riqueza menos tangible, más espiritual, no necesariamente pecuniaria.
Ilustra una vista general de La Esperanza, foto de Ricardo Labougle.

Posdata: ¡casi una semana sin nuevo post! Lo siento, pero estoy paseándome por tierras murcianas. Ya contaré a mi regreso, aunque adelanto que me asombra la vitalidad de estas tierras, el tamaño de sus árboles y las fuentes que nunca faltan en sus inumerables plazas. Un abrazo a todos y hasta la vuelta.

49 comentarios:

Idea dijo...

Cacho, magnífica postal de esa Argentina" cosmopolita y contradictoria en la que anidan tantas formas del despotismo y la solidaridad y que muchas veces sólo es comprensible para aquellos que se formaron y forjaron en su seno.
Besos

vulcano dijo...

Me he he quedado leyendo lentamente tu post de hoy, y no sabes cuan honesto es.
No soy argentina (en mi país dicen que parezco) pero tengo la dicha y desdicha de conocer su arquitectura de cristal y también la de cartón.

Siempre que vuelvo es distinta, nunca olvidaré el puerto convertido en un "mall", me abofeteó los ojos esa imagen que no reconocí hasta que no me espabilé del todo, casi lloré.
Llevo a la Argentina conmigo todos los días, en la música de mi sangre, en la sangre de su música.

Gracias por recordármela tal cual era, tal cual es.

Un beso desde el corazón del fuego,
Vulcano.

Alexis dijo...

Qué cosita esto de las “síntesis y amputaciones geográficas”.

Acá también se cree que el Uruguay es un apartamento de un lindo barrio montevideano que viene con un patio enorme lleno de vaquitas pastando y vista al mar (que en realidad es río, no sé qué tan De la Plata, no sé). Bueno, de vez en cuando nos gusta creer que Uruguay es Punta del Este, también. Y nos enojamos pila cuando afuera piensan que “Punta” es de ustedes, “¡qué horror!” dicen algunos, “¡qué atrevimiento!” gritan otros, y el verano en el que los argentinos quedaron “jugando” en el corralito como buenos niños, los llantos cruzaron el charco y no hubo sonajero que nos consolara.

Qué cosita con la ignorancia y la soberbia y la ceguera. Cuando se juntan son infalibles, che.

Chau, chau, chau, cahuuuu (sabe de qué hablo, ¿no?)

Unknown dijo...

Me ha hecho gracias lo de que tu padre conoció y fecundó a tu mami. Fecundar es tan aséptico.

Lucca, me lo contaste una vez.

Martin dijo...

Este post es el mejor colofón a nuestra charla de esta mañana, aquella charla pequeña en la que Liz y Marilyn (o algo que intenta parecérseles) eran nuestras inmutables escuchas.
Si te soy sincero, no soy mucho de leer tu blog, pero esta maña no se si por el frío o por mi inminente viaje a nuestro (querido) país de origen necesitaba algo o alguien que me devolviera algo o poco de todo aquello que alguna vez fue parte de mis días.
(igual por eso leía el RADAR cuando pasaron!).

Gracias por el espejo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Como bien manda el tango los porteños somos melancólicos, hasta los rufianes, parafraseando a R.Arlt.Pero también cagones .¡Cuanto nos cuesta decir
que estamos añorados! que aún llevamos "clavado" el país, a Buenos Aires y al barrio.Argentina no termina en la Gral.Paz, ahí termina Buenos Aires y comienza latinoamérica, eso es lo que no fotografía mi colega Labougle, como tampoco la plaza Discepolin en Av. La Plata al 1500, una joya del recuerdo, pero tampoco se puede estar en todo.
Haré una confesión, a mi Bunos Aires es la ciudad que me resultó mas difícil de todas las que he fotografiado. Almagro

Anónimo dijo...

Idea,
Vulcano:
las dos sois no argentinas, según creo, así que vuestra visión me importa por la distancia que podéis poner en el asunto. Traté de ser honesto escribiendo con pies de plomo, porque también se lo sensibles, lo picajosos que solemos ser los nativos de aquellas tierras chúcaras.
Un abrazo por dos.

Anónimo dijo...

Fanma:
fecundar es unirse para procrear y yo quería decir exactamente eso. Prefiero no meterme en el resto porque supongo que tuvieron muchos encuentros sexuales donde no fecundaron nada. Seríamos cientos de cachitos de pan.

Anónimo dijo...

Martín:
agradable visita, podría repetirse.
Muchas veces paso frente a las marilines y las elizabetas y no me paro por no molestar al hombre trabajando.
Nunca se si soy un espejo de algo. Trato de mirarme sin ira y con los ojos bien abiertos, aunque no siempre basta con eso. Un abrazo


Botijabobo:
vaya nombre te has puesto! ¿Te lo ha dicho alguna vez una vecina encabritada?
No le creas. No se cuán botija eres, pero de bobo poca cosa te encuentro. Chau y hasta pronto... espero.

Beatriz dijo...

Muy acertados tus calificativos: dramática,caótica...etc. Pero ¿quíén de nosotros no tararea, aunque sea a escondidas,el himno de los nostálgicos,"VOLVER".
¿Porqué privarnos del placer de tener dos amores? Dos tierras y un océano que las acaricia. No nos quedemos sumergidos en la nostalgia,pero tampoco nos privemos de sentirla.

Dante Bertini dijo...

Héctor:
me conoces lo suficiente como para saber que no soy careta. Tengo el recuerdo y la nostalgia justa, también memoria para todo aquello que no terminaba de aceptar. No reniego del lugar donde nací, aunque sigo pensando que mi patria es el lugar donde me permiten ser feliz.


Beatriz:
si supieras cuantas cosas canto con toda su letra no lo podrias creer. "Volver" es una de ellas, sin ninguna duda, pero si el deseo de volver a la Argentina fuera auténtico en mí ya hubiera vuelto hace años, no lo dudes.
Uno, casualmente otro tango, quiere volver a lo que ya no es, al pasado, a los amigos y familiares perdidos, a los lugares en los que fue feliz. Los míos no están necesariamente en Buenos Aires, te lo aseguro.

frikosal dijo...

Fecundar me parece una palabra muy apropiada.

Solamente he estado una vez en Buenos Aires, y muy de paso. Es evidente que algo hay que se nos escapa a los visitantes, creo que en Moscú ocurre lo mismo. Preguntas a uno y a otro pero no entiendes.

De lo que pude comprender, me gustaron esas librerías abiertas casi toda la noche.

Belnu dijo...

Qué buena la imagen de la gata flora! Brillante autoironía argentina! Yo siempre quise ir (y siempre temí) a Buenos Aires... Estupenda crónica, pese a la misoginia bertinesca
A mí me falla el servidor, no puedo postear en mi sitio!

Dante Bertini dijo...

Frikosal,
gracias, creo que es exactamente la que quería poner.
Una ciudad extraña y envolvente a la que, como decía Borges, posiblemente nos una, más que el amor, el espanto.
Amarla a la distancia está bien: se desdibujan las aristas.

Fran Invernoz dijo...

Una entrada excelente, una radiografía, o mejor un escáner o una resonancia magnética, un bisturí que disecciona la falta de identidad argentina, la falta de equidad en la distribución de la riqueza de un país que, por otra parte, no sabe cómo crear riqueza porque desconoce el valor añadido. Los países pobres serán los que exporten materia prima, lo decía el sabio Adam Smith. Nací y me críe en Buenos Aires y sentí esta entrada muy íntima, llena de cariño a tus padres hacia el suelo porteño. No te quiero aburrir, podría seguir escribiendo sobre esta entrada magnífica que has escrito desde la otra orilla y que me ha dejado el sabor amargo de la realidad, y no las fotos de Living in Argentina, muy bonitas de la minoría que vive bien en Argentina. Cordiales saludos.

Dante Bertini dijo...

Isabel:
¿Misoginia? Supongo que me explicarás de qué estás hablando, ¿verdad?
No se trata de ir soltando calificaciones porque sí, espero.
Además lo dices como si fuera una constante.
¿SERÁ POR ESA MISOGINIA QUE LA MAYOR PARTE DE MIS COMENTARIOS, CARIÑOSOS, POSITIVOS, VENGAN DE MUJERES?
Lo vivo como una boutade, un recurso literario más, pero por si acaso...

Belnu dijo...

Vaya, Cacho, yo no pensé que eso te ofendería, es decir, pensaba que asumías que eres misógino. A mí me lo pareces, pero es una posición tan generalizada y en tu caso no ha obstaculizado nuestras afinidades otras. En cuanto a las mujeres que apoyan, yo creo que si el 80 por ciento de hombres son misóginos, el 75% de mujeres lo son también y furiosamente. Y muy pocas son sensibles a ese tema espinoso. Un día mi vecino gay me contó que hay muchísimos gays homófobos, así que es un proceso que tiene su lógica (perversa), y más en este país. La etiqueta femenina está tan desvalorizada aquí que muchas mujeres detestan que se la pongan, muchas tienen además problemas de rechazo de su género, sus madres etc que se mezclan a eso. Ya te digo, no pensaba que eso fuese para ti un insulto sino casi diría que una virtud. Y pensaba que ya habíamos hablado de eso. Estoy tan sorprendida... Si quieres que te diga todos los ejemplos, mejor por teléfono!

Dante Bertini dijo...

Martín B: gracias.
No todos pensarán lo mismo. Ya he recibido algunas críticas suaves y estoy esperando, sin creer que las merezca, algunas más duras.

Tengo, por suerte, un gran cariño hacia mis padres, dos personas que trataron de hacerlo lo mejor posible. Equivocándose, por supuesto.
Un abrazo

Dante Bertini dijo...

Zbelnu:
hablaremos, por supuesto, sabes cómo me gusta discutir contigo, aunque si no me equivoco, la definición misógino habla de alguien que tiene AVERSIÓN a las mujeres.
¿No te parece una acusación algo excesiva?
No me ofendo, no se trata de eso, pero en Buenos Aires -capital del psicoanálisis- se decía que las interpretaciones fuera de contexto eran simplemente agresión.
Me guardo muy bien de ser elegante contigo.

elita dijo...

Digas lo que digas, Argentina (entera) es uno de mis destinos-sueño a abarcar. Nunca encuentro el momento, y cuando leo a veces entradas tuyas desearía,con un solo click de esos, estar allí.

Belnu dijo...

Una cosa es la definición del diccionario y otra muy distinta la del uso normal de esa palabra, en manuales, periódicos, vida cotidiana, etc. y no es casual que nadie se haya preocupado aún de recogerlo, que no se refiere ya a la aversión en el trato sino a fenómenos como el desdén por la condición femenina, a la idea de su inferioridad o a sentimientos irracionales de rabia hacia las mujeres como género, ninguno de los cuales implica no mantener relaciones con ellas (y no te los estoy atribuyendo todos!). Aquí yo me refería al comentario sobre tus padres, parece que él lo hizo todo y yo no puedo evitar preguntarme: ¿y ella? Le amó? Sólo fue fecundada como una flor o una gata que se queja siempre como la gata Flora? Cuando estás al otro lado te preguntas. Es como cuando Claudio Magris, que tenía una mujer escritora y parece que la apoyaba, escribió en un libro hablando de lectores y presuponiendo que sólo le leyeran hombres (y ahí yo decidí que no tenía raónes para seguir leyéndole). Para mí eso es misoginia, hablar como si sólo los hombres tuvieran cerebro y voluntad y capacidad lectora, pero claro, quizás para otros no. A mí me gusta bastante un poeta rabiosamente misógino, porque su misoginia es muy destapada y abierta y parece que cambia radicalmente cada vez que se enamora y una mujer le hace caso, Fonollosa. Me gusta Truman Capote, pero sé que cuando se inspiró en Maeve Brennan para hacer a su Holly Dolightle la despojó de su cerebro y su talento de escritora. Es complicado decir cuándo me parece perdonable y cuándo no. En tu caso, yo pensaba que dirías "y a mucha honra", como mi vecino escritor, y como otros muchos que conozco. Tuvimos esta discusión una vez ya y pensé que estaba claro, pero en fin, veo que no.

Daniel Rico dijo...

Creo que fue Malraux el que dijo que Buenos Aires era como la capital de un imperio que nunca habia podido ser.

Muchos saludos cacho y que siga bien.

Dante Bertini dijo...

Elita,
si es verdad lo que dices, pediré un sueldo a la oficina de Turismo...
No te equivocas en pensar en Argentina como lugar a visitar, el peligro es quedarse prendido, como cientos de personas de todo el mundo.


Daniel:
gracias por recordarme esa magnífica frase de Malraux.
Y un abrazo.
Ah!, me podés tutear.

Dante Bertini dijo...

Zbelnu:
no te contestaré las que considero descalificaciones propias de personas menos inteligentes que tú, tampoco el sucio argumento de las mujeres que me escriben y me aprecian de puro masoquistas, pero te aclaro que si no estoy desfazado con los adelantos científicos, es el hombre el que fecunda y la mujer la fecundada, y frente a eso no hay estúpidos argumentos seudo feministas que valgan. Otrosí: tú, siempre tan "progresista", deberías intentar no meter a las personas en anaqueles tan estrechos: no tengo nada que ver con el sujeto que tienes por vecino y si me ves así te equivocas cuatro veces. Además de cierta opción sexual que sólo puede ser la misma a ojo de mal cubero, ¿qué tengo que ver yo con ese señor? ¿Tu homofobia quizás?
En cuanto a mis progenitores, donde tú ves desprecio yo veo un acto de amor, ya que mi madre no cerró las piernas ni mi padre la violó brutalmente. Encontré más preciso hablar de la fecundación en Buenos Aires, porque esa es MI realidad. La relación entre mis padres no empezó en esa ciudad, ni fue allí que se acostaron las primeras veces: acostumbraban hacerlo con asiduidad y placer. Por suerte no soy "un hijo enviado por Dios y ¡qué le vamos a hacer!".

Por mí lo dejamos aquí. Quiero seguir recibiendo la parte más amistosa de tu persona, si eso es posible.

malditas musas dijo...

Buenos Aires es la primera novia siempre... esa que uno se encuentra despeinada, envejecida, pero que sabe nuestros secretos... y los guarda violentamente, con un afecto parecido al despecho, no?

será así

bso
musa

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

¡Ojalá un día pueda conocer la Argentina! Quizás cuando ya no viva más allí.

Dante Bertini dijo...

Musa:
para algunos, en cierto momento, fue esa fea con la que nadie quiere bailar, la puerca parca.
No sé qué secretos míos guardará con despecho, si lo supiera ya estaría quitándole la primicia.
Besomuso



Walter:
mejor su Congo? espero que sí.
Conocer conocer, nadie conoce. En mi caso, suelo esbozar teorías para ver si alguien las corrobora o me las devuelve como un boomerang dirigido directamente a la cabeza.

el objeto a dijo...

los lugares que encontramos fuera y acabaron habitándonos,

yo necesito de esos viajes mentales por paisajes que significaron y dejaron huella,
igualmente la fotografía de casas, por dentro y por fuera,
precioso libro y post,

no sabía que Juan Gatti tuviera casa en Argentina! qué nivel,

tengo a los pies de mi cama siempre un libro con las casas de Lloyd Wrigth,

por cierto, en mi último viaje a parís pasé por una tienda taschen y me acordé de vos,

Mari Pops dijo...

que decirte!!!
yo soy Buenos Aires donde vaya. Hay una parte de mi calcada de empedadrados y melancolica forma de amar que mamé en mi ciudad.

En el resto de los lugares donde he vivido, que por cierto han sido preciosos, me siento un poco lo soy "extranjera con residencia temporal y/o permanente.

En BA estoy en casa. Aunque mi casa tenga humedad, roto unos caños, y vecinos molestos, es mi casa y me ayuda a saber "quien soy"

(Parezco un tango de Eladia)


Besos porteños
La Mary

Que buen blog tenes Cacho. Y ese Boti viene de casa

el objeto a dijo...

en cuanto a la polémica por misoginia creo que para quien eche mano del refranero popular, es casi una hazana no resultarlo, ya que nuestra cultura está llena de esos topicazos.
No me parece peor el lugar de la gata histérica (a la que al menos se la meten) que el del impedido obsesivo, que se queda a dos velas... pero para él no tenemos expresión popular, este es el mundo en que vivimos!

pepa mas gisbert dijo...

No conozco Argentina y sería presuntuoso por mi parte opinar sobre lo que dices y escribes sobre ella. Sí conozco algún argentino/a, pero aún sería más estúpido por mi parte, deducir algo de lo que puede ser un país por como es alguien.
Lo que si opino es que viendo el pequeño y cariñoso retrato que haces de tus padres y de sus diferencias, todos somos tan iguales y todos somos tan diferentes, fecundados en Buenos Aires o en València.

Lo que si conozco es Lucca y sus murallas y sus calles peatonales. Hace ya mucho tiempo pero mi recuerdo es grato.

Un saludo

Gise =) dijo...

Cachito voy volviendo de a poco y me encuentro con este post que describe a una Buenos Aires tan lejana y tan cercana a la vez, una descripción que nadie podria haber hecho mejor que vos, nadie le puede dar ese toque de porteñoeuropeizado que le podes dar vos después de tantos años lejos de Baires y con la mente tan abierta para poder ser objetivo...
Sabes a mi lso argentinos que me conocen y no son de baires no me creen que no sea porteña...y la verdad es que hay mas de uno que para que contar....
Que coincidencia lo de los libros parecen interesantes no???
Besukones y te llamo en la semana!!!

Dante Bertini dijo...

Gise:
hoy me preguntaba por tu vida. Bienvenida a casa. Me voy dos días a ver a un amigo. Que me la pase bien...y tú también, muñeca. Besos


Alma:
me alegra que andes por aquí y me comentes. A veces me quedo sin palabras porque vosotros lo decís todo. Somos tan iguales como diferentes, aunque ninguna de esas cosas pasa demasiado por el lugar físico donde hemos nacido.
Un abrazo


Mary P:
me decís que el botija viene de tu casa? Hijo, amante, marido? Ya pasé por su blog y de bobo nada.

Yo no tengo esa sensación tan acusada de pertenencia. Siempre fui un extranjero que se paseaba curioso por calles imaginarias.

Besos tangueros.

Dante Bertini dijo...

Vanessa por dos:
por aquí no tendremos Taschen nunca, según me dijeron. No editan en catalán y eso les hace las cosas más difíciles.
Madrid lo tiene más cerca, ¡envidia me da!
Te aseguro que en argentinópolis hay dichos para todo y todos. Este, que me iba bien para describir una forma de ser y hacer muy nuestra, viene en femenino, como LA histeria.
Gatti debe tener un buen pasar, no lo dudes. Fue director de arte del Vogue italiano entre otras muchas cosas. Y es muy ahorrativo.
Me voy de weekend! Besos

Darth Tater dijo...

Dante Bertini,

He tenido la fortuna de poder viajar en 3 ocasiones a la Argentina y por lo que sea nunca me he alejado de Buenos Aires más allá de unos cuantos kilómetros. Algo tiene esa ciudad para mí que me emboba, algo como lo que me hace leerlos a ustedes, argentinos, a quienes poco entiendo pero mucho admiro. Son admirables, tan diferentes, tan soberbios, tan sueltos de palabra y tan críticos con esa patria que tanto quieren y de la cual siempre quieren partir, aun cuando acaben de llegar. En fin, me vino a la mente algo que mi mamá recitaba cuando yo era niña (supongo que en algún tiempo tuvo algún noviecillo argentino aunque nunca lo haya confesado): "En el cielo las estrellas, en el bosque las espinas y en mi pecho la República Argentina".
Por otro lado, ¡ésto ya se puso bueno! Quiero decir, el intercambio verbal entre Zbelnu y Cacho. Me gustan, me gustan las discusiones, sin agresiones, claro, me encantan las polémicas. Y estoy de acuerdo contigo en lo de fecundar y soy parte de tu público femenino y te admiro y me encantas y me encanta leerte y no creo que seas misógino porque no he leído en tus escritos nada que degrade o humille al gènero femenino.
He dicho.

Roxana.

Antonio Tello dijo...

Coincido en gran parte con tu postal de Argentina y me solidarizo con el entusiasmo de Jorge. En "Argentina, claves de una impotencia" escribí sin prejuicios ni reservas sobre este país. El precio fue que alguna gente me tildó de muchas cosas nada bonitas y hasta me retiraron el derecho de opinión "porque no se puede hablar así de tu patria" o porque "ya no vivía allí". No obstante me estoy planteando el regreso después de más de treinta años. Lo hago sin nostalgia, porque esto es un lujo que detesto.
Antonio T.

Dante Bertini dijo...

Querida Darth:
faltan sólo unas palabras: en "el medio de" mi pecho, la...
Lo repetíamos de pequeños y lo tenía casi olvidado. Gracias por recordármelo y también por tus siempre elogiosas palabras.
Me voy por el fin de semana y ya te visitaré cuando vuelva...o desde donde esté, que me llevo el ordenador. Un abrazo (yo no digo manito)

Dante Bertini dijo...

Tello:
si te vuelves, si te vas, te echaremos en falta, no lo dudes.

Mari Pops dijo...

cacho cuando puedas pasate pero no olvides hacer click en el link que esta en italiano y decime que te parece

estoy demasiado nostalgica

un beso desde aqui

NoSurrender dijo...

Esa melancolía parece una marca porteña, sí. Pero, supongo que es marca humana, en general, y que toda emigración reclama su nostalgia.

En cualquier caso, si no ofende a nadie, prefiero Barcelona a Buenos Aires por múltiples motivos, eh ;)

Salud!

unaquepasa dijo...

Me parece sublíme la frase de la Gata Flora! qué de recuerdos me trae...
Buen post, Y feliz cumple atrasado, escorpión.
Te dejo ésto como regalo y por se finde

http://es.youtube.com/watch?v=JGb5IweiYG8&feature=related
Un cordial saludo!
Jazzy

Pilar M Clares dijo...

Todo eso, incluso poco menos, la vida.
Saludos

el objeto a dijo...

bon voyage!!

39escalones dijo...

Salvando las distancias, en Aragón también la capital termina absorbiéndolo todo...
Qué buen texto.
Saludos.

inespoe@gmail.com dijo...

plagado de añoranzas y agudas aseveraciones. Buen texto.

Lukas Rybensen dijo...

colorido homenaje a estas tierras

abrazo

Alexis dijo...

Soy el criado de Mary, un beso para ella y un agradecimiento para usted (me gusta la sincera nostalgia con la que miran su patria desde afuera, y me gusta que no me pase con la mía, de verdad).

Darth Tater dijo...

ejem, ejem... Cacho, el fin de semana ya terminó hace varios días, ¿en dónde andas? se te extraña...

Anónimo dijo...

Mary, Botijabobo,
Darth, Vanessa,
Nosurrender, Luc,
Alfredo 39, Gisella,
Tarántula, Pilar Clarés,
Jazzy...
Vuelvo de una semana ajetreada y me encuentro con las tareas de siempre, esperando agazapadas como mi gato, que quiere mimos para restablecer sus días de angustioso abandono.
Gracias por venir y leer, como siempre.
Os hago lo que espero sea un regalo en el próximo post.