lunes, marzo 02, 2009

Ciudades y perversiones

El hombre construye las ciudades, las ciudades forman al hombre.
Lo dijo el arquitecto británico Richard Rogers en una entrevista para el diario La Vanguardia y yo lo leí hoy a la mañana, mientras desayunaba en la Crustó de Valencia y Balmes, una panadería-cafetería de look cosmopolita siempre atiborrada de productos exquisitos y que queda enfrente mismo a otra de mis islas de placer: La Compañía Francesa del Oriente y de la China, desafortunadamente, con fecha de cierre definitivo asegurada. Tengo que hacerme a la idea: dentro de poco tiempo ya no podré entrar a esa preciosa tienda con orgulloso aire de museo que durante años fue un lugar de visita casi cotidiana para mí. Ya no podré detenerme a admirar algún cuenco artesanal amorosamente moldeado o una tetera blanca de loza con peces azules pintados a mano; siempre parecidos, siempre diferentes. Tampoco podré llevarme a casa por muy poco dinero algún pequeño rallador de gengibre fabricado con cañas de bambú, una alcancía de cerámica con forma de gallo, de rana o de cerdo o una pequeña jaula para grillos cantantes, tan delicada como enternecedora. Conocí esta tienda en París a finales de los setenta y casi no pude creerla: en ella tenían todo aquello que podía gustarme, desde cuadernos con tapa dura en negro y rojo, hasta pinceles de todos los tamaños o plaquetas sólidas de tinta para caligrafía, desde chaquetas en lana de estricto corte oriental y cuidada elaboración francesa, hasta relojes de pulsera con La internacional como fondo sonoro y la efigie imponente de Mao en vibrantes colores de cómic. Tuve suerte: a poco de mudarme a Barcelona abrieron una sucursal a cien metros de mi nueva casa, y con el correr de los años, muchos, logré inclusive una rebaja especial de cliente sobre los precios marcados.
-No puedes quejarte -me dice alguno cuando escucha que lo hago- Se cierra esa pequeña tienda, pero al mismo tiempo se abren modernas sucursales de Ives Saint Laurent, Valentino, Hermés, Gucci y Carolina Herrera. ¡Qué estupidez! Podría asegurar que no iré cada día a pasearme por ellas. Para mí son poco más que escaparates del lujo inaccesible; prisiones diurnas para los esclavos de la moda que se ven condenadas a albergar por la noche a un oscuro, desmembrado y creciente ejército de homeless que ya ni perros tienen. Tal vez debería ser más integrado y consolarme con la nueva y serpenteante montaña rusa que han edificado sobre las castigadas, cada día más deforestadas, laderas del Tibidabo. Según pude saber hoy mismo, también por intermedio del mismo diario dominical, esta feria es "el lugar de diversión por excelencia de los habitantes de Barcelona". ¡La alegría desenfrenada estaba ahí nomás, a tres estaciones de metro, y yo sin enterarme! Acompañado de algunos amigos, muy despistados todos ellos, en vez de distraerme con el vértigo, esta semana he perdido el tiempo escuchando durante hora y media a Román Gubern y Elisabeth Roudinesco, que, lejos de divertirnos con espejos deformantes y caídas bruscas, se entusiasmaron explicando a unas pocas decenas de personas quietas, silenciosas y atentas, los rebuscados mecanismos de la perversión. Dos días antes había colgado mis dibujos-objeto en el Auditorium municipal de una ciudad cercana y dos días después me uní a un grupo de gente que pretende saber algo más sobre la inmigración, sus motivos y consecuencias. Anoche mismo, rodeado de buena comida y algunos amigos extranjeros, leí en voz alta poemas de Lorca y Neruda traducidos al italiano. Una experiencia fascinante, aunque en ningún momento nos hizo revolvernos, gritar ni lanzar carcajadas. ¿Seremos, acaso, sapos de otro pozo? ¿O será, simplemente, que hasta el concepto de diversión es relativo? Y para terminar, una última pregunta:
Si el hombre destruye las ciudades, ¿esas ciudades destruídas deformarán al hombre?
photo DBertini: escaparate de Diesel; Madame Roudinesco entre nous.

18 comentarios:

Fogel dijo...

Dante, se puede apreciar facilmente que eres alguien muy comodamente adaptado a los placeres de vivir en una ciudad pluri-cultural y cosmopolita. A mi las grandes ciudades me estan espantando poco a poco ultimamente, y noto que llevo una extraña sonrisa cuando camino por una senda arbolada, cerca de algún cerro, sin auriculares, oyendo el rumor de un curso de agua o el sonido del viento entre las hojas. Es verdad que al poco tiempo extraño los bares y las librerias, pero son sitios puntuales, como la casa de un amigo, no en sí misma la ciudad, con todo su barullo, su ritmo acelerado, sus cacos y sus policias, la publicidad callejera y la perdida de fé en las personas, que tanto se ve en el trato habitual entre sus habitantes. Todo esto es muy relativo, por supuesto, pero discutible al fin y al cabo, "La ciudad y su gente" La identidad se mantiene cuando te trasladas de ciudad, creo yo. Es una relación simbiotica, creadora y caótica al mismo tiempo. Modificaremos las ciudades y al hombre al mismo tiempo, pero no las destruiremos finalmente, sin destruirnos a nosotros como individuos primero.

PD: Me parece que bebi demasiado.
...Un abrazo

39escalones dijo...

Lo cual me recuerda la progresiva desaparición de las salas de cine y su sustitución por vagones de ganado para espectadores de pantalla mini... La caverna avanza en todas partes.
Saludos.

Anónimo dijo...

Fogel:
un largo y agradable comentario; no hay embriaguez visible o evidente.
Soy un urbanita sin remedio: no conduzco nada, así que irme a un lugar sin transporte me hace la vida más difícil. Añoro árboles y silencio, pero de la misma manera que se añoran los años inocentes: con la melancólica certeza de la imposibilidad.
Un abrazo

Dante Bertini dijo...

39Escalones:
un enorme cine se convierte en tienda de objetos de regalo, otro más pequeño y más preciosamente art decó, en una sandwichería para turistas.
Sólo queremos comer por la boca? Sólo deseamos comprarnos bibelots, decorarnos la cueva con objetos superfluos?
No tengo respuesta.

Margot dijo...

Habrase visto, Cacho de Pan, que poca consideración teneis tú y tus amigos hacia el alma de tu ciudad (cualquier ciudad sirve) donde la alegría y los globos vuelan por doquier... mira que ponerse sesudo, mira que entristecerse...

No sabías de ese nuevo decreto? Terminarás en la hoguera, querido Dante, ardiendo por seriote...ays, ays.

Bienvenido al club.

Lucía dijo...

Me hubiese encantado esa tienda...
Pues sí, Dante, sí, hasta el concepto de diversión es relativo. Y menos mal, porque imagínate que todos nos divirtiésemos de la misma manera, sería muy monótono, y nadie podría mirarnos con cara rara.

Un beso para el lindo sapito.

pepa mas gisbert dijo...

Antes de leer el post (que he leido) me fijo en lo que significa el título para mi. Una asociación directa entre ciudad y perversión, una perversión íntima para los que adoramos las ciudades y valoramos esos rincones que van convirtiéndose poco a poco en algo supermoderno y carente de encanto.
Las ciudades se destruyen porque van perdiendo su poder de encandilar y quizás de pervertir nuestra inocencia.

Beso de quien añora no el árbol si no la ciudad que va siendo y no es

Dante Bertini dijo...

Margot:
el alma de esta ciudad sescapa por los intersticios de la puerta que algún perverso ha dejado abierta tras de sí.
Si me divirtieran las montañas rusas...pero es que ni siquiera entiendo su idioma. Me entretiene más hablar con los amigos o compartir con ellos una mesa, una película, una caminata.
Con suerte arderemos juntos.

Anónimo dijo...

Lucía:
el lindo sapito?
de dónde sacas eso tú, princesa?
Información confidencial, secreto de estado...un abrazo

Anónimo dijo...

Alma:
el árbol caído, o talado, es parte de esa ciudad en vías de desaparición. Muchos dirán que es frívolo ocuparse de los árboles cuando la crisis nos deja sin aliento, pero deberíamos plantearnos otra forma de vida donde el respeto a lo que nos circunda ocupara mayor tiempo que la frívola y desalmada obtención de beneficios y bienes. besos

Dante Bertini dijo...

Administrador:
entré a vuestra página, sin nombres propios ni dirección estable de ningún tipo.
No suelo contestar anónimos, pero en este caso, por demás ambiguo, os digo que no acostumbro publicitar ni difundir nada en lo que no crea al menos momentáneamente.
Gracias

Noemí Pastor dijo...

Me haces añorar Barcelona. Y también un poco París.

Dante Bertini dijo...

Noemí:
y tú a mí, el País Vasco.

Anónimo dijo...

Tenemos el gobierno que nos merecemos.¡Por corderos!

Gise =) dijo...

Ya te habia oido decir lo del cierre de la tienda, y creo que nunca he entrado alli, tendre qu epasar este finde antes que desaparezca y me quede son las ganas...tu barrio esta lleno de lugares desconocidos e interesantes y a su vez de tiendas frias, caras e impersonales...yo siempre fui de la opinion que toda esa gente que se viste con ropa de CH, GUCCI, CHANEL y tantos otros en una epoca demostrarian que tenian nivel, posicion social, etc pero hoy con tanta copia trucha de China ya no es signo de categoria...además si yo tuviera pasta la gastaria en cosas de diseño exclusivo mas que en esas marcas llenas de logos...
Y lo del Tibidabo, no creo yo que sea el lugar de mayor diversión de la gente de Barcelona, las veces que he subido a mostrar la iglesia habia mas guiris que gente de aca... es una lastima que nos quieran hacer creer tantas chorradas como si fueramos tontos...
Me hubiera gustado oirte leyendo poemas en italiano que exquisito con lo bien que tu lees...lastima que me entere tarde...
Creo que las ciudades destruidas deformaran al hombre...o al menos seria más justo... Besototes!!!!

Darth Tater dijo...

Qué delicia leerte, Dante, eres realmente un bon vivant, ¡me gusta éso! Y qué delicia de tienda debe ser ésa donde encuentras el rallador de jengibre y la jaula para grillos cantantes... comer croissants leyendo La Vanguardia, leer a Lorca en italiano... leerte es un placer, insisto. Un placer palpable, casi huelo la mantequilla y el café, siento la tinta fresca en mis dedos, el pasar de la gente por las calles de Barcelona, imagino los lujosos escaparates de Hermès con sus pañuelos de seda... guau... leerte me hace transportarme y disfrutar, ¡eres mejor que una copa de vino o que una clase de yoga! He dicho.

Dante Bertini dijo...

Gise,
si no te das prisa perderás un recuerdo melancólico para el futuro...y no tendrás una anécdota + para contarle a tus nietos
Además las rebajas están de miedo y hay muchas cosas bonitas para llevarse a casa. Que la crisis se lo llevará todo de cualquier forma...

Anónimo dijo...

Anónimo:
más cordera tu vecina!


Darth-ta:
puedes decir lo que quieras si siempre vas a ser tan piropeadora...ahora necesitaré una relajación completa para poder seguir con mi vida de manera normal...y no fantasees demasiado que luego mi realidad es menos colorida!