Cuando llego desde Orly a la casa donde viviré los próximos siete días, me doy cuenta que toda la France me recibe hecha bandera. Un ayuntamiento detallista, sin ninguna duda.
¿Delirio egocéntrico? Peut-être, ¿pero verdad que suena bonito?
Detrás de las tres ventanas iluminadas, esperaba nuestro hogar provisional.
Afuera... todo París, como siempre en fiesta.
El sábado a las dos de la tarde estábamos invitados a almorzar en casa de madame M. Llegamos bajo una una llovizna persistente, fría, bastante molesta; pertrechados con abrigos, bufandas, gorros de lana y guantes de piel; cubiertos a medias por unos paraguas endebles que un viento indeciso con arrestos tangueros se empeñaba en deshacer. Mientras comíamos con apetito invernal pisto andaluz, pollo al horno con espaguetis au beurre, ensalada verde, roquefort y camembert, chocolates y café, se habló de las ventajas e inconvenientes de vivir en París.
-Si viviera aquí -dije yo- un día como este me quedaría en la cama sin asomar la nariz a la calle...Leyendo, viendo la tele, durmiendo.
-¿Y qué tiene de malo eso? -dijo mi amiga.
-Nada -le contesté.
Pero mientras lo decía tuve muy claro que, como el Bartleby de Melville, "preferiría no hacerlo".
Será porque, más que vivir en París, me gusta pasear por sus calles desorientadamente, sin meta ni rumbo fijo; perdiéndome por sus rincones, descubriéndole detalles que imagino exclusivamente míos, como si del cuerpo de un amante muy deseado, y nada esquivo, se tratara.
-¿Qué tal París? ¿Viste algo interesante?
- Sí. Las contradicciones de mi alma.
En cada viaje que hice a la Ciudad me ha tocado vivir en un barrio diferente. El Boulevard de Richard Lenoir es parte del quartier 11eme, Bastille, un barrio con su propio ángel(¡!). Caminando un rato puedes llegar sin demasiado esfuerzo al Canal Sant Martin, uno de los refugios Bobó (bo-hemian/bo-urgeois) más cotizados. Si cambias de dirección te encuentras con el Marais, antiguo barrio de comerciantes judíos que el Centre Pompidou y los homosexuales de aquella época convirtieron en el enclave alternativo urbano de los años ochenta. En el boulevard Beaumarchais, a pocas calles de donde vivimos durante este corto viaje, está la tienda Merci, todo un icono de la modernidad. Precioso y carísimo lugar, tiene un bar con estanterías de libros usados a la venta y un plantel de empleados que supera con creces el de sus exclusivos clientes.
SanTa Carne -yo lo hubiera escrito entre signos de admiración- es un restaurante que anuncia con absoluto desparpajo y estrictas letras blancas sobre un frente de color negro pizarra, sus dos emplazamientos: Buenos Aires - París.
Un casamiento con historia: al costado mismo de la tour Eiffel hay desde siempre una corta calle con el nombre de la capital argentina.
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Los pequeños ravioli de queso a la crema de Le Rostand, a un costado de los jardines de Luxemburgo, son verdaderamente exquisitos.
La mantequilla "a la sal de mar", para mí desconocida, tiene un sabor incomparable.
Me acerco hasta el Jeu de Paume -no confundir con el jus de pomme, siempre tan refrescante- para ver la exposición Fellini. No llego a entrar. Antes de la destrucción modernizadora, en aquel anacrónico lugar te recibía el bronce de la bailarina de Degas con su tutú de tul auténtico. Adentro bailaban, juntitos y apretados, los puntillosos impresionistas. Ahora el lugar se confunde con cualquier sucursal de un gran banco hipotecado. El rincón librería es, como siempre, exhaustivo y espléndido. Compro algunas cosas de ver y me voy hacia la Feria de Navidad que por primera, y con toda seguridad no última vez, ha sembrado de chalecitos suizos los Campos Elíseos.
Son de madera clara, pintada de blanco por fuera y en estado natural por dentro; una diferencia notable con los que habitualmente se montan por aquí, de loneta o plástico sobre armazón metálica. El contenido sin embargo es similar: muchas chucherías, muchas golosinas, muchas cosas para comer y beber. De pie, como se pueda, al paso. Apoyado a las espaldas del enérgico Charles de Gaulle, enfrentado a un más reposado Clemenceau, un trencito infantil de trocha angosta divierte mucho más a los adultos que a los niños, fans decididos del calor hogareño y la play station.
De esos laureles, estos muérdagos, me digo, y sigo mi camino, no sin antes zamparme una extravagante crepe de jamón, canela y queso.
[image: In Motion: Of Us]In Motion: Of Us
Connecting ancestral legacies and the thread between body and memory, Liara
Barussi directs and choreographs sh...
Hace 2 días
36 comentarios:
No conozco PArís ya te lo he dicho muchas veces lo se, pero ahora se que si alguna vez voy quiero que sea con vos, quiero descubrir Paris con vos como guia...seguro me mostras una cuidad diferente que la que pueda ver yo llendo con una guia turistica... que lindo todo y que rico todo lo que mencionas de comida!!!!!
Decididamente seras mi guia parisino, te animas?????
Muchos besotes y abrazos!!!
trocha angosta??? ami eso me suena a un grupo musical argento....
(si mientras escribo no publico nadie) SOy primera!!!!!!
En la época que conocí París, se podía viajar desde Madrid, y así lo hice, en el tren “Puerta del sol” nombre que luego comprendí se refería a cuando tomabas billete de regreso. Es el precio que tienen que pagar todos los que viven en esas regiones atlánticas. Para ellos el sol es un acontecimiento. Yo que vivo en zona mediterránea árida, con ver tan sólo una nube ya estoy disfrutando
Te he leído y releído, disfrutando muchísimo esta joyita que me regalás (nos, bueno, hay que compartir...)
Tu apasionamiento apasiona, las fotos son maravillosas y dan ganas de ver más y más fotos.
Y por si faltase algo, me has hecho sentir agua en la boca, de tanta cosa rica.
Como dice Gise: conocer Paris de tu mano, un lujo de aquellos.
Me alegra muchísimo que hayan disfrutado y que este sea el primero de varios post. Yo no conozco Paris, pero leyéndote ya la estoy amando.
Abracitos cariñosos.
Disfruté mucho de la lectura de tu post y hasta llegué a sentir la lluviecita obstinada del sábado a la tarde; también me pareció haber estado comiendo en lo de Madame M.
Muy buenas tus fotos, Dante.
De este texto elijo: "cubiertos a medias por unos paraguas endebles que un viento indeciso con arrestos tangueros se empeñaba en deshacer." (...) "-¿Qué tal París? ¿Viste algo interesante?
- Sí. Las contradicciones de mi alma." (...) "Será porque, más que vivir en París, me gusta pasear por sus calles desorientadamente, sin meta ni rumbo fijo; perdiéndome por sus rincones, descubriéndole detalles que imagino exclusivamente míos, como si del cuerpo de un amante muy deseado, y nada esquivo, se tratara."
Besos con erres:)
La pasion de mi padre me acerco a Paris desde siempre.
Luego vivi un rato en el 18 rue des Eccoufes -las dos cuadras judias del Marais-
Los primeros besos con mi marido fueron en un barco por el Sena.
Podria decirte que me paso lo que a Sabrina .... yo me conocí en Paris y Paris fue espejo de mi felicidad.
Hermoso paseo al que nos has llevado!
Vive Dios que tengo que volver a París lo antes posible, dientes largos como sables, de verdad...
Aguardo las nuevas entregas.
Abrazos.
Si Dante, verdaderamente es dificil hablar de parís sin caer en el topicazo, pero es que es la puta verdad: Paris es (era y será) una fiesta (salvo para los que viven en la banlieue), los árboles están mejor podados que aquí, las calles más limpias, las avenidas más anchas, el invierno más fío y hasta la bandera (y me limpio el culo con todas, desde la española a la ikuriña pasando por la union jack) es muy bonita.
Envidia que me das, cabronazo
Gise,
mi niña, ¡has resultado la primera!
Me encanta que juegues con las posiciones entre los comentarios.
Estoy dispuesto a cualquier viaje, siempre y cuando consigas una forma de ir que no sea en avión, ese medio tan rápido como intranquilizador. Nos pondríamos redondos como esferas...
Besotes
Chrys:
yo también me levanto cada día soñando con las nubes, harto de esta tierra tan seca, pero como suele suceder casi siempre, amas lo que más lejano te queda...
De cualquier manera esa luz de París, tamizada pero brillante, te ilumina el alma.
Marina,
gracias.
Tal vez deberíamos organizar un tour de argentinos dispersos.
Allí nos miran con cariño y Argentina está tan presente por sus calles como casi todo el mundo...
Suelen acusarlos de chauvinistas, sin embargo pocas ciudades son tan cosmopolitas.
Besos, y que nunca te aburra.
Todo un detalle sí, pero que poco me gustan a mí las ciudades hechas bandera, por dios.
Ansioso por el resto de la crónica.
Interesante y gozoso paseo parisino, muy apropiado para mantener alerta los sentidos, aunque peligroso por si acaban sobrealimentados. Claro que siempre puedes usar la melancolía como purgante...
Bienvenido
Henoheno,
Raúl:
algo atorado por tanta comida con todos los sentidos, intento volver a eso que llamamos normalidad...
Sólo lo intento, sin éxito.
Gracias por los plácemes y bienvenidas.
Tampoco soy de banderas, sí de recibimientos cariñosos y me gustó imaginar que este lo era.
¡París! Siempre parece que todo está dicho sobre la ciudad Luz y sin embargo, con tu post, veo que no es así. Ah, París... tan atractivo, tan adictivo, tan agresivo y tan misterioso... (suspiro).
p.d. ¿Les "Bleus" te recibieron bien?
Raquel:
gracias por esta síntesis donde está el meollo de lo que escribí.
Te aseguro que hubieras sido más que bienvenida en lo de M., muy amante del teatro y la música, y tan afortunada como para tener un "novio" que la invita constantemente a ver espectáculos.
RRRRRRebesos.
Alfredo39:
tienes que volver a ésta, la ciudad más cinéfila del mundo. Si hasta conservan algunos cines de barrio...Ahí eran mis dientes los crecidos! Abrazo
Darth:
si los azules son los policías, le aseguro que ni siquiera reparé en ellos. Supongo que son astutos y silenciosos como gatos.
La ciudad sigue creciendo y no necesariamente hacia las afueras. Siempre está en cambio, enriqueciéndose en todos los sentidos que esta palabra tiene.
Me aparecen cmentarios desordenadamente!!!!
Lo siento.
Marypop:
toda una fortuna lo que cuentas.
Me gusta el Marais con sus negocios judíos de cosas riquísimas para llevarse a la boca.
Esta vez pasé cerca sin detenerme, camino a un encuentro con comida más italiana.
Pasear con Sabrina no es una tontería!
Lansky,
anota algo en contra: el café es peor. No los lugares donde los sirven desde ya, especialmente bellos algunos.
Es verdad que no voy mucho a la Banlieu, pero la conocí bastante en otros viajes y no me pareció tan mal, aunque no haya Place Vendome ni Champs Elysées.
La bandera es muy bonita, sí.
Pero que buen viaje Cacho!
Espero que lo estes pasndo barbaro.
Saludos!
Daniel R:
aunque ya estoy en casa, gracias por los buenos deseos. Abrazo!
Esta noche con tiempito me lo leo.Buena pinta tiene .
Saludicos.
Me encantó lo que escribiste Dante: "descubriéndole detalles que imagino exclusivamente míos, como si del cuerpo de un amante muy deseado, y nada esquivo, se tratara."
Veo que conoces muy bien Paris y lo disfrutas como ese amante tuyo nada esquivo :)))
yo no conozco Paris... porque cuando algo no te gusta es porque no lo conoces, cierto? He estado ahí al menos 7 veces, pero no es, ni fue ni será mi amante.
Curioso que una ciudad que es cuna de tanta inspiración para tantos artistas, escritores, soñadores me deje a mi tan indiferente.
Es más muchos me consideraran hereje :))) pero puedo decir que hay algo en Paris que verdaderamente me disgusta.
Me adelanté a la noche.
¡Que delicia de crónica Parisína Dante.Eso es gozar y disfrutar de un ciudad.Y una delicia leer lo que has contado.
Como dicen por ahí arriba se me han puesto los dientes largos.
Disfrutaste.Me alegro por ti.
Saludicos.
Odette por dos:
no tienes por qué quererla...pasa también con las personas. Si no fuera así estaríamos peleando por los mismos amantes.
Te confieso que la primera vez que estuve allí, 1978 creo, me llevé una gran desilusión, tan grande como la espectativa que tenía antes de llegar. Insistí porque los amigos me arrastraban y entonces aprendí a conocerla.
Venecia fue un amor a primera vista, pero sin embargo no aseguro que algún día volveré.
No tocaréis la misma cuerda.
Carmen:
espero hasta después
Saludos!
Carmen:
te has colado mientras escribía a Odette.
Gracias, me alegra que te entretenga esta ligera crónica parisina...¡con todo lo que se ha escrito sobre esa ciudad!
Me reservé un ratito sin apuros para deleitarme con tu crónica, exquisita conjunción de sensaciones entre tus palabras, sabores y fotos.
No me defraudaste, sí que se percibe ese lejano París al leer tu post.
Gracias por invitarnos.
Un abrazo.
Recorro París contigo desde el sillón de mi casa, un placer inesperado.
Un abrazo, espero me aceptes en tu próxima caminata parísina
Luzdeana:
no sé si París, de poder opinar, estaría tan contenta...Me guardo lo menos bonito para otra entrega, pero será después de estas cortas fiestas prenavideñas.
Un abrazo
Alma:
casi que debería repetirme.
Os agradezco la atención y el cariño. Yo también viajo con todas/os vosotras/os.
Por supuesto que estás invitada desde ya. Un afectuoso saludo.
Un placer pasear por París con tus textos y tus fotos...
Disfruté como siempre tu estilo para contarnos lo vivido... y al terminar la lectura me quedé justamente con las frases que repitió aquí Raquel...
Buen fin de semana. Un beso.
Olvidé decirte que estás muy guapo en la foto del post anterior... y una ternurita en el blog de Luc. Hermoso es lo que escribió sobre vos.
Chaucito
Llego tarde a tu paseo...(estoy muy ocupada), pero he recorrido todo tu itinerario tan variopinto y pleno de luces.
Ahora soy yo la que parto y cuando regrese tal vez me formule la misma pregunta que te haces tú y tenga la misma respuesta.
¿Qué tal Argentina? ¿Viste algo interesante? Sí, las contradicciones de mi alma.
Te seguiré leyendo allá en donde me encuentre. Un largo y fuerte abrazo para ambos.
Mi amor a primera vista fue con Praga... a donde he vuelto por fortuna y pienso volver de nuevo :)
Pero mi ciudad favorita es Berlin... no fue amor a primera vista la primera vez que estuve, pero después en otra visita me cautivó.
Y con Paris...mira que he intentado, pero no. Y sé que soy maniática pero hasta el Francés que era un idioma que yo hablaba bien lo he borrado yo misma de mi memoria.
DEli por dos:
gracias, como siempre.
Me gustaría montar un tour con los visitantes habituales y queridos, tal vez no a París sino a algún lugar menos alejado de los del cono sur. Besos
Beatriz:
en Argentina esa pregunta ni nos la hacemos. Sabemos muy bien la respuesta.
Feliz viaje. Envidio tu empuje. Yo, como siempre, quiero y no quiero.
Abrazos serranos.
Odette:
así no se juega. Me has nombrado dos ciudades que todavía no conozco.
Tendré que hacerlo algún día, supongo...aunque me cuesta tanto despegar de mi casa!
Por dónde andas ahora?
Solo he ido una vez a Paris y fué a finales de diciembre de 1989.Fué mi primer viaje que hice sola al extanjero, sin saber francés. Recorrí la ciudad de arriba abajo, el metro, y las escuelas de Danza. Me enamoré de Paris.
Tu relato me ha llevado una vez más a sus románticas calles, espacios abiertos y arquitectura con solera.
Un Abrazo
Namasté
Naia,
si no m equivoco eres nueva por aquí...bienvenida!
Pasaré por tu blog.
Un fin de semana largo y atípico. Acabo de llegar y ya he colgado otro post para los amantes de los paseos por París.
Un abrazo y que te guste.
Eres un magníficco guía de La Ciudad, Dante. Al menos para los BoBos a su pesar, comme moi.
Creo que tenemos parecidos gustos en cuanto a las calles, de asfalto o agua, que deseamos y añoramos.
Fernando:
gracias, yo también soy un BoBo, así que podríamos pasear juntos sin problemas por el Marais o el Canal Sant Martin. Flaneando.
Seguro que me encantaría, Dante.
Estuve hace bastante en París por última vez, pero recuerdo vivamente los paseos por y las cenas en el Marais. Desembocando siempre en la Plaza de los Vosgos. Pero, no llegué a conocer el Canal Sant Martin.
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