Es raro. Después del último viaje a París me quedé sin palabras. ¿O debería decir sin escritura? Colgué varios posts con fotos de esa ciudad tan luminosa, me encontré con amigos, fui a ver Eastern Promises de David Cronenberg -una gran película con unos minutos finales para la tijera o el olvido y un Viggo Mortensen merecedor de, al menos, una nominación al Oscar-, volví a encontrarme con amigos, no pude trabajar en nada, me sentí cansadísimo, me encontré con otros amigos, seguí sin poder trabajar en casi nada, me encontré nuevamente con amigos, tomé cafés, devoré cosas que engordan y todo esto sintiéndome de lo más extraño, sin decidirme a trabajar y viendo más y más amigos. Viajar nuevamente a París fue como abrir el cajón que guarda esas fotos de otra época que nunca nos atreveremos a tirar pero tampoco deseamos volver a ver, al menos "por el momento". Un momento muy largo, diría Silvina Bullrich. Sí, Silvina. Un largo momento suave, algo melancólico, acunado por La bohéme de Aznavour o My Way de Sinatra, por un aria de Puccini en la voz de la Callas y, cuando atardece, por cualquier pieza corta de Satie repetida hasta el agotamiento. Y después de ese momento tan dulce llegará el siguiente. Entonces será Chabela Vargas con guitarra dolorida e intención quebrada; o Bola de nieve, con piano y sin aliento; o Cole Porter, tan amante de París, deletreado por la en muchos sentidos inmensa Ella Fitzgerald. Toda música antigua, de otras épocas. Sin embargo no he puesto a la Piaf o a Barbara. No podría soportarlo.
Y danzando sobre la nada, la última sonrisa de mi madre antes de subirse al avión en Barajas, de regreso a Buenos Aires: tristísima, húmeda, desgarradora. Una sonrisa que después de tantos años sigue allí, como la del gato de Cheshire; colgada del espacio, atravesando paisajes y circunstancias. Hasta ahora mismo tampoco he podido escribir, y esto nunca me ha parecido una ocupación pesada, un puro y duro trabajo. Entonces me digo: "vamos a ser sinceros", y he llegado a la conclusión de que no puedo aguantar las pérdidas, los abandonos, las ausencias. Resulta que un amigo de otras épocas se muere en Ibiza. Me lo comunican dos fantasmas del pasado que encuentro por casualidad en el aeropuerto parisino. Cargados de bolsas de Dior y Versacce, sueltan la noticia sin más, como si estuvieran comunicándome el casamiento de Borja Thyssen o la separación de Cecilia y Monsieur Sarkosy.
Suena el Requiem de Verdi, alguna sonata de Schubert, el otoño porteño de Piazzolla. También las campanas aquellas, las mismas que un día, tal vez no muy lejano, sonarán por mí.
Y por favor: nadie debe preocuparse. No estoy triste.
photo : Michael Stipe (R.E.M.)
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Between the connections we build with others, and the physical locations
that ground us, Berlin choral ...
Hace 2 días
30 comentarios:
sólo resta pensar que no hay cucharada de cal que no venga acompañada de una de arena.
un abrazo
Leía tu post y según avanzaba se me ocurrían mil comentarios, todos ellos diferentes...Al llegar al punto final me quedó un abrazo para ti y una sonrisa un poco amarga.
Tus letras y las cosas del otoño...
cariños, Cacho...
Algo melancólico, diría. Pero te comprendo muy bien. Al fin esta tarde he conseguido ponerme en serio a trabajar en mi libro balcánico y empiezo a verlo otra vez. Y anoche empecé a pensar qué clase daría el jueves en el posgrado de traducción. Me ha costado todo! Ahora me siento feliz, y no he hecho más que empezar...
NO, NO, NO, no soy hombre, sólo mUsa!
jejjeje
besitos, cacho. me salió la efusividad
yo coloco esos poemas ahi...
sólo eso, no los escribo
yo estoy en los corpusculos
y mis viajes paroxisticos en el idem
tú cómo describirías tu abanico de blogs?
QUÉ MARAVILA!! TÚ no estás tristes
y yo muero por la muerte de tu amigo
por la fatuidad de tus amigos
por tu falta de letras
y, sobre todo
por la sonrisa colgada de tu madre
Siento mucho el momento que pasas con tus dos ausencias, se trata de melancolia y si lo acompañas con toda esa buena música, será prciosa melancolia
Un besete cachito!!
Hubo una época en la que se aseguraba —medio en broma, medio de veras— que toda novela en castellano incluía un viaje a París. Y ahora resulta que París lo que hace es hurtar la palabra a los escritores, que a menudo es [casi] lo único que tienen.
Aún así, diga lo que diga Vila-Matas, tampoco será para siempre.
Por cierto, has leído el artículo (http://blogs.elboomeran.com/fogel/2007/10/los-pumas.html) de Fogel sobre "los pumas"?
queridos: este espacio, como todos mis blogs, pretende ser espontáneo, auténtico. Lo logro? no podría asegurarlo, aunque sí que ese es mi intento.
y no estoy triste, gata, sino introspectivo.
U: describiría mis blogs como un diario desenfadado, sin autopresiones, un lugar donde puedo escribir sin otro patrón que los míos propios.
javier, en la vida todo es pasajero, por suerte... me pongo a la lectura de fogel.
argentinos: un pueblo que habla entre comillas...muy bueno.
Los regresos de París suelen mover a la nostalgia, al anhelo de volver, aunque uno no vuelve del todo.
Saludos
Está bien, "no estás triste sino introspectivo".
Pero qué es la instrospección sino emoción pura, Cacho? A nadie deja indiferente esa sonrisa que batalla, un amigo cuya vida se apaga. Es jodido, y si no estás triste sos un extraterrestre... De todas formas me parece sensato no pecar de diario íntimo en el blog. Que esa distancia entre lo que escribís y vos, exista. Es como un espejo. Te asomás, tembloroso, y encontrás que tus palabras están habitadas de ausencias, pérdidas y abandonos. Tenés la valentía de mirarte humano.
Un abrazo por eso.
Musa
El abigarramiento de sensaciones tras un viaje, las ausencias que son o serán, las despedidas, la música que nos trae o nos lleva... no, no es tristeza, es sequía. O eso me parece, ya fuimos presentadas.
Besos con regadera en mano...
La música , alimento para el alma
, o para el espíritu,
Recuerdo una secuencia, de la película "Solas" de un director extremeño, en el que dos ancianos se animan mutuamente. Siempre adelante.
impromptu.
hola, soy manuel, el poeta invitado en papeles pautados,la gentil mUsa ya lo aclaró, he aquí no obstante un saludo, espero que te guste alguno.
Vaya...que insensibles esos fantasmas del pasado. Lo siento.
A mi también me duelen las ausencias, los olvidos, las pérdidas....me cuesta tanto levantarme y los he padecido...
No estás tristes, quizás reflexivo..
saludos, Monique.
Hay momentos así. Qué digo momentos, hay días, semanas.
Y luego cuando ya no se cree en un nuevo y no pedido milagro: "fiat lux", y ya no nos acordamos de lo otros que nos hirió y quizás nos postró y nos hizo amar la no alegría.
Música, silencio, viajes, despedidas... yo te entiendo, amigo cacho. Por más que nos digan que las historias deben madurar para poder ser escritas, nosotros las queremos tiernas y con la piel fina; de otro modo no son nuestras. Yo acabo de regresar de mis ciudades antiguas y todo eso que se te niega yo lo tengo como una flor en un vaso de agua: se me muere rápidamente. Razón tenía Borges: ya somos el olvido que seremos.
Saludos contagiados por la belleza de tu texto herido (tócala otra vez)
Pues sí que deja huella la resaca de París.
aunque no comente
a usía lo leo siempre
:)
No sé si es sequía, como dice Margot, o simplemente que hay experiencias que nos dejan sin palabras, sin fuerzas para expresarlas, experiencias que uno no sabe bien cómo encajar hasta el punto de que el lenguaje se le resiste y el caos no consigue ajustarse a las reglas de la sintaxis. Pero las palabras siempre acaban volviendo, tarde o temprano. También ellas tienen en nosotros su propio ritmo. Dejémosles un poco de margen.
Y a mí? No me contestaste, ejem... Pero me apunté lo de Cronemberg, a mí suele gustarme y aún no he visto ésta...
que nadie se ofenda: mi vida tiene muchas cositas que atender y a veces me cuelgo: contesto a algunos en sus casas y a otros aquí...y hay comentarios que no tienen preguntas...pero me alegra que vengáis...
Te acompaño el sentimiento
una de Ibiza
si sabes lo que quieres eres afortunado. P.A.G.
Creo comprenderte. Si fuera posible compartiría con vos un rato en silencio. No triste, sí introspectivo.
gracias, querida liliana, lo estás haciendo...
llego a tí por otro blog, y me gustas. Valeria.
A mi las ausencias me pegan, ayer nació mi sobrina, no la puedo abrazar sino hasta dentro de dos meses, mucho mar de por medio, tanto como mis lágrimas al saberla en este mundo y no poder verla enseguida. Besotes.
yo llego muy tarde... pero llego al final de esta semana aplastante de trabajos, idas y venidas y sólo quería decirte Cacho-Cacho que me encanta eso que dices, todo todo junto lleno e intenso y por supuesto que no estás triste, que no quieres esa "etiqueta" que no has comprado, y que se puede sentir de esa manera que sientes tan completa y encima ser capaz de ponerle palabras, de anudarlas, de compartirlas y no estar triste ni dejarse llamar triste. Admiro, envidio, disfruto de tu VITALIDAD Y TU MIRADA tan justa, tan abierta, tan humana
besos querido
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