martes, febrero 16, 2010

las Salvajes Mimosas

A principios de los años noventa del siglo pasado (¡!) decidí abandonar Ibiza para radicarme en la más que cercana ciudad de Barcelona. Después de una década de residencia isleña, los muchos amigos que habían muerto allí estaban pesando demasiado en mi memoria: comenzaba a confundir sus fantasmales presencias con la de algunos recién llegados que repetían, con sus rasgos físicos o simplemente por una forma especial de moverse por la vida, las características personales de aquellos que yo había supuesto irremplazables. Hasta el día de hoy no logro saber si el dolor se acrecentaba por la constatación de este error inocente o por la evidencia de que el inexorable recambio vital sólo nos dolía a los afectivamente implicados.
Me había adjudicado un largo año sabático. Necesitaba ese tiempo para acostumbrarme a vivir en una ciudad que, si bien pequeña y provincial, tenía un ritmo diferente al siempre más aletargado y pasotista de las islas Pitiusas. Partí de Ibiza con el corazón roto. Suponía que allí se quedaba mi auténtica juventud, los años dorados de mi vida.
Durante meses vivimos en un gran piso del Ensanche que habíamos alquilado vacío y en el que no entró la televisión durante casi un año. Las horas se hacían largas: teníamos pocos amigos y, tal cual lo habíamos planeado, ningún trabajo fuera de casa. Un buen día, a raíz de un anuncio en un pet-shop del barrio pidiendo un gato guapo y bondadoso para una gatita en celo, conocí a Hella W, una alemana rubia, simpática y amante de los animales que compartía vivienda con tres gatos y su hija pequeña, tan clara y comunicativa como ella. Una de las primeras veces que visite su apartamento vi que tenía detrás de la puerta un pequeño procesador de textos (no creo que se pudiera llamar a ese rudimentario artefacto ordenador o personal computer) de la marca Amstrad. Pensaba tirarlo, me dijo, entonces yo, que nunca había tenido algo parecido a mano, me lo llevé muy contento a casa.
Fué así, guiado por un modelo de carta comercial insertado en el aparato, que empecé a escribir sin siquiera sospechar que lo estaba haciendo, mi primera novela. A partir de las treinta o cuarenta carillas apareció la necesidad de un título. Era incapaz de ponerle alguno, pero una noche soñé con uno de aquellos amigos ibicencos muertos trayéndome dos pequeñas cajas de zapatos, una en cada mano.
"Son un regalo para tí", me dijo. "Trátalos con cuidado:  los de una caja son salvajes y los de la otra son mimosos". Levanté las dos tapas a un tiempo y dentro de las cajas de cartón encontré dos puñados de pequenísimos gatitos recién nacidos. El juego de palabras fue posterior: me gustaba que aparecieran por allí el aroma y el color de las mimosas, una de mis acacias predilectas.
Siempre me pregunto cómo me atreví a presentar ese primer libro a un premio literario con la enjundia de La sonrisa vertical, sin embargo en aquel momento lo hice sin preguntarme demasiado. Mi novela era abiertamente erótica, y si de alguna escondida manera fantaseaba conque fuera publicada, el único lugar posible era la conocida colección de las tapas color rosa bombón.
Fue una ayuda ganar el primer premio de cien mil pesetas otorgado por un jurado de Palamós al ganador, yo mismo, del concurso para el cartel publicitario de las fiestas carnavalescas del año noventa y dos. Decidí que ese dinero inesperado debía invertirlo en el libro que escribía. Llegaba el verano y con él las vacaciones, pero yo no quería abandonar la escritura de la novela durante todo un mes, ya que conocía mi habitual propensión al abandono inacabado de las cosas. Creo que un dibujo puede soportar, e inclusive ganar, si no intentamos "acabar con él" agregándole trazos;  por el contrario, una novela necesita una conclusión, un final, un remate de algún tipo.
Alquilé un bungalow -así llamaban sus dueños a un chalet de dos plantas con jardín al frente- en una urbanización de Playa de Aro, a escasos trescientos metros de la playa. Como no tenía patente de escritor se hacía necesario cumplimentar los supuestos requisitos producidos por mis fantasías de cinéfilo en torno a esta profesión tan cinematográfica. No fumaba en pipa -en realidad había dejado de fumar absolutamente todo al abandonar Ibiza- y el alcohol no figuraba entre mis debilidades, así que debía construírme un personaje de escritor saludable, con poca resaca y abundancia de sol y playa. A falta de un gran perro lanudo tenía a mis dos gatos, Nicolás y Coquito; a cambio de un descapotable rojo o negro, un viejo Renault 5 color verde musgo. En aquel mes terminé mi novela y al regresar de las vacaciones me acerqué temeroso hasta la antigua sede de Tusquets, desconocida para mí hasta ese momento. Atravesé el pequeño jardín delantero y empujé la puerta de entrada. No temo a los perros, sino hubiera salido corriendo ante la presencia de aquel mastín negro de gran tamaño -si la memoria no me falla se llamaba Pancho- que salió a mi encuentro. Antes de que apareciera Rosa María, la por entonces secretaria administrativa de la editorial, el imponente Pancho y yo ya éramos amigos.
Me olvidé del premio hasta que un día cualquiera, paseando por las Ramblas, vi ramos de mimosas frescas en los puestos de flores. Telefoneé a la editorial y otra vez fue Rosa María la que atendió mi llamado. Me comunicó que de haber sido elegido finalista ya me habrían avisado por teléfono.
"Lo siento mucho", dijo, y cuando iba a colgar me preguntó el nombre de mi novela para poder devolvérmela por correo.
"Salvajes mimosas", contesté yo.
"¡Hombre! ¿Eres tú? ¡No has dejado nada más que un seudónimo! ¿Cómo podíamos encontrarte? Ponte contento: tu novela está entre las finalistas."
Lo demás fue como un sueño que tal vez merezca una segunda parte. Quizás cuando haya pasado este frío, lluvioso, triste y ajeno carnaval que aventó el aluvión de recuerdos hasta quedarse con los más amables, decida contarlo. 

55 comentarios:

Naia Marlo dijo...

Bona Nit Dante,

Estoy en la duda si es verdad lo que te ha sucedido o es mitad ficción...de todas formas he disfrutado leyendo esta bonita historia. Las mimosas me gustan mucho y su olor es esquisito.
Me ha entristecido la primera parte, la marcha de los amigos y la marcha de Ibiza para renovar energías hacia Barcelona. El resto, fué fluir y fluir...
Soy una ingenua...¿existe el libro que mencionas?


Un abrazo muy sereno para ti,
Naia

Dante Bertini dijo...

Naia,
buenas noches (a punto de meterme en la cama)
Como bien dice la etiqueta, todo esto pertenece a la más honesta realidad. No hay invento alguno, sí omisiones conscientes y, tal vez, algunos errores en detalles accesorios (no estoy seguro del nombre del maravilloso perro que murió poco después de aquel encuentro)
Tengo dos novelas editadas y ambas están en La sorisa vertical de Tusquets, uno como premio, el otro, éste, como finalista. Historias duras de sexo explícito. Son parte de mi fluir y fluir, como bien dices.
Que duermas bien. Un abrazo.

Naia Marlo dijo...

Dante,
Gracias, tomo buena nota de ellos.
Cuando puedas, busca en You Tube..Creer es crear de Santiago Pando..siento que te interesará.

Que duermas requete bien.
Un abrazo muy sereno para ti
Naia

Lansky dijo...

Preciosa historia. Y me pongo a buscar el libro

39escalones dijo...

Cuéntalo, amigo Dante, cuéntalo. Cuando te salga, pero que te salga.
Abrazos.

Dante Bertini dijo...

Naia:
lo he buscado y no sé si es una larga película en trozos de 10 minutos o sólo un adelanto de ella.
De cualquier manera y antes de verla, invertiría los términos: CREAR ES CREER. Solamente así puedes dedicarte a la faena. Un abrazo.


Lansky:
Tiemblo. Espero que después no me retires el saludo.


Alfredo:
me pondré a ello, supongo. Un saludo afectuoso. Siempre te visito.

Choni Mandl Domínguez dijo...

¡Vaya! ¡Qué bien explicado! Lo he leído con avidez... ha sido como escucharte de viva voz un fragmento interesante de tu vida.
A mí también me gustan las mimosas.
La madre de mi dueña tiene muchos libros de la Sonrisa vertical, le preguntaré si tiene alguno tuyo.

P.D.Las chapas están en proceso de una "mayor" inspiración. Lo tengo en cuenta. Muchas gracias.

Dante Bertini dijo...

Choni:
la madre de tu dueña! Vaya señora inteligente...
Quizás esos libros no sean para tí; yo dudaría antes de dártelos.
Gracias por la atenta lectura.

Naia Marlo dijo...

Bon Día Dante,
También es posible tal y como lo mencionas. Para crear, has de creer en lo que creas, y has de creer, en lo que estás creando...tanto monta, monta tanto...
Trata de decir, que nuestras creencias y la razón, pueden llegar a ser nuestras mayores enemigas en nuestro crecimiento.
Ya me dirás.

Te dejo un abrazo sereno.
Naia

Raúl dijo...

Hola, ESCRITOR.

Diana H. dijo...

Hola Dante... me siento como si estuviera frente a vos, charlando en persona, y vos desgranando recuerdos, tan cerca hacés sentir al lector con tus textos. Es una hermosa historia la tuya, es alentadora y positiva para los que vivimos seducidos por este mundo de las palabras, y los momentos de tristeza la hacen más humana y palpable. Sabés que ni se me ocurrió pensar que no podía ser verdad, recién cuando pasé la vista por un comentario me dije: "Dante es escritor, no un amigo que me cuenta de su vida..." Después leí tu confirmación de veracidad que ya sospechaba.
Me dan ganas de convidarte con un mate. ¿Querés?
Un besazo.

Marina Judith Landau dijo...

Qué hermoso regalo nos hiciste con este post.
Me siento re feliz de que compartas de este modo algo importante de tu vida.
Y como siempre, tu estilo me fascina, tenés un modo de contar que hace vivir esos recuerdos (de prestado, claro)
Me quedé pensando en eso de sólo haber dejado el seudónimo...
Te hacés querer mucho, te dejo un gran abrazo.

Marina Judith Landau dijo...

Como yo lo siento, creer y crear van de la mano. Aunque pongamos el acento en crear, y está muy bien así.
Besitos.

Javier Menéndez Llamazares dijo...

No sé si por deformación profesional o por dantesca devoción, pero a mí me encantaría leer el resto de la historia.
Un abrazo.

Dante Bertini dijo...

Naia:
si me preguntas si creo en algo te contestaría "no". Si me dijeras ¿no crees en nada?, también diría "no". En medio de esa distancia sin centimetrar estoy yo con todas mis circunstancias.
Soy agua con fuego. Durante años pasaba de apagar mi fuego a evaporar mi agua. Ahora voy logrando que las dos tengan su momento, fluyan según la necesidad que tengo de ellas. Un abrazo

Dante Bertini dijo...

Raúl:
me emocionas DE VERDAD, muchacho.
Uno ES cuando lo nombran.


Diana:
acepto ese mate virtual esperando la oportunidad en que no lo sea.
Yo siempre los siento frente a mí para contar lo que cuento. Desde que descubrí esa posibilidad he dejado de hablar al pedo para hablarles a ustedes, los que escucháis lo que digo.
Gracias por estar allí.
Un beso sin distancia

Dante Bertini dijo...

Marina por dos:
casi un oleaje que se acerca cruzando las grandes aguas...
Quedó algo raro, pero prefiero no pensarlo demasiado. Agua sobre agua, casi un exagrama del IChing.
Soy un porteño con todos sus temores, y uno que arrastré durante años fue el que solíamos tener al ridículo. De allí el seudónimo sin más: quería no queriendo, deseaba temiendo.
Como si un ser sin piedad estuviera juzgando mis acciones dispuesto a castigarme por ser como soy.
Gracias por quererme. Siempre me ha gustado que lo hagan.
Más arriba opino sobre el creer y el crear. No quiero repetirme.
Un abrazo felino.


Javier:
has vuelto después de un largo tiempo de silencio. ¡Hola!, ¿cómo estás?
Supongo que terminaré el relato...de puro dantesco que soy.

Dante Bertini dijo...

Marina por dos:
casi un oleaje que se acerca cruzando las grandes aguas...
Quedó algo raro, pero prefiero no pensarlo demasiado. Agua sobre agua, casi un exagrama del IChing.
Soy un porteño con todos sus temores, y uno que arrastré durante años fue el que solíamos tener al ridículo. De allí el seudónimo sin más: quería no queriendo, deseaba temiendo.
Como si un ser sin piedad estuviera juzgando mis acciones dispuesto a castigarme por ser como soy.
Gracias por quererme. Siempre me ha gustado que lo hagan.
Más arriba opino sobre el creer y el crear. No quiero repetirme.
Un abrazo felino.


Javier:
has vuelto después de un largo tiempo de silencio. ¡Hola!, ¿cómo estás?
Supongo que terminaré el relato...de puro dantesco que soy.

carmen dijo...

Aún con el buen sabor que me ha dejado lo que acabo de leer para decirte que espero esa segunda parte con impaciencia.
Pero que haya pasado este crudo lluvioso y frío invieno para poder disfrutar con calidez tus palabras escritas.
Saludicos.

Beatriz dijo...

Querido Dante,
Reconozco que estas historias cuentan experiencias tan de verdad que a veces cuesta convencer a quien escucha de que no forma parte de una fantasía.
El tiempo del extranjero pasa por el peaje.
También lo he vivido.
Un abrazo-

Isabel Mercadé dijo...

Pues a mí me ha gustado mucho cómo cuentas estas memorias. Y el título. Y el sueño que te lo inspiró.
Un abrazo, Dante.
P.S. Creo que hoy han florecido las mimosas.

Dante Bertini dijo...

Carmen:
creo que me sentiré cantante -una de las profesiones que hubiera deseado poder asumir- y haré un bis a pedido del público amigo...
(como verás soy un mimoso algo salvaje)El frío remite, según parece. Un saludico de los tuyos.


Beatriz:
por el momento me quedan testigos que pueden atestiguar por su veracidad. Te aseguro que me guardo detalles demasiado poco creíbles para que no me incluyan dentro de esa odiosa e informe legión del realismo mágico.
Los peajes más duros vienen después, siempre: en el momento en que piensas que los has pagado todos. Un abrazo

Dante Bertini dijo...

Carmen:
creo que me sentiré cantante -una de las profesiones que hubiera deseado poder asumir- y haré un bis a pedido del público amigo...
(como verás soy un mimoso algo salvaje)El frío remite, según parece. Un saludico de los tuyos.


Beatriz:
por el momento me quedan testigos que pueden atestiguar por su veracidad. Te aseguro que me guardo detalles demasiado poco creíbles para que no me incluyan dentro de esa odiosa e informe legión del realismo mágico.
Los peajes más duros vienen después, siempre: en el momento en que piensas que los has pagado todos. Un abrazo

Dante Bertini dijo...

Bel:
has llegado mientras cerraba el comentario anterior.
Tienes razón: ayer, en la floristería del barrio, me ofrecieron mimosas. Son tan bellas como caras y efímeras. Siempre te dejan con ganas de más.
A mí también me gusta este título y me gusta el sueño que tuve aquella noche, a pesar de que, vaya a saber por qué, me hizo despertar sobresaltado.
Extrañas jugarretas del inconsciente, que siempre sabe más que nosotros.
Un abrazo

Raquel Barbieri dijo...

Dante...

Qué historia tan mágica y en algún punto, redentora. El sueño en que tu amigo te entregaba las cajas te llevó a un título y ese título ganó un premio importante.

A veces, cuando nos toca sufrir mucho, después tenemos que ser felices un rato... pero hay que añadir que no te quedaste quieto en tu casa esperando a que sucedieran las cosas, sino que trabajaste para la novela, así que lo mágico reside en cómo llega a tus manos la vieja computadora, el sueño con los indicios para el título y el llamado a Rosa María... en conjunto: todo lo que cooperó para la concreción.

Me gustó mucho cómo narraste esta experiencia de tu vida y me alegro por vos.

Abrrrrazos con erre :):)

Lukas Rybensen dijo...

Impresionante. Qué bien que escribís, Dante. Da envidia.

Un abrazo.

Dante Bertini dijo...

Raquel:
está contado de tal manera que parece que hubiera sido el libro premiado, pero no fue así. No develaré el final de la historia porque me gustan los seriales y el suspenso que implican. ¡Ya verás!
Continuará, que decían antes, y podría seguir en varios capítulos más, te aseguro.
Es cierto, y no lo niego, que se dieron un montón de cosas hasta llegar a la hechura de esa novelita; cosas mágicas, casuales, insólitas en algún momento.
Como si los hados hubieran necesitado hacerme un regalo para dejarme contento.
Trabajé, es cierto, y me cambié de casa, y de lugar, y de país...
pero también me dejé arrastrar por la corriente, aunque manteniendo siempre la cabeza fuera del agua.

Las Erres son abrazadas con todo el cariño que se merecen.

Dante Bertini dijo...

Luc:
¿de verdad?
pues entonces, gracias...
y abrazos

Naia Marlo dijo...

Bona nit Dante,

Soy Tierra y Tierra y el Aire en la Luna. El aire es géminis, ¡imagínate! voy de loca. Pero mi sol es capri, y mi asc. es un virgo. Un poco duro.

Creamos desde algún punto de nuestra persona, sea corazón o mente. Luego vemos los resultados.
Es importante creer en uno mismo.Yo creo en mí. Hubo un tiempo que no fué así, y estuve muy perdida.

Un abrazo sereno para ti
Naia

Lansky dijo...

¿Retirarte el saludo? Esta usted tonto: seguro que me gusta mucho. Pero me muero de ganas -desde la 1ª vez que entré aquí- por preguntarte una cosa...tachán...:
¿Tienes algo que ver con aquella pionera diva del cine Francesca Bertini?

Dante Bertini dijo...

Naia:
creer en si mismo es una buena consigna, aunque es necesario trabajar sobre ella. Generalmente nacemos, o nos educan, para lo contrario.
Un abrazo de buenos días.


Lansky:
que yo sepa, de la Francesca tengo sólo algunos esporádicos ataques de divismo. Una pena.

Gise =) dijo...

Ohhhhhhhh que lindo saber la historia de "Salvajes mimosas" me encnató!!!! le dió más ternura a ese hermoso libro que esta en mi biblioteca y que he vuelto a leer recientemente. Te imagino el hippy pitiuso paseando por Barna una ciudad mas tranquila por ese entonces que ahora claro....
Ya que lo mencionas las novelas eroticas de Tusquets son todas de tapa rosa???
Y Fede cuando llegó a tu vida???
Y si te pido que cuentes como nacio Eros desencadenado????
Creo que demasiads pregutnas pero vos sabes que yo me sentaria dias enteros a oirte contar tus cosas!!!!!!
Besotes amore!!!!!!!!

odette farrell dijo...

Qué bonita tu historia y me imagino que es tan fantástica y mágica como tu novela... es curioso como la vida a través de "casualidades" te va llevando a descubrir to verdadero camino...

Y yo que creía que eras crítico cinematográfico y ahora resulta que eres escritor con dos libros en Tusquets!

Nunca había pensado eso que una novela necesita un final y un cuadro muchas veces está mejor sin uno... qué gran verdad! así que estoy en la profesión correcta pues siempre empiezo muchas cosas pero terminarlas es una odisea para mi... y sí, cuando paro a tiempo es cuando he logrado hacer una obra interesante :))) Debo en verdad seguir con la pintura!

Dante Bertini dijo...

Gisella,
sensible y perceptiva amiga:
hoy mismo me preguntaba ¿qué será de Gisella? y mira, estás aquí contestándome.
Todas las novelas de la colección sonrisa vertical tienen tapas de color rosa, como la pantera, y las del premio una cerradura calada en ella por donde se ve la sonrisa de la primer página; un detalle.
Bueno, te gradezco las preguntas, el interés y el oído. Quizás pueda contártelas en 1001 posts...o personalmente. Besos

Gise =) dijo...

Mi amiga Berta diria sincronicidad!!!!! y si siempre tuve/tengo una coneccion muy sensorial con la gente que quiero y sabes que te quiero mucho!!!!! en persona tus narraciones son como cuentos, porque asi como te vas y vuelves en lo escrito lo haces en lo contado y eso lo transforma en historias maravillosas!!!! un supermegabesote!!!!

Mari Pops dijo...

que hermoso post Dante
imagine Ibiza, la muerte, el exodo, un apartamento sin tv, una casa cerca de la playa y hasta a Hella y su vieja maquina hacedora de tu novela

Divino lo contado y ese andar distraido con una novela premiada entre las manos

OLE OLE OLE
besos

Dante Bertini dijo...

Gise:
qué Berta? Bertini?
No voy a comentar nada más porque estoy muuuuy ruborizado...
Besos


Odette:
me alegra que te sirva algo de lo que digo por aquí. Son años de pensarse las cosas, de darles vueltas y vueltas, como en las canciones.
Siempre creo que me excedo con la información egocéntrica hasta que alguien como tú, y no eres la primera ni la décima, descubre que hice algo de lo que doy por ya hecho y bien informado... También dibujo, sabías? Por eso tal vez puedo hablar sobre las dos disciplinas desde dentro.
Mucho frío por allí?
Un saludo

KARMILA dijo...

Wow Dante que hermosa narración fui imaginando todoooooooo paso a paso, gracias por compartirlo con nosotros, de verdad es un placer leerte amigo, mil gracias¡

Besosssssssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Liliana dijo...

Es tan grato leerte...
Parece que no has huido del invierno, así que quizá nos veremos. Te llamaré la semana que viene.
Un abrazo y sigue, sigue contando...

Dante Bertini dijo...

MaryPop,
has entrado subrepticiamente (por la ventana, supongo) y casi no veo que andabas por aquí, paraguando...
Siguen las lluvias? Aquí hoy tuvimos un paréntesis de sol, así que me fui a callejear un rato, a ver exposiciones y tiendas. Gracias por los piropos. Me ruborizo. Besos flamencos.

Karmila:
te diré casi lo mismo que a marypop, no en cuanto a la lluvia sino en lo relativo a los rubores. Muchas gracias por lo de amigo. Da calor en este frío invierno.
Un abrazo.

Liliana:
por ahora sigo aquí, sin huídas...aunque las ganas son muchas. Espero el llamado y también que no sea durante el finde, que estaré un rato fuera.
Tienes el móvil, verdad?
Si no, me lo pides. Un beso

Belnu dijo...

y quizás decidas escribir otra novela?

Dante Bertini dijo...

Belnu:
cada tanto me hago esa misma pregunta...y aquí estoy.

Fernando García Pañeda dijo...

Qué realidad tan onírica (¿o qué onirismo tan real?), Dante.
En efecto, esas cosas sólo ocurren en los sueños. Cuando quieras, cuéntanos más de ese sueño.
Nos viene muy bien a los que dormimos mucho y soñamos poco.
Un abrazo.

Emma dijo...

Yo leí ese libro Dante, el de la Sonrisa Vertical, era una adolescente muy curiosa, leía todo lo que caía en las manos. Me dejó algunas imagenes en la retina, no sabía que fueras tú pero ahora he pensado en tu nombre y en las tapas rosas y sí, eras tú. Tendría que volver a casa de mi madre y buscar en las estanterías de mi infancia, entre todos aquellos libros. Qué divertido! El mundo es un pañuelo.

Dante Bertini dijo...

Fernando:
en realidad podría decir que no sólo ocurren en los sueños, ya que a mí me sucedió en la realidad.
Sin embargo hasta el mismo momento en que se convirtió en realidad, yo pensaba que era un sueño.
¿Me he líado? Abrazos


Emma:
me haces sentir muuuuy mayor, pero supongo que debo serlo si ya tengo lectores que me recuerdan de su infancia.
¿Y cómo te dejaban leer estos libros para adultos?
Convertido en un perverso corruptor de mentes infantiles...
¡no me lo puedo creer!
El mundo es pequeño, si, pero tardamos en encontarnos, verdad?

Lokita dijo...

Me ha hecho mucha ilusión encontrar tu historia,ya sabes que gracias al post que hice sobre este libro, pude saber de ti,
y conocerte personalmente.
Ese libro es un tesoro, y ahora, con tu alegría musical de puño y letra que aparece en la primera página del mío, (va a hacer 2 años, ya), lo guardo como algo muy, muy especial.
Un lujazo de escritor y persona, y un premio sobradamente merecido.
Un besito fuerte, Cachito

Dante Bertini dijo...

Lokita:
gracias por recordarme todo esto.
Pasa el tiempo, verdad?
Nosotros seguimos aquí a pesar de todo y es casi un triunfo.
Gracias, gracias, gracias...tú eres un amor de persona.
Un beso... y dos

Fernando García Pañeda dijo...

De liarte, nada. Es más, es como para plagiar ese párrafo.

Dante Bertini dijo...

Fernando:
no caigas en esa tentación, pecador.
un abrazo

Pablo Copola dijo...

Triste y hermoso a la vez, en lo preconsciente no sé por qué me ha recordado a La cenicienta. Por lo demás que envidia (de la buena:) por alcanzar el pequeño gran sueño de todo escritor inédito. Un abrazo

leon no es feroz dijo...

Enhorabuena por tus premios. Yo también tengo algún relato erótico. Y de la "sonrisa vertical" tengo algún libro. ¿ De quién era " Ligeros Libertinajes sabáticos". De una catalana que no recuerdo el nombre.
Un saludo.

Dante Bertini dijo...

Moreiras:
te ha recordado a la cenicienta?
Algo de eso tiene, aunque no se quién habrá sido mi hada madrina.
Los ratones los llevaba conmigo.
Un abrazo


Carmen:
la catalana es Mercedes Abad, amiga y casi vecina, sin embargo
hace tiempo que no se demasiado de ella.
Saludos también para tí

el objeto a dijo...

disfruté mucho leyendo las Salvajes Mimosas,

a ver si te animas y lo cuentas

Dante Bertini dijo...

Vanessa:
lo tengo en carpeta, pero tú sabes que mis posts son productos de temporada (una forma metafórica para no decir momento)
Besotes

pepa mas gisbert dijo...

He venido como siempre a buscar tus letras y las encuentro si, y en ellas, hoy, más que nunca, te encuentro a ti.

Un abrazo